Cada 13 de octubre se inicia la novena a San Juan Pablo II, cuyo pontificado de más de 26 años cambió para bien la historia del mundo y de la Iglesia Católica con su magisterio, su fidelidad y su ejemplo de vida.
Aquí ofrecemos una
novena para pedir la intercesión de aquel que es recordado como el Papa de la
Familia.
PRIMER
DÍA DE LA NOVENA A SAN JUAN PABLO II
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo
Oración de San Juan
Pablo II por la familia
Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra,
Padre, que eres Amor y Vida, haz que en cada familia humana sobre la tierra se
convierta, por medio de tu Hijo, Jesucristo, "nacido de Mujer", y del
Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida y
del amor para las generaciones porque siempre se renuevan.
Haz que tu gracia guíe a los pensamientos y las obras de los esposos
hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo.
Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte
apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor.
Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del
matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis,
por las que a veces pasan nuestras familias.
Haz finalmente, te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de
Nazaret, que la Iglesia en todas las naciones de la tierra pueda cumplir
fructíferamente su misión en la familia y por medio de la familia. Tú, que eres
la Vida, la Verdad y El Amor, en la unidad del Hijo y del Espíritu santo. Amén.
1er día: Luces y
sombras de la familia en la actualidad (Familiaris Consortio 9)
A la injusticia originada por el pecado —que ha penetrado profundamente
también en las estructuras del mundo de hoy— y que con frecuencia pone
obstáculos a la familia en la plena realización de sí misma y de sus derechos
fundamentales, debemos oponernos todos con una conversión de la mente y del
corazón, siguiendo a Cristo Crucificado en la renuncia al propio egoísmo:
semejante conversión no podrá dejar de ejercer una influencia beneficiosa y
renovadora incluso en las estructuras de la sociedad.
Se pide una conversión continua, permanente, que, aunque exija el
alejamiento interior de todo mal y la adhesión al bien en su plenitud, se actúa
sin embargo concretamente con pasos que conducen cada vez más lejos. Se
desarrolla así un proceso dinámico, que avanza gradualmente con la progresiva
integración de los dones de Dios y de las exigencias de su amor definitivo y
absoluto en toda la vida personal y social del hombre. Por esto es necesario un
camino pedagógico de crecimiento con el fin de que los fieles, las familias y
los pueblos, es más, la misma civilización, partiendo de lo que han recibido ya
del misterio de Cristo, sean conducidos pacientemente más allá hasta llegar a
un conocimiento más rico y a una integración más plena de este misterio en su
vida.
Oración a San Juan
Pablo II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición!
Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a
caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a
todos a Jesús.
Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a
soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los
caminos de la vida en la tierra.
Bendice las familias, ¡bendice cada familia!
Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable
chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu
oración protege las familias y cada vida que brota en la familia.
Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e
injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el
amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.
Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a
María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.
Se mencionan las intenciones de la Novena y luego
se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Oración de San Juan
Pablo II a la Virgen María (Evangelium Vitae)
Oh María, aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes, a ti confiamos
la causa de la vida: mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se
impide nacer, de pobres a quienes se hace difícil vivir, de hombres y mujeres
víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la
indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los
hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de
celebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valentía de
testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para
alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo
SEGUNDO
DÍA DE LA NOVENA A SAN JUAN PABLO II
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo
Oración de San Juan
Pablo II por la familia
Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra,
Padre, que eres Amor y Vida, haz que en cada familia humana sobre la tierra se
convierta, por medio de tu Hijo, Jesucristo, "nacido de Mujer", y del
Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida y
del amor para las generaciones porque siempre se renuevan.
Haz que tu gracia guíe a los pensamientos y las obras de los esposos
hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo.
Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte
apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor.
Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del
matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis,
por las que a veces pasan nuestras familias.
Haz finalmente, te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de
Nazaret, que la Iglesia en todas las naciones de la tierra pueda cumplir fructíferamente
su misión en la familia y por medio de la familia. Tú, que eres la Vida, la
Verdad y El Amor, en la unidad del Hijo y del Espíritu santo. Amén.
Segundo día: Matrimonio
y comunión entre Dios y los hombres (Familiaris Consortio 12)
La comunión de amor entre Dios y los hombres, contenido fundamental de
la Revelación y de la experiencia de fe de Israel, encuentra una significativa
expresión en la alianza esponsal que se establece entre el hombre y la mujer.
Por esta razón, la palabra central de la Revelación, «Dios ama a su
pueblo», es pronunciada a través de las palabras vivas y concretas con que el
hombre y la mujer se declaran su amor conyugal.
“Su vínculo de amor se convierte en imagen y símbolo de la Alianza que
une a Dios con su pueblo. El mismo pecado que puede atentar contra el pacto
conyugal se convierte en imagen de la infidelidad del pueblo a su Dios: la
idolatría es prostitución, la infidelidad es adulterio, la desobediencia a la
ley es abandono del amor esponsal del Señor. Pero la infidelidad de Israel no
destruye la fidelidad eterna del Señor y por tanto el amor siempre fiel de Dios
se pone como ejemplo de las relaciones de amor fiel que deben existir entre los
esposos.
Oración a San Juan
Pablo II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición!
Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a
caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a
todos a Jesús.
Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a
soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los
caminos de la vida en la tierra.
Bendice las familias, ¡bendice cada familia!
Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable
chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu
oración protege las familias y cada vida que brota en la familia.
Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e
injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el
amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.
Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a
María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.
Se mencionan las intenciones de la Novena y luego
se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Oración de San Juan
Pablo II a la Virgen María (Evangelium Vitae)
Oh María, aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes, a ti confiamos
la causa de la vida: mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se
impide nacer, de pobres a quienes se hace difícil vivir, de hombres y mujeres
víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la
indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los
hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de
celebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valentía de
testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para
alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo
TERCER
DÍA DE LA NOVENA A SAN JUAN PABLO II
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo
Oración de San Juan
Pablo II por la familia
Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra,
Padre, que eres Amor y Vida, haz que en cada familia humana sobre la tierra se
convierta, por medio de tu Hijo, Jesucristo, "nacido de Mujer", y del
Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida y
del amor para las generaciones porque siempre se renuevan.
Haz que tu gracia guíe a los pensamientos y las obras de los esposos
hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo.
Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte
apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor.
Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del
matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis,
por las que a veces pasan nuestras familias.
Haz finalmente, te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de
Nazaret, que la Iglesia en todas las naciones de la tierra pueda cumplir
fructíferamente su misión en la familia y por medio de la familia. Tú, que eres
la Vida, la Verdad y El Amor, en la unidad del Hijo y del Espíritu santo. Amén.
Tercer día: Los hijos,
don preciosísimo del matrimonio (Familiaris Consortio 14)
Según el designio de Dios, el matrimonio es el fundamento de la
comunidad más amplia de la familia, ya que la institución misma del matrimonio
y el amor conyugal están ordenados a la procreación y educación de la prole, en
la que encuentran su coronación.
En su realidad más profunda, el amor es esencialmente don y el amor
conyugal, a la vez que conduce a los esposos al recíproco «conocimiento» que
les hace «una sola carne», no se agota dentro de la pareja, ya que los hace
capaces de la máxima donación posible, por la cual se convierten en
cooperadores de Dios en el don de la vida a una nueva persona humana. De este
modo los cónyuges, a la vez que se dan entre sí, dan más allá de sí mismos la
realidad del hijo, reflejo viviente de su amor, signo permanente de la unidad
conyugal y síntesis viva e inseparable del padre y de la madre.
Al hacerse padres, los esposos reciben de Dios el don de una nueva
responsabilidad. Su amor paterno está llamado a ser para los hijos el signo
visible del mismo amor de Dios, «del que proviene toda paternidad en el cielo y
en la tierra».
Sin embargo, no se debe olvidar que incluso cuando la procreación no es
posible, no por esto pierde su valor la vida conyugal. La esterilidad física,
en efecto, puede dar ocasión a los esposos para otros servicios importantes a
la vida de la persona humana, como por ejemplo la adopción, las diversas formas
de obras educativas, la ayuda a otras familias, a los niños pobres o
minusválidos.
Oración a San Juan
Pablo II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición!
Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a
caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a
todos a Jesús.
Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a
soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los
caminos de la vida en la tierra.
Bendice las familias, ¡bendice cada familia!
Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable
chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu
oración protege las familias y cada vida que brota en la familia.
Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e
injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el
amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.
Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a
María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.
Se mencionan las intenciones de la Novena y luego
se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Oración de San Juan
Pablo II a la Virgen María (Evangelium Vitae)
Oh María, aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes, a ti confiamos
la causa de la vida: mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se
impide nacer, de pobres a quienes se hace difícil vivir, de hombres y mujeres
víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la
indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los
hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de
celebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valentía de
testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para
alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo
CUARTO
DÍA DE LA NOVENA A SAN JUAN PABLO II
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo
Oración de San Juan
Pablo II por la familia
Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra,
Padre, que eres Amor y Vida, haz que en cada familia humana sobre la tierra se
convierta, por medio de tu Hijo, Jesucristo, "nacido de Mujer", y del
Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida y
del amor para las generaciones porque siempre se renuevan.
Haz que tu gracia guíe a los pensamientos y las obras de los esposos
hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo.
Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte
apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor.
Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del
matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis,
por las que a veces pasan nuestras familias.
Haz finalmente, te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret,
que la Iglesia en todas las naciones de la tierra pueda cumplir fructíferamente
su misión en la familia y por medio de la familia. Tú, que eres la Vida, la
Verdad y El Amor, en la unidad del Hijo y del Espíritu santo. Amén.
Cuarto día: ¡Familia, sé
lo que eres! (Familiaris Consortio 17).
En el designio de Dios Creador y Redentor la familia descubre no sólo su
«identidad», lo que «es», sino también su «misión», lo que puede y debe
«hacer». El cometido, que ella por vocación de Dios está llamada a desempeñar
en la historia, brota de su mismo ser y representa su desarrollo dinámico y
existencial. Toda familia descubre y encuentra en sí misma la llamada
imborrable, que define a la vez su dignidad y su responsabilidad: familia,
¡«sé» lo que «eres»!
Remontarse al «principio» del gesto creador de Dios es una necesidad
para la familia, si quiere conocerse y realizarse según la verdad interior no
sólo de su ser, sino también de su actuación histórica. Y dado que, según el
designio divino, está constituida como «íntima comunidad de vida y de amor», la
familia tiene la misión de ser cada vez más lo que es, es decir, comunidad de
vida y amor, en una tensión que, al igual que para toda realidad creada y
redimida, hallará su cumplimiento en el Reino de Dios. En una perspectiva que
además llega a las raíces mismas de la realidad, hay que decir que la esencia y
el cometido de la familia son definidos en última instancia por el amor. Por
esto la familia recibe la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor,
como reflejo vivo y participación real del amor de Dios por la humanidad y del
amor de Cristo Señor por la Iglesia su esposa.
Todo cometido particular de la familia es la expresión y la actuación
concreta de tal misión fundamental. Es necesario por tanto penetrar más a fondo
en la singular riqueza de la misión de la familia y sondear sus múltiples y
unitarios contenidos.
Oración a San Juan
Pablo II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición!
Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a
caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a
todos a Jesús.
Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a
soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los
caminos de la vida en la tierra.
Bendice las familias, ¡bendice cada familia!
Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable
chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu
oración protege las familias y cada vida que brota en la familia.
Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e
injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el
amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.
Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a
María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.
Se mencionan las intenciones de la Novena y luego
se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Oración de San Juan
Pablo II a la Virgen María (Evangelium Vitae)
Oh María, aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes, a ti confiamos
la causa de la vida: mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se
impide nacer, de pobres a quienes se hace difícil vivir, de hombres y mujeres
víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la
indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los
hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de
celebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valentía de
testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para
alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo
QUINTO
DÍA DE LA NOVENA A SAN JUAN PABLO II
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo
Oración de San Juan
Pablo II por la familia
Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra,
Padre, que eres Amor y Vida, haz que en cada familia humana sobre la tierra se
convierta, por medio de tu Hijo, Jesucristo, "nacido de Mujer", y del
Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida y
del amor para las generaciones porque siempre se renuevan.
Haz que tu gracia guíe a los pensamientos y las obras de los esposos
hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo.
Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte
apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor.
Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del
matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis,
por las que a veces pasan nuestras familias.
Haz finalmente, te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de
Nazaret, que la Iglesia en todas las naciones de la tierra pueda cumplir
fructíferamente su misión en la familia y por medio de la familia. Tú, que eres
la Vida, la Verdad y El Amor, en la unidad del Hijo y del Espíritu santo. Amén.
Quinto día: La familia,
célula primera y vital de la sociedad (Familiaris Consortio 42).
«El Creador del mundo estableció la sociedad conyugal como origen y
fundamento de la sociedad humana»; la familia es por ello la «célula primera y
vital de la sociedad».
La familia posee vínculos vitales y orgánicos con la sociedad, porque
constituye su fundamento y alimento continuo mediante su función de servicio a
la vida. En efecto, de la familia nacen los ciudadanos, y éstos encuentran en
ella la primera escuela de esas virtudes sociales, que son el alma de la vida y
del desarrollo de la sociedad misma.
Así la familia, en virtud de su naturaleza y vocación, lejos de
encerrarse en sí misma, se abre a las demás familias y a la sociedad, asumiendo
su función social.
Oración a San Juan
Pablo II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición!
Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a
caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a
todos a Jesús.
Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a
soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los
caminos de la vida en la tierra.
Bendice las familias, ¡bendice cada familia!
Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable
chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu
oración protege las familias y cada vida que brota en la familia.
Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias.
Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por
nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.
Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a
María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.
Se mencionan las intenciones de la Novena y luego
se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Oración de San Juan
Pablo II a la Virgen María (Evangelium Vitae)
Oh María, aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes, a ti confiamos
la causa de la vida: mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se
impide nacer, de pobres a quienes se hace difícil vivir, de hombres y mujeres
víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la
indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los
hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de
celebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valentía de
testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para
alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo
SEXTO
DÍA DE LA NOVENA A SAN JUAN PABLO II
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo
Oración de San Juan
Pablo II por la familia
Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra,
Padre, que eres Amor y Vida, haz que en cada familia humana sobre la tierra se
convierta, por medio de tu Hijo, Jesucristo, "nacido de Mujer", y del
Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida y
del amor para las generaciones porque siempre se renuevan.
Haz que tu gracia guíe a los pensamientos y las obras de los esposos
hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo.
Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte
apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor.
Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del
matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis,
por las que a veces pasan nuestras familias.
Haz finalmente, te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de
Nazaret, que la Iglesia en todas las naciones de la tierra pueda cumplir
fructíferamente su misión en la familia y por medio de la familia. Tú, que eres
la Vida, la Verdad y El Amor, en la unidad del Hijo y del Espíritu santo. Amén.
Sexto día: Matrimonio y
Eucaristía (Familiaris Consortio 57)
El deber de santificación de la familia cristiana tiene su primera raíz
en el bautismo y su expresión máxima en la Eucaristía, a la que está
íntimamente unido el matrimonio cristiano. El Concilio Vaticano II ha querido
poner de relieve la especial relación existente entre la Eucaristía y el
matrimonio, pidiendo que habitualmente éste se celebre «dentro de la Misa»[144].
Volver a encontrar y profundizar tal relación es del todo necesario, si se
quiere comprender y vivir con mayor intensidad la gracia y las
responsabilidades del matrimonio y de la familia cristiana.
La Eucaristía es la fuente misma del matrimonio cristiano. En efecto, el
sacrificio eucarístico representa la alianza de amor de Cristo con la Iglesia,
en cuanto sellada con la sangre de la cruz[145].
Y en este sacrificio de la Nueva y Eterna Alianza los cónyuges cristianos
encuentran la raíz de la que brota, que configura interiormente y vivifica
desde dentro, su alianza conyugal. En cuanto representación del sacrificio de
amor de Cristo por su Iglesia, la Eucaristía es manantial de caridad. Y en el
don eucarístico de la caridad la familia cristiana halla el fundamento y el
alma de su «comunión» y de su «misión», ya que el Pan eucarístico hace de los
diversos miembros de la comunidad familiar un único cuerpo, revelación y
participación de la más amplia unidad de la Iglesia; además, la participación
en el Cuerpo «entregado» y en la Sangre «derramada» de Cristo se hace fuente
inagotable del dinamismo misionero y apostólico de la familia cristiana.
Oración a San Juan
Pablo II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición!
Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a
caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a
todos a Jesús.
Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a
soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los
caminos de la vida en la tierra.
Bendice las familias, ¡bendice cada familia!
Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable
chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu
oración protege las familias y cada vida que brota en la familia.
Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e
injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el
amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.
Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a
María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.
Se mencionan las intenciones de la Novena y luego
se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Oración de San Juan
Pablo II a la Virgen María (Evangelium Vitae)
Oh María, aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes, a ti confiamos
la causa de la vida: mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se
impide nacer, de pobres a quienes se hace difícil vivir, de hombres y mujeres
víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la
indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los
hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de
celebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valentía de
testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para
alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo
SÉPTIMO
DÍA DE LA NOVENA A SAN JUAN PABLO II
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo
Oración de San Juan
Pablo II por la familia
Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra,
Padre, que eres Amor y Vida, haz que en cada familia humana sobre la tierra se
convierta, por medio de tu Hijo, Jesucristo, "nacido de Mujer", y del
Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida y
del amor para las generaciones porque siempre se renuevan.
Haz que tu gracia guíe a los pensamientos y las obras de los esposos
hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo.
Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte
apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor.
Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del
matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis,
por las que a veces pasan nuestras familias.
Haz finalmente, te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de
Nazaret, que la Iglesia en todas las naciones de la tierra pueda cumplir
fructíferamente su misión en la familia y por medio de la familia. Tú, que eres
la Vida, la Verdad y El Amor, en la unidad del Hijo y del Espíritu santo. Amén.
Séptimo día: El
Sacramento de la conversión y reconciliación (Familiaris Consortio 58)
Parte esencial y permanente del cometido de santificación de la familia
cristiana es la acogida de la llamada evangélica a la conversión, dirigida a
todos los cristianos que no siempre permanecen fieles a la «novedad» del
bautismo que los ha hecho «santos». Tampoco la familia es siempre coherente con
la ley de la gracia y de la santidad bautismal, proclamada nuevamente en el
sacramento del matrimonio.
El arrepentimiento y perdón mutuo dentro de la familia cristiana que
tanta parte tienen en la vida cotidiana, hallan su momento sacramental
específico en la Penitencia cristiana. Respecto de los cónyuges cristianos, así
escribía Pablo VI en la encíclica Humanae vitae:
«Y si el pecado les sorprendiese todavía, no se desanimen, sino que recurran
con humilde perseverancia a la misericordia de Dios, que se concede en el
Sacramento de la Penitencia».
La celebración de este sacramento adquiere un significado particular
para la vida familiar. En efecto, mientras mediante la fe descubren cómo el
pecado contradice no sólo la alianza con Dios, sino también la alianza de los
cónyuges y la comunión de la familia, los esposos y todos los miembros de la
familia son alentados al encuentro con Dios «rico en misericordia», el cual,
infundiendo su amor más fuerte que el pecado, reconstruye y perfecciona la
alianza conyugal y la comunión familiar.
Oración a San Juan
Pablo II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición!
Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a
caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a
todos a Jesús.
Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a
soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los
caminos de la vida en la tierra.
Bendice las familias, ¡bendice cada familia!
Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable
chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu
oración protege las familias y cada vida que brota en la familia.
Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e
injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el
amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.
Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a
María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.
Se mencionan las intenciones de la Novena y luego
se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Oración de San Juan
Pablo II a la Virgen María (Evangelium Vitae)
Oh María, aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes, a ti confiamos
la causa de la vida: mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se
impide nacer, de pobres a quienes se hace difícil vivir, de hombres y mujeres
víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la
indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los
hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de
celebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valentía de
testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para
alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo
OCTAVO
DÍA DE LA NOVENA A SAN JUAN PABLO II
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo
Oración de San Juan
Pablo II por la familia
Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra,
Padre, que eres Amor y Vida, haz que en cada familia humana sobre la tierra se
convierta, por medio de tu Hijo, Jesucristo, "nacido de Mujer", y del
Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida y
del amor para las generaciones porque siempre se renuevan.
Haz que tu gracia guíe a los pensamientos y las obras de los esposos
hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo.
Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte
apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor.
Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del
matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis,
por las que a veces pasan nuestras familias.
Haz finalmente, te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de
Nazaret, que la Iglesia en todas las naciones de la tierra pueda cumplir
fructíferamente su misión en la familia y por medio de la familia. Tú, que eres
la Vida, la Verdad y El Amor, en la unidad del Hijo y del Espíritu santo. Amén.
Octavo día: Plegaria y
vida (Familiaris Consortio 62)
No hay que olvidar nunca que la oración es parte constitutiva y esencial
de la vida cristiana considerada en su integridad y profundidad. Más aún,
pertenece a nuestra misma «humanidad» y es «la primera expresión de la verdad
interior del hombre, la primera condición de la auténtica libertad del
espíritu»[156].
Por ello la plegaria no es una evasión que desvía del compromiso
cotidiano, sino que constituye el empuje más fuerte para que la familia
cristiana asuma y ponga en práctica plenamente sus responsabilidades como
célula primera y fundamental de la sociedad humana. En ese sentido, la efectiva
participación en la vida y misión de la Iglesia en el mundo es proporcional a
la fidelidad e intensidad de la oración con la que la familia cristiana se una
a la Vid fecunda, que es Cristo.
De la unión vital con Cristo, alimentada por la liturgia, de la ofrenda
de sí mismo y de la oración deriva también la fecundidad de la familia
cristiana en su servicio específico de promoción humana, que no puede menos de
llevar a la transformación del mundo.
Oración a San Juan
Pablo II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición!
Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a
caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos
a Jesús.
Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a
soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los
caminos de la vida en la tierra.
Bendice las familias, ¡bendice cada familia!
Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable
chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu
oración protege las familias y cada vida que brota en la familia.
Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e
injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el
amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.
Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a
María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.
Se mencionan las intenciones de la Novena y luego
se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Oración de San Juan
Pablo II a la Virgen María (Evangelium Vitae)
Oh María, aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes, a ti confiamos
la causa de la vida: mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se
impide nacer, de pobres a quienes se hace difícil vivir, de hombres y mujeres
víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia
o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los
hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de
celebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valentía de
testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para
alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo
NOVENO
DÍA DE LA NOVENA A SAN JUAN PABLO II
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo
Oración de San Juan
Pablo II por la familia
Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra,
Padre, que eres Amor y Vida, haz que en cada familia humana sobre la tierra se
convierta, por medio de tu Hijo, Jesucristo, "nacido de Mujer", y del
Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida y
del amor para las generaciones porque siempre se renuevan.
Haz que tu gracia guíe a los pensamientos y las obras de los esposos
hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo.
Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte
apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor.
Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del
matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis,
por las que a veces pasan nuestras familias.
Haz finalmente, te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de
Nazaret, que la Iglesia en todas las naciones de la tierra pueda cumplir
fructíferamente su misión en la familia y por medio de la familia. Tú, que eres
la Vida, la Verdad y El Amor, en la unidad del Hijo y del Espíritu santo. Amén.
Noveno día: ¡El futuro
de la humanidad se fragua en la familia! (Familiaris Consortio 86)
Por consiguiente es indispensable y urgente que todo hombre de buena
voluntad se esfuerce por salvar y promover los valores y exigencias de la
familia.
A este respecto, siento el deber de pedir un empeño particular a los
hijos de la Iglesia. Ellos, que mediante la fe conocen plenamente el designio
maravilloso de Dios, tienen una razón de más para tomar con todo interés la
realidad de la familia en este tiempo de prueba y de gracia.
Deben amar de manera particular a la familia. Se trata de una consigna
concreta y exigente.
Amar a la familia significa saber estimar sus valores y posibilidades,
promoviéndolos siempre. Amar a la familia significa individuar los peligros y
males que la amenazan, para poder superarlos. Amar a la familia significa
esforzarse por crear un ambiente que favorezca su desarrollo. Finalmente, una
forma eminente de amor es dar a la familia cristiana de hoy, con frecuencia
tentada por el desánimo y angustiada por las dificultades crecientes, razones
de confianza en sí misma, en las propias riquezas de naturaleza y gracia, en la
misión que Dios le ha confiado: «Es necesario que las familias de nuestro
tiempo vuelvan a remontarse más alto. Es necesario que sigan a Cristo».
Oración a San Juan
Pablo II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición!
Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a
caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a
todos a Jesús.
Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a
soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los
caminos de la vida en la tierra.
Bendice las familias, ¡bendice cada familia!
Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable
chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu
oración protege las familias y cada vida que brota en la familia.
Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e
injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el
amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.
Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a
María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.
Se mencionan las intenciones de la Novena y luego se
rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Oración de San Juan
Pablo II a la Virgen María (Evangelium Vitae)
Oh María, aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes, a ti confiamos
la causa de la vida: mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se
impide nacer, de pobres a quienes se hace difícil vivir, de hombres y mujeres
víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la
indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los
hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de
celebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valentía de
testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los
hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para
alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo
Redacción ACI
Prensa
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