TODO LO QUE DEBES SABER DE UNA FIESTA CON DEMASIADO RUIDO ALREDEDOR
San Valentín fue un mártir cristiano de los
primeros siglos, que como tantos otros cristianos se mantuvo fiel en la
persecución.
San Valentín es un
santo universal, pero hoy es mucho más conocido por el aspecto comercial que ha
acaparado esta fiesta y absorbido su nombre, que por las certezas que hay sobre
la vida de este mártir cristiano de los primeros siglos. En este artículo
intentamos ofrecer los datos que existen y la evolución de esta fiesta que se
celebra el 14 de febrero y
que está repleta de historias y leyendas.
***
¿QUIÉN
FUE SAN VALENTÍN?
Pocas certezas hay acerca de este
santo del siglo III, del que han llegado a nuestros días más tradiciones y
leyendas que hechos contrastados. De hecho, en
el Martirologio Romano el 14 de febrero no hay uno sino dos Valentines,
por lo que en realidad el santo del que se celebra la fiesta puede ser una
mezcla de los dos mártires, que en realidad pudieron ser solo uno. Del primero
se dice: "14 de febrero, en Roma, en la Via Flaminia,
día de San Valentín, sacerdote y mártir, que después de haber realizado varias curaciones significativas,
fue asesinado y degollado bajo la orden del emperador Claudio César. Del
segundo se dice: "14 de febrero, en Terni, festividad de San Valentín, obispo
que después de haber sido golpeado durante un largo período fue encarcelado y, al no poder vencer su resistencia,
fue arrastrado secretamente a medianoche y degollado por el prefecto de Roma,
llamado Plácido".
La historia del Valentín romano
se desarrolló cerca del año 270 durante la persecución del emperador Claudio
que ante la fama de santidad que acompañaba a Valentín, lo llevó al palacio y
le pidió que fueran amigos para adorar juntos a los dioses. Sin embargo,
Valentín con valor y firmeza declaró que el culto a los dioses era inútil y que
sólo Cristo había traído al mundo la esperanza de un mundo mejor. El emperador,
impresionado por su devoción, le encargó a un noble romano llamado Asterio la
tarea de disuadirlo mediante discursos suaves y amables. Asterio tenía una hija
ciega de dos años. Sucedió que Valentín se arrodilló ante ella y se puso a
rezar y la pequeña recuperó la vista. Ante este milagro, Asterio se convirtió
al cristianismo junto con toda su familia. Cuando el emperador Claudio se
enteró de esta conversión, condenó a Valentín a ser
decapitado en la vía Flaminia donde
fue enterrado y donde se construyó una iglesia dedicada a él.
Tal y como recoge Vatican News, con
respecto a la historia del obispo de Terni, habría tenido lugar algo después: Valentín fue invitado a Roma por el retórico y filósofo
Cratón, un maestro de lengua griega y latina que tenía un hijo llamado
Queremón, que sufría de una deformidad física que lo obligaba a mantener la
cabeza entre las rodillas y ningún médico había logrado curarlo. Cratón
le prometió a Valentín la mitad de sus posesiones si sanaba a su hijo, pero
Valentín, en una larga charla nocturna, le explicó que no serían sus inútiles
riquezas las que salvarían al joven, sino la fe en el único Dios verdadero. A
continuación, se puso a orar y el niño recuperó su salud. Ante el milagro,
Cratón y toda la familia pidieron ser bautizados por el obispo, junto con tres
estudiantes griegos: Próculus, Efebo y Apolonio.
Con ellos también abrazó al cristianismo Abondio, otro estudiante, hijo del
prefecto de Roma, Furioso Plácido, del cual sabemos que ocupó este cargo entre
los años 346-347: esta fue posteriormente la fecha histórica atribuida al
martirio de Valentín. Plácido, dolido por la conversión de su hijo,
hizo detener a Valentín y lo decapitó en la Vía Flaminia, pero en secreto, durante la
noche, para evitar la reacción de la ahora numerosa comunidad cristiana de la
ciudad. Después de llevarse a cabo una primera sepultura en el lugar del
martirio, Próculus, Efebo y Apolonio llevaron el cuerpo del mártir a Terni y lo
enterraron a las afueras de la ciudad.
Son, por tanto, demasiadas similitudes, en especial el lugar de la tortura y el entierro,
las que unen la historia del Valentín romano con la del Valentín terniano, como
para no sospechar que en realidad se trata de un solo mártir.
Los restos del santo se
encuentran en la basílica de San Valentín, en Terni, lugar al que
tradicionalmente acuden parejas de novios y matrimonios.
¿POR
QUÉ SAN VALENTÍN ES CONSIDERADO EL PATRONO DE LOS ENAMORADOS?
Muy poco se conoce en realidad de
San Valentín, por lo que son muchas las leyendas y tradiciones relacionadas con
su papel histórico con los enamorados, y que se han ido multiplicando durante
siglos. De este modo, podemos escuchar a monseñor Reig Pla, como en 2019 en una
carta pastoral destinada a los novios decía: “Su nombre está siempre unido al
amor por un episodio que en aquel tiempo fue muy clamoroso: cuenta
la tradición que San Valentín fue el primer religioso que celebró la unión
entre un legionario pagano y una joven cristiana”.
Otra leyenda, igualmente
imposible de comprobar, sobre el origen de la celebración actual de San
Valentín se remontaría a tiempos del emperador Claudio prohibió a los jóvenes
solteros casarse y vivir en matrimonio, ya que pensaba que así, los jóvenes
solteros y sin familia, eran mejores soldados. Fue entonces, cuando el sacerdote cristiano Valentín, se habría
rebelado contra el decreto y comenzaría a casar a las parejas jóvenes en
secreto, ya que el culto cristiano estaba prohibido.
Sin embargo, el divulgador
católico Luis Antequera, explicaba
en su blog de ReL que
“probablemente la vinculación de San Valentín con los enamorados tenga
más que ver con cuestiones estacionales que con cuestiones puramente religiosas. Estaríamos,
como ocurre en tantas otras ocasiones, ante un caso claro de sincretismo, en el
que la Iglesia cristianiza lugares, fechas y costumbres que son en realidad
precristianas. Y tendría que ver con la creencia medieval, incluso bastante
tardía en este caso, de que en torno al 14 de febrero se produce el
apareamiento de las aves. Así, y de acuerdo con lo dicho, en el Parlamento
de las aves (“Parlement of Foules”) de Geoffrey Chaucer (h.
1343-1400), escrito hacia principios del último cuarto del s. XIV, el autor de
los Cuentos de Canterbury escribe: “Por esto que fue enviado
el día de San Valentín cuando cada ave su pareja ha de elegir”.
Vatican News añade además que fue gracias a los monjes
benedictinos, que en la Edad Media custodiaban la basílica de Terni (donde
están los restos del santo), que se produjo la difusión del culto de San
Valentín en sus monasterios en Francia e Inglaterra, donde se originó
su patronato sobre los novios, basado en un antiguo escrito del inglés Geoffrey
Chaucer, quien contaba cómo en el día de San Valentín, los pájaros comenzaban
sus danzas de amor. A mediados de febrero, de
hecho, la naturaleza comienza a despertar de la hibernación del invierno, por
lo que San Valentín se convirtió en el santo que anunciaba la inminente
primavera, y no por casualidad a veces se representa con el sol en la mano.
¿POR
QUÉ SAN VALENTÍN NO APARECE YA EN EL CALENDARIO LITÚRGICO?
La fiesta de San Valentín se
celebra el 14 de febrero desde que fuera
establecida por el papa Gelasio en una fecha que oscila entre el año 496 y 498
después de Cristo. Sin embargo, a partir de 1969 dejó de
celebrarse como fiesta, pasando así a ser una fecha con santo pero sin la
celebración. Esto fue así por la dificultad de encontrar
detalles fiables sobre la vida y la santidad de Valentín, que venía más bien
apoyado por tradiciones y devociones antiguas.
No fue Valentín el único santo
cuya fiesta dejó de celebrarse. Pablo VI, con el motu proprio Mysterii Paschalis, reorganizó el año litúrgico del rito romano
siguiendo así las disposiciones del Concilio Vaticano II para modificar el
Calendario Romano. Así se reubicaron fiestas y solemnidades y otras se vieron
removidas, como fue el caso de la de San Valentín.
¿POR
QUÉ SE ASOCIA A SAN VALENTÍN CON CUPIDO?
San Valentín es en numerosas
ocasiones asociado a la imagen de un ángel con forma de niño
que dispara flechas a los enamorados. Pero
esto es consecuencia de la deformación de la fiesta cristiana una vez que
empezó a ser utilizada para otros fines diferentes al puramente religioso. De
hecho, este ángel no representa San Valentín si no a Cupido, que en la
mitología romana era considerado el dios del amor. En el arte se empezó a
representar a Cupido como un niño alado que también lanzaba flechas de amor. Y
debido al nexo del amor y el enamoramiento empezó a usarse la imagen de Cupido
en las populares tarjetas de San Valentín que se hicieron enormemente populares
en el mundo anglosajón. Fue entonces cuando Cupido se hizo un icono romántico
en el día de San Valentín, aunque en realidad no tengan nada que ver.
¿POR
QUÉ EL DÍA DE SAN VALENTÍN SE HA CONVERTIDO EN UNA FIESTA TAN COMERCIAL?
San Valentín ha estado rodeado de
tradiciones desde hace siglos. Y una de ellas comenzó al entregar tarjetas con declaraciones de amor en este día. Del siglo XV se conserva
una del duque Carlos de Orleans en la que escribió un poema a su esposa y a la
que se refería como “Mi Valentín”. Esta
tradición se pondría de moda en Gran Bretaña y Francia en el siglo XVIII. Pero
fue su expansión a Estados Unidos lo que provocó el inicio de lo que es hoy una
fiesta comercial universal.
Esther Howland estableció
una fábrica para la producción de tarjetas de San Valentín en 1849, que se
convertiría en un auténtico fenómeno social y económico, a la que se unieron
otros regalos, siendo ahora los más populares las flores o los bombones. A
España el boom comercial llegó a mediados del siglo XX gracias a Pepín Fernández, fundador de Galerías Preciados (comprado hace algunas
décadas por El Corte Inglés), con un anuncio en el diario ABC en
el que animaba regalar el 14 de febrero, el “día de los enamorados”.
¿QUÉ
DICE LA IGLESIA EL DÍA DE SAN VALENTÍN A LOS NOVIOS?
Pese a que lo comercial ha
diluido mucho el sentido de la fiesta religiosa de San Valentín, la realidad es
que la Iglesia no ha olvidado a este santo mártir de los primeros siglos, cuyo
ejemplo de vida que ha llegado hoy a través de tradiciones populares sigue
sirviendo de mucho a los enamorados que algún día quieren recibir juntos
el sacramento del matrimonio. Así, por ejemplo, en 2019 el entonces obispo de
Alcalá, monseñor Reig Pla, escribió
una “Carta a los novios” el
14 de febrero dotándole de un sentido sobrenatural a la fiesta.
“San Valentín,
obispo y mártir, nació en Terni en el 175 d.C. Valentín dedicó toda su vida a
la comunidad cristiana que se había formado en la ciudad a cien kilómetros de
Roma, donde arreciaba la persecución contra los seguidores de Jesús. El eco de
los clamorosos milagros realizados por el santo llegó hasta Roma y se difundió
pronto por todo el imperio. El Papa San Feliciano lo
consagró primer obispo de la ciudad de Terni, y todavía hoy conserva los restos
mortales. Su nombre está siempre unido al amor por un episodio que en aquel
tiempo fue muy clamoroso: cuenta la tradición
que San Valentín fue el primer religioso que celebró la unión entre un
legionario pagano y una joven cristiana. Hoy, cuando se utiliza la
figura de San Valentín como referencia al día de los enamorados, conviene,
queridos novios, distinguir bien qué es el amor para que no sea distorsionado
por el reclamo del consumismo. Amar no es sólo ni fundamentalmente un ‘sentimiento’ como se afirma con frecuencia en la
cultura ‘emotivista’ en la que vivimos. ‘Amar es desear
el bien a alguien’ es, por tanto, ‘un acto de voluntad que consiste en preferir
de manera constante, por encima del propio el bien, el bien de los demás’ (Papa San Juan Pablo
II, XIX Jornada Mundial de la Juventud, 2004, n. 5). Los sentimientos, que como
todo lo humano son importantísimos, están llamados a integrarse con la voluntad
para hacer el bien al otro. La voluntad, que es un
dinamismo inteligente, no debe seguir a los sentimientos que no estén ordenados
al bien objetivo”, señalaba el obispo.
Y además, concluía así su carta: “Os invito a aprender a amar y a crecer en el amor -que,
como sabéis, siempre es concreto y desciende al detalle de la vida cotidiana- yendo
‘a la escuela de la Virgen de Nazaret para aprender a amar a Dios y al prójimo,
y a estar siempre disponibles para realizar la voluntad de Dios’ (Papa
San Juan Pablo II, Audiencia general, 16-5-2001). Os recuerdo que el
noviazgo es un tiempo de discernimiento que debéis vivir con la gracia de Dios
y guiados por la virtud de la castidad; de otro modo perderéis objetividad y
libertad respecto a vuestro novio o novia y lo más importante: ofenderéis a
Dios y al bello proyecto que tiene sobre vosotros. Por ello es necesario acudir
a los sacramentos, escuchar la Palabra de Dios y dejarse ayudar por la
comunidad cristiana: padres, pastores y
catequistas. Cuando contraigáis legítimo matrimonio, amaros implicará, como
grave obligación de justicia, entregaros totalmente el uno al otro al modo
humano con el lenguaje del cuerpo y abiertos generosamente al don de la vida.
Si no estáis dispuestos a donaros incondicionalmente, en cuerpo y alma y
siempre según la voluntad de Dios, el matrimonio se verá privado de su razón de
ser. Vuestro futuro matrimonio no es sólo para vosotros, está inserto en el
plan de Dios y en la misión de amor universal de Cristo y de su Iglesia. Todas
las personas han sido creadas por Dios con la vocación original al amor. Por
eso conviene recordar que el amor al que estáis llamados “es la esencia de Dios
mismo, es el sentido de la creación y de la historia, es la luz que da bondad y
belleza a la existencia de cada hombre.” (Papa Benedicto XVI, Ángelus,
31-1-2010). Que San Valentín os conceda la gracia
de descubrir el verdadero amor que dé sentido a vuestra vida. Como nos enseña
San Pablo, el amor, participado de Dios, ‘es paciente, es servicial; el amor no
es envidioso, no es jactancioso, no se engríe; es decoroso; no busca su interés;
no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se
alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo
soporta’”.
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