TODO LO QUE DEBES SABER DE UNO DE LOS GRANDES SANTOS DE NUESTRO TIEMPO
El Padre Pío sufrió durante más de 50 años los
estigmas de la Pasión de Cristo en su propio cuerpo.
Pocos santos hay de nuestro
tiempo como el Padre Pío, del que se celebra su fiesta el 23 de septiembre. Pese a ser canonizado hace
apenas 20 años ya en vida el santo capuchino tenía fama de santidad. Esto quedó
de manifiesto con las más de 100.000 personas que fueron a su entierro o a las
300.000 que desbordarían la Plaza de San Pedro para su canonización.
SAN
PÍO DE PIELTRECINA FUE UN HOMBRE
DOTADO CON EXTRAORDINARIOS DONES, ESPECIALMENTE
EL de los estigmas, que le
acompañaron durante más de 50 años hasta apenas dos días antes de morir. Pero
además poseía otros dones impresionantes como el de leer las conciencias y los
corazones, o el de la bilocación. Riadas de fieles acudían a él, y lejos de
huir pasaba horas y horas dentro del confesionario. Son numerosas las historias
de conversión, así como los milagros, gracias y favores concedidos por su
intercesión. Sin embargo, no estuvo exento de grandes persecuciones en el seno
de la Iglesia, a las que respondió siempre con humildad y obediencia a sus
superiores.
-¿QUIÉN
FUE EL PADRE PÍO?
-Francisco
Forgione nació el 25 de mayo de 1887 en
Pietrelcina, archidiócesis de Benevento, hijo de Grazio Forgione y de María
Giuseppa De Nunzio. Fue bautizado al día siguiente recibiendo el nombre de
Francisco. A los 12 años recibió el Sacramento de la Confirmación y la Primera
Comunión. El 6 de enero de 1903, cuando contaba 16 años, entró en el noviciado
de la orden de los Frailes Menores Capuchinos en Morcone, donde el 22 del mismo
mes vistió el hábito franciscano y recibió el nombre de Fray Pío. Acabado el año de
noviciado, emitió la profesión de los votos simples y el 27 de enero de 1907 la
profesión solemne. Después de la ordenación sacerdotal, recibida el 10 de
agosto de 1910 en Benevento, por motivos de salud permaneció en su familia
hasta 1916. En septiembre del mismo año fue enviado al Convento de San Giovanni
Rotondo y permaneció allí hasta su muerte.
En 1918, mientras rezaba, tras la
misa, en el área del coro de la antigua Iglesia de Nuestra Señora de las
Gracias, aparecieron en su cuerpo los estigmas de forma
visible y permanente, asociándose
a Jesús en su Pasión durante más de cinco siglos y hasta prácticamente el día
de su muerte.
De este modo, tal y como recuerda
la Santa Sede, el Padre Pío vivió en plenitud la vocación de colaborar en la
redención del hombre, según la misión especial que caracterizó toda su vida y
que llevó a cabo mediante la dirección espiritual de los
fieles, la reconciliación sacramental de los penitentes y la celebración de la
Eucaristía. El
momento cumbre de su actividad apostólica era aquél en el que celebraba la
Santa Misa. Los fieles que participaban en la misma percibían la altura y
profundidad de su espiritualidad.
Miles de personas acudían a su
ministerio y a su confesionario, recibiendo su consejo y su consuelo. Pasaba horas y horas confesando sin parar. Era como un asedio: lo
buscaban en la iglesia, en la sacristía y en el convento. Y él se daba a
todos, haciendo renacer la fe, distribuyendo la gracia y llevando luz. Pero
especialmente en los pobres, en quienes sufrían y en los enfermos, él veía la
imagen de Cristo y se entregaba especialmente a ellos.
Para el Padre Pío
la fe era la vida: quería y hacía todo a la luz de la fe. Estuvo
dedicado asiduamente a la oración. Pasaba el día y gran parte de la noche en
coloquio con Dios. Decía: “En los libros buscamos a
Dios, en la oración lo encontramos. La oración es la llave que abre el corazón
de Dios”. La fe lo llevó siempre a la aceptación de la voluntad
misteriosa de Dios.
En el aspecto más social se
comprometió en aliviar los dolores y las miserias de tantas familias,
especialmente con la fundación de la “Casa del
Alivio del Sufrimiento”, inaugurada
el 5 de mayo de 1956.
Ya durante su vida
gozó de notable fama de santidad, debida a sus virtudes, a su
espíritu de oración, de sacrificio y de entrega total al bien de las almas. En
los años siguientes a su muerte, la fama de santidad y de milagros creció
constantemente, llegando a ser un fenómeno eclesial extendido por todo el mundo
y en toda clase de personas.
Sin embargo, el Padre Pío sufrió durante su vida una gran persecución en el propio seno de la Iglesia. Amado y
querido por los fieles, una parte de la jerarquía lo atacó de manera
inmisericorde. Durante años llegó a tener prohibido el poder celebrar la misa
pública o incluso confesar, hasta que finalmente fue rehabilitado. En todo este
tiempo de oscuridad brilló en él una de sus grandes virtudes, la obediencia
filial y total a la Iglesia a pesar de la injusta persecución a la que estaba
siendo sometido.
Su salud, desde la juventud, no
fue muy robusta y, especialmente en los últimos años de su vida, empeoró
rápidamente. Murió el 23 de septiembre de 1968, a los 81
años de edad. En su funeral
estuvo acompañado por una multitud de más de 100.000 personas. El 20 de febrero
de 1971, apenas tres años después de su muerte, Pablo VI, dirigiéndose a los
Superiores de la orden Capuchina, dijo de él: “¡Mirad
qué fama ha tenido, qué clientela mundial ha reunido en torno a sí! Pero, ¿por
qué? ¿Tal vez porque era un filósofo? ¿Por qué era un sabio? ¿Por qué tenía
medios a su disposición? Porque celebraba la Misa con humildad, confesaba desde
la mañana a la noche, y era, es difícil decirlo, un representante visible de
las llagas de Nuestro Señor. Era un hombre de oración y de sufrimiento”.
El Padre Pío fue beatificado en 1999 y canonizado en 2002 por San Juan Pablo II, en una celebración
multitudinaria en San Pedro a la que acudieron más de 300.000 personas.
-¿QUÉ
SON LOS ESTIGMAS DEL PADRE PÍO?
-Uno de los aspectos más
conocidos y llamativos de la figura del Padre Pío fue la de los estigmas que le
acompañaron durante buena parte de su vida, y que tanto sufrimiento le
provocaron.
Los estigmas son un
fenómeno extraordinario y místico según el cual en los cuerpos de
ciertas personas se presentan las llagas de la pasión de Cristo. Son pocos los
que han compartido estos estigmas. Estas llagas se sitúan en los pies, las
manos y en el costado. Aunque son heridas, tienen unas particularidades muy
concretas pues no cicatrizan aunque se curen, no se infectan, no tienen mal
olor y no paran de sangrar.
Los estigmas aparecieron en el
Padre Pío el 20 de septiembre de 1918. Respondiendo a las preguntas que le hizo
el Santo Oficio tras la aparición de estos estigmas y ante el revuelo generado,
el humilde fraile capuchino afirmó, tal y como recogió Francesco Castelli en el
libro El Padre Pío bajo interrogatorio: La
autobiografía secreta: "El 20
de septiembre de 1918 luego de la celebración de la Misa mientras estaba en el
debido agradecimiento en el Coro repentinamente fui preso de un temblor, luego
me llegó la calma y vi a Nuestro Señor en la actitud de quien está en la cruz,
pero no vi si tenía la cruz, lamentándose de la mala correspondencia de los
hombres, especialmente de los consagrados a Él que son sus favoritos".
Prosiguiendo con su relato aseguraba: "Se
manifestaba que Él sufría y deseaba asociar las almas a su Pasión. Me invitaba
a compenetrarme en sus dolores y a meditarlos: y al mismo tiempo ocuparme de la
salud de los hermanos. En seguida me sentí lleno de compasión por los dolores
del Señor y le pregunté qué podía hacer. Oí esta voz: 'te asocio a mi
Pasión'. Y en
seguida, desaparecida la visión, he vuelto en mí, en razón, y vi estos signos
de los que salía sangre. No los tenía antes", indicó.
Los médicos que observaron los
estigmas del Padre Pío no pudieron hacer cicatrizar sus llagas ni dar
explicación de ellas. Calcularon que perdía una copa de sangre diaria, pero sus
llagas nunca se infectaron. El Padre Pío decía que eran un
regalo de Dios y una oportunidad para luchar por ser más y más como Jesucristo
Crucificado.
Desde aquel momento estas heridas
exactas a las de la Pasión le acompañarían durante toda su vida, hasta dos días
antes de su muerte, que se produjo el 23 de septiembre de 1968, cuando las
heridas dejaron de sangrar.
-¿QUÉ
MILAGRO HIZO SANTO AL PADRE PÍO?
-El Padre Pío fue canonizado el
16 de junio de 2002 por el que ahora es otro de los grandes santos de la
Iglesia, San Juan Pablo II. Se trató de una celebración histórica pues una
multitud de más de 300.000 personas acudió al Vaticano para la canonización de
Pío de Pieltrecina, llenando por completo la Plaza de San Pedro y todas las
calles aledañas. Entre los presentes se encontraban tanto Consiglia de Martino, curada en 1992 y cuyo
milagro permitió la beatificación del fraile capuchino, y Matteo Colella, el
niño milagrado por el cual pudo ser declarado santo.
Matteo era tan sólo un niño
cuando en el año 2000 llegó un día a casa enfermo del colegio. Su padre, médico
de profesión en el hospital que creó el Padre Pío en San Giovanni Rotondo, le
llevó rápidamente a este centro. El diagnóstico fue claro: meningitis aguda
fulminante. Su situación empeoró rápidamente: "Tuvo
fallo multiorgánico –le dejaron de funcionar nueve órganos– y le bajaron repentinamente las pulsaciones –en un momento
dado solo tenía 10 pulsaciones por minuto–. Para un niño de 7 años todo esto
significa la muerte", explicaban los padres. Unas horas más
tarde. Además, el pequeño sufrió un paro cardiaco del que
consiguieron sacarle, pero después entró en coma.
Su madre se puso a rezar y pidió
la intercesión del Padre Pío. De hecho, se fue a la tumba del fraile y rezó
continuamente y sin parar. Incluso hizo una promesa. Si su hijo se salvaba ella
dedicaría toda su vida al servicio del santo capuchino. Días después el pequeño
Matteo despertó sin tener ningún tipo de afectación. Los médicos y enfermeros
no podían dar crédito a lo que veían. Estaba prácticamente muerto y se curó de
forma inexplicable. "Matteo aseguró al
despertar que había visto al padre Pío a la derecha de su cama. Le estaba
sujetando la mano y le dijo: “no te preocupes porque vas a volver pronto a
casa”", recuerda María. "Después,
le llevó hasta Roma, a una habitación donde había un niño enfermo tumbado en
una cama. “¿Le quieres curar?”, le preguntó el fraile. “¿Y eso cómo se hace?”,
repreguntó Matteo. “Con la fuerza de la voluntad”, contestó el padre Pío. Acto seguido,
impuso las manos sobre el niño, el niño se despertó, y también Matteo, en ese
momento, salió del coma", contaron los padres, algo que reconoció
la Santa Sede tras una larga investigación que acabaría aprobando el milagro
que haría santo al Padre Pío.
-¿QUÉ
DONES EXTRAORDINARIOS TENÍA EL PADRE PÍO?
-San Pío de Pieltrecina fue un
fraile de un gran carisma y de una gran humildad, lo que provocaba que miles de
peregrinos acudieran al convento de San Giovanni Rotondo. Pasaba hasta 10 y 12 horas confesando. Había largas filas para confesar con él y pese al enorme
esfuerzo que ello requería nunca rehuía esta misión en favor de las almas.
Además de los estigmas, el Padre
Pío recibió grandes dones a lo largo de su vida que mostraban ya en vida
importantes rasgos de santidad. Uno de ellos es su conocida capacidad de discernimiento para leer las conciencias y los corazones, lo
que provocaba precisamente la gran afluencia de fieles a su confesionario. Esto
lo acreditan numerosos testimonios de personas que acudieron a él.
Del mismo modo, el santo
capuchino tenía el don de profecía y el de la
curación milagrosa a través de la oración. Uno
de los más llamativos que también tuvo este gran santo fue el don de la bilocación, es
decir, el poder estar en dos lugares al mismo tiempo, pudiendo estar estos dos
puntos totalmente alejados físicamente. También tenía trato familiar con su
ángel guardián, con el que tuvo la gracia de comunicarse toda su vida. A día de
hoy, el Padre Pío es un santo especialmente intercesor. Son miles y miles las
gracias, favores y milagros atribuidos por su intercesión provenientes de todos
los rincones del mundo.
-¿POR
QUÉ EL PADRE PÍO FUE TAN PERSEGUIDO DENTRO DE LA IGLESIA?
El Padre Pío fue tan amado por el
pueblo como perseguido por una parte de la Iglesia. Durante años fue
fuertemente perseguido en el seno de la Iglesia. Incluso le llegaron a prohibir
confesar o celebrar la misa para los fieles. Todo ello, por una serie de
acusaciones falsas. Su respuesta fue, sin embargo,
la obediencia y la humildad pese a las calumnias.
Su biógrafo, Renzo Allegri
explicaba en una entrevista que recogía ReL que fue la envidia la razón por la
que algunos provocaron esta hostilidad hacia el Padre Pío en distintos momentos
de su vida, descartando así motivaciones políticas o teológicas.
El Padre Pío recibió los estigmas
el 20 de septiembre de 1918. Asustado, se armó de valor e informó a su confesor
al cabo de un mes, con una carta fechada 17 de octubre. El confesor le impuso
contar todo con detalle y el Padre lo hizo en una larga carta fechada 22 de
octubre. Ocho meses después la noticia era de dominio público. El 1 de mayo de
1919, Il Giornale d'Italia publicó una noticia con este título: "El milagro
de un santo", y como subtítulo: "Un
soldado curado al instante en San Giovanni Rotondo". Los demás
periódicos también se engancharon, y el 21 de junio Il Mattino de Nápoles contó
toda la historia con un artículo de dos páginas titulado: "El Padre Pío,
el 'Santo' de San Giovanni Rotondo, actúa un milagro en el canciller del
pueblo; testigo, un enviado especial de Il
Mattino". San Giovanni
Rotondo empezó a estar invadida por peregrinos. Es entonces cuando empiezan a
llegar al Santo Oficio cartas anónimas contra el Padre Pío”, explicaba
Allegri.
De este modo, añadía que “las cartas llegaban del clero local, apoyado por el
obispo de Manfredonia y Foggia, monseñor Pasquale Gagliardi. Incluso habían
formado, junto a algunos laicos, un grupo para destruir al Padre, al que
consideraban "un fanático y un estafador". En una carta al
clero de San Giovanni Rotondo, el obispo exhortaba: "No
tengan miedo de comprometerse enviando cartas e informes al Santo Oficio,
porque allí hay quien sabe recibirlas y mantener sub secreto". Este
es un ejemplo de las acusaciones contra el Padre Pío: "Nos
encontramos en pleno paganismo. La idolatría se profesa a gran escala: cuando
pasa el 'Santo' todo se postran en acto de adoración. El clero y el público
culto están obligados a creer para poder salvar su vida".
En su opinión, esta hostilidad estaba provocada por la envidia ya que “la gente
llegaba en masa al convento con generosas ofrendas. Pero también una mortal
trampa diabólica. Las acusaciones continuaron durante años, provocando graves
condenas por parte de las autoridades eclesiásticas. Las condenas del Santo
Oficio fueron cinco, nunca retractadas, ni siquiera después de la canonización
del Padre Pío. En 1931 fue condenado a arresto domiciliario: durante 750 días
no pudo confesar, ni realizar ninguna de las actividades propias del
sacerdocio”.
Acerca de la posibilidad de que
fueran los estigmas los que provocaran esta animadversión, el biógrafo
aseguraba que “la gente sencilla no sentía ninguna
perplejidad. Tampoco los hermanos de la orden, ni los numerosos periodistas que
habían tenido conocimiento -incluso
viéndolos con sus ojos-, las curaciones y los milagros. Los médicos enviados
por el Santo Oficio para emitir un juicio científico afirmaron encontrarse ante
un hecho científicamente inexplicable. Los informes de los teólogos y de los
obispos enviados por el Papa para tener un juicio concreto fueron todos
positivos; de hecho, el Papa Benedicto XV dijo públicamente: "Sí, el Padre Pío realmente es un hombre de
Dios". Las perplejidades fueron causadas por el clero local con continuas
calumnias y cartas anónimas, que encontraron una inexplicable acogida en el
Santo Oficio”.
-
CÓMO REZAR CON EL PADRE PÍO.
-A lo largo de su vida, el Padre Pío dejó numerosas frases que hoy son
utilizadas por muchos para rezar o meditar, dado el discernimiento del santo de
Pieltrecina. En Orar (Libros
Libres) se recogieron algunos de estos pensamientos del santo. A continuación,
ofrecemos algunos de ellos divididos por temas:
"Con el estudio de
los libros se busca a Dios, con la meditación se le encuentra”.
“Tengamos la firme
esperanza de ser escuchados, confiados en la promesa que nos hace el Divino
Maestro: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá… Porque
todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os será dado”, no se cansaba de repetir el Santo de Pietrelcina a los fieles que
acudían a él en confesión o buscando consejos espirituales para su vida.
ORACIÓN
"Orad y orad
siempre cada vez con más insistencia. Jesús es bueno y no dejará de escuchar
tantas oraciones dirigidas a Él con confianza", escribe el Padre Pío. En otra ocasión dirá: "La
oración es la mejor arma que tenemos; es una llave que abre el corazón de
Dios".
CONFIAR...
La confianza en Dios es otro de
los capítulos del libro: "Con confianza me
acurruco en los brazos de Jesús y que suceda todo lo que Él ha dispuesto",
recalca el Padre Pío.
"Vuestro
futuro está dispuesto por Dios con admirable bondad siempre para bien: sólo os
falta resignaros a los que Dios disponga y bendecir su mano que llama, abraza,
acaricia y, si algunas veces castiga con dureza, lo hace porque es la mano de
un padre".
"¿Acaso no
estamos en la manos de la Providencia, la madre más afectuosa que se puede
decir e imaginar?".
SUFRIMIENTO
"Cuando a Él
le plazca colocarnos en la cruz, es decir, tenernos en cama enfermos,
agradezcámosle y sintámonos afortunados por tanto honor recibido, sabiendo que
estar en la cruz con Jesús es un acto sumamente más perfecto que el de sólo
contemplarlo en ella".
TENTACIONES
"Si supiésemos
los méritos que obtenemos por las tentaciones sufridas con paciencia y
vencidas, casi exclamaríamos: ¡Señor, envíanos tentaciones!".
"El demonio
sólo tiene una puerta para entrar en nuestro espíritu: la voluntad... Nada es
pecado si no ha sido consentido por la voluntad".
"El maligno
quiere convencerte de que eres víctima de sus ataques y del abandono divino; no
le creas, porque te quiere engañar; desprécialo en nombre de Jesús y de su
Santísima Madre".
EUCARISTÍA
"La Santa Misa
es como un vale que nos ha dejado Cristo, y con el cual nos presentamos al
Padre para beneficiarnos del tesoro de los frutos de la cruz y de cuanto
necesitamos para nuestra salvación. En la Santa Misa, Cristo atiende nuestras
súplicas, las rectifica, las mejora y las presenta al Padre aludiendo al
sacrificio ofrecido en la cruz".
VACÍO
DE TODO, MENOS DE DIOS...
"La vida, sin
el amor de Dios, es peor que la muerte".
"Dios
enriquece el alma que se vacía de todo".
"Muertos son
los que viven alejados de Dios".
PARA
HACER FÁCIL EL MATRIMONIO
"Recordad que
el matrimonio comporta obligaciones difíciles que sólo la gracia de Dios puede
hacer fáciles".
-CRONOLOGÍA
DE LA VIDA DEL PADRE PÍO.
-25 de mayo, 1887. Bajo el nombre de Francesco Forgione nace en Pietrelcina, Benevento,
en el sur de Italia. Un día después es bautizado.
-27 de mayo, 1899. Recibe el Sacramento de la Confirmación.
- 1903. Entra al noviciado de Marcone. El 22 de enero es investido con el hábito
de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos. Toma el nombre de Fra Pío.
- 1904. Terminado el año de noviciado hace la Primera Profesión (profesión
temporal).
-1907. Hace su profesión perpetua.
-1910. Se sobrepone a graves problemas de salud, es ordenando sacerdote en la
capilla del Arzobispo de Beneveto.
-Septiembre, 1910. Recibe los estigmas visiblemente por primera vez, pero por poco tiempo y
de forma intermitente. Ruega a Dios se los quite. Confía el
acontecimiento a únicamente a su director espiritual.
-Noviembre, 1911. El suceso sobrenatural llega a la atención de sus superiores cuando es
observado un día en éxtasis.
-28 de julio, 1916. Llega al Convento de San Giovanni Rotondo y permanece allí hasta su
muerte.
-20 de septiembre, 1918. Mientras reza, tras la misa, en el área del coro de la antigua Iglesia
de Nuestra Señora de las Gracias, aparecen los estigmas de forma visible y
permanente.
-1919. Comienzan a circular rumores en el pueblo del posible traslado del
¨santo¨ de San Giovanni Rotondo, lo que agita grandemente a la población.
-2 de junio, 1922. El Santo Oficio (hoy Congregación para la Doctrina de la Fe) prohíbe
apariciones públicas y el acceso del público a Padre Pio.
-1924-1931. En varias ocasiones la Santa Sede rechaza que el fenómeno sea de origen
sobrenatural.
-9 de junio, 1931. (Solemnidad de Corpus Christi). La Santa Sede ordena al Padre Pío
desistir de toda actividad salvo la celebración de la Santa Misa, la cual sólo
podrá celebrar en privado.
- 1933. El Papa Pío XI ordena al Santo Oficio que dé marcha atrás y deje sin
efecto la prohibición que pesaba sobre el Padre Pío de celebrar
públicamente.
-1934. Las facultades del Padre Pío son restauradas poco a poco. Se le
permite confesar primero a hombres (25 de marzo, 1934) y luego confesar a
mujeres (12 de mayo, 1934).
-23 de septiembre de
1968. Fallece en su celda a las 2:30 de la madrugada.
Murió saludable y sin los estigma. Sus últimas palabras: "Gesú e
Maria" (Jesús y María).
-26 de septiembre, 1968. El cuerpo del Padre Pío se entierra en una cripta en la Iglesia de
Nuestra Señora de las Gracias. Asisten al funeral más de 100.000 personas.
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