Halloween, ¿es una fiesta que la puede celebrar un cristiano?
Por: Gustavo Daniel D´Apicee | Fuente: Ediciones
Puede parecer divertido disfrazar a los pequeños de la
casa y salir con ellos a pedir dulces por las calles.
Sin embargo, las fiestas que celebramos reflejan quiénes somos e
influyen en nuestros valores.
"Halloween" significa Víspera Santa, pues se refiere a la noche del 31 de octubre, víspera
de la Fiesta de Todos los Santos, solemnidad celebrada el 1º de Noviembre.
La fantasía anglosajona, sin embargo, le ha quitado este sentido luminoso y de
gloria, para celebrar en su lugar la noche del terror, de las brujas y los
fantasmas, y esta tendencia se ha propagado también entre los pueblos hispanos.
Ya desde el siglo VI antes de Cristo los celtas del norte de Europa celebraban el fin del año con la fiesta de SAMHEIN, que comenzaba la noche del 31 de octubre.
Marcaba el fin del verano y de las cosechas. El colorido de los campos y el calor del sol desaparecían ante la llegada de los días de frío y oscuridad.
Creían que aquella noche el dios de la muerte permitía a los muertos volver a la tierra fomentando un ambiente de muerte y de terror.
La separación entre los vivos y los muertos se disolvía aquella noche, haciendo posible la comunicación entre unos y otros.
Las almas de algunos difuntos estaban atrapadas dentro de animales feroces y
podían ser liberadas ofreciéndole a los dioses sacrificios de toda índole,
incluso sacrificios humanos.
Sin duda Samhein no es otro sino el mismo demonio que en todas las épocas busca
implantar la cultura de la muerte en lugar de la cultura de la vida.
Aquellos desafortunados también creían que esa noche los espíritus malignos,
fantasmas y otros monstruos salían libremente para aterrorizar a los hombres.
Para aplacarlos y protegerse se hacían grandes hogueras.
Otras formas de evitar el acoso de estos macabros personajes era preparándoles
alimentos (de allí los dulces), montar macabras escenografías, y disfrazarse
para tratar de asemejarse a ellos, y así pasar desapercibidos ante sus miradas
amenazantes.
¿CÓMO SABÍA AQUELLA GENTE DE
LA APARIENCIA DE BRUJAS, FANTASMAS Y MONSTRUOS?
Lo que pasa es que vivían aterrorizados ante las fuerzas de la naturaleza y las
realidades del sufrimiento y de la muerte, a las que no podían dar una
respuesta satisfactoria.
De alguna forma buscaban desahogar aquella situación dándole expresión en toda
clase de fantasías (catarsis, purificación interior, sacándolo afuera de sí,
proyectándolo, se diría hoy).
Todo lo feo, lo monstruoso y lo amenazante que se puede imaginar en figuras de
animales y seres humanos constituye la base para dar rienda libre a la
imaginación del terror.
MEZCLA CON EL CRISTIANISMO.
Cuando los pueblos celtas se cristianizaron, no todos renunciaron a las
costumbres anteriores. Es decir, la conversión no fue completa.
La coincidencia cronológica de la fiesta de brujas, del terror y de la
muerte, con la fiesta cristiana de Todos los Santos y la de los difuntos, que
es al día siguiente, hizo que algunos las mezclaran.
En vez de recordar los buenos
ejemplos de los santos y orar por los antepasados, se llenaban de miedo ante
las antiguas supersticiones sobre la muerte y los difuntos.
Algunos inmigrantes irlandeses introdujeron Halloween en los Estados
Unidos, donde llegó a ser parte del folklore popular.
Se le añadieron diversos elementos tomados de los diferentes grupos de
inmigrantes, representando la creencia en brujas, fantasmas, duendes, drácula y
monstruos de toda especie.
Desde USA, el gran mercado del mundo, Halloween se ha propagado por todos
partes.
ALGUNAS COSTUMBRES DE
HALLOWEEN
TRUCO O REGALO.
Los niños (y no tan niños) se disfrazan (en una verdadera competencia para
hacer el disfraz más horrible y tétrico) y van de casa en casa exigiendo “truco o regalo”.
La idea es que si no se les da alguna golosina le harán alguna maldad al
residente del lugar que visitan.
Para algunos esto ha sido alguna vez un gracioso juego de niños.
Últimamente esta práctica se ha convertido en algo peligroso tanto para los
residentes (que pueden ser visitados por una patota violenta), como para los
que visitan (hay residentes que reaccionan con violencia ante una posible
amenaza).
JACK Y LA CALABAZA.
Según una antigua leyenda irlandesa un hombre llamado Jack había sido muy malo
y no podía entrar en el cielo. Tampoco lo aceptaban en el infierno.
Tuvo por eso que permanecer en la tierra vagando por los caminos, con una
linterna a cuestas.
Esta linterna primitiva se hacía vaciando un vegetal y poniéndole dentro un
carbón encendido.
Jack entonces se conocía como “Jack de la
Linterna”.
Para ahuyentar a Jack, la gente ponía una linterna similar en la ventana o
frente a la casa.
Cuando la tradición se popularizó en USA, el
vegetal con que se hacía la linterna comenzó a ser una CALABAZA
la cual es parte de las tradiciones de Halloween.
Para producir un efecto tenebroso, la luz sale de la calabaza por agujeros en
forma del rostro de una calavera o de una bruja.
FIESTA DE DISFRACES.
UNA FIESTA DE DISFRACES PUEDE PARECER
QUE NO ES INTRÍNSECAMENTE ALGO MALO.
Pero, en una cultura desenfrenada como la nuestra, hay que tomar ciertas
precauciones.
Detrás de un disfraz se pueden hacer muchas cosas vergonzosas con impunidad.
Se puede matar, violar, asesinar.
Se hacen proposiciones indecentes con mayor impunidad.
Con frecuencia es un pretexto para esconderse y aprovechar la situación.
LOS DISFRACES DE HALLOWEEN
ALUDEN AL MIEDO Y A LA MUERTE.
Con frecuencia los disfraces se burlan de las cosas sagradas: monjas embarazadas, sacerdotes con novia, perversiones
sexuales, etc.
Nada de eso parece ser gracioso para la persona cuerda ya que, aunque ella no
tenga fe o se burle de ella, un hijo o pariente suyo puede estar en esas
circunstancias de consagración a Dios o de ser víctima de perversiones sexuales
u homicidas.
Con el reciente incremento del satanismo y de lo oculto, también se ha
convertido en la ocasión para celebrar en grande toda clase de ritos
tenebrosos, desde brujerías hasta misas negras (con la consiguiente profanación de la
hostia consagrada en orgías diabólicas) y asesinatos.
Con el pretexto de curiosidad. o de ser solo algo para divertirse y pasar el
tiempo, no son pocos los cristianos que realizan estas cosas, e incluso
mezclándolas, quizá en forma atemperada, en actividades escolares y/o
catequísticas.
JESUCRISTO ES LA VICTORIA
SOBRE EL MAL.
La cultura moderna, jactándose de ser pragmática y científica, ha rechazado a
Dios por considerarlo un mito ya superado. Además, Dios “entorpece la libertad de hacer lo que uno quiera”.
Al mismo tiempo, para llenar el vacío del alma y tratar de dar respuesta a lo
que sólo Jesucristo puede dar, el hombre de hoy retrocede cada vez más al
absurdo de la superstición.
A VECES, SE HA CAMBIADO A DIOS POR EL MISMO DEMONIO.
No es de extrañar entonces que vivamos en una cultura de la muerte en la que
millones de niños son abortados cada año y muchos más mueren de hambre y
abandono.
Los ancianos y los enfermos tienen miedo de ir al hospital, porque les
practican la eutanasia en los países donde ya está autorizada...
AL QUE NO PRODUCE O NO CONSUME SE LO AYUDA A MORIR.
Es más fácil dejarse llevar por la corriente de la cultura de la muerte y
regresar al miedo, a la muerte y a un "mas allá" sin Dios porque, sin
la fe, el hombre se arrastra hacia la necesidad de protegerse de fuerzas que no
puede dominar.
BUSCA DE ALGUNA MANERA CON SUS RITOS EXORCIZAR LAS
FUERZAS SUPERIORES.
DESGRACIADAMENTE MUCHOS CRISTIANOS HAN OLVIDADO EL TESTIMONIO DE LOS SANTOS Y
LA IMPORTANCIA DE REZAR POR LOS DIFUNTOS, Y SE DEJAN LLEVAR POR ESTAS
COSTUMBRES PARA FESTEJAR CON BRUJAS Y FANTASMAS, sin saber que:
SOLO JESUCRISTO LIBERA DE LA MUERTE.
Él es la luz que brilla en la oscuridad de los
largos inviernos espirituales del hombre.
Nos protege de la monstruosidad de Satanás y los demonios.
Da sentido al sufrimiento con su Cruz.
Sale vencedor del horror y de la muerte.
Solo Él basta.
Ante Dios, la cultura de la muerte cede el paso a la Cultura de la Vida, del
amor, de la paz y de la Luz.
ALTERNATIVAS A HALLOWEEN:
Se pueden hacer muchas celebraciones en torno al recuerdo de los santos.
Hay, por ejemplo, un proyecto que se denomina “Fiesta
de Todos los Santos”.
Los niños se pueden disfrazar de su santo favorito y aprenderse su vida,
especialmente sus virtudes, con el fin de imitarlas.
Y pueden representarlas O ESCENIFICARLAS.
Ellos admiran la nobleza, la heroicidad, la virtud.
Los mayores pueden leer acerca de los santos, tener una fiesta en honor al
santo favorito de la comunidad o de la familia.
No olvidemos que las vidas de santos, ya sea en libros o en películas, atraen a
niños y adultos, y algunas son específicamente para niños, para adolescentes o
para adultos, Y MUCHOS HAN CONOCIDO LA FELICIDAD Y
LA DICHA DE VIVIR EN Dios leyéndolas o viéndolas.
EN LA CONMEMORACIÓN DE
TODOS LOS FIELES DIFUNTOS:
Había una antigua costumbre española de ir de puerta en puerta cantando,
tocando instrumentos musicales y pidiendo dinero para las «ánimas del
Purgatorio» (para celebrar Misas en sufragio de ellas).
No ya pidiendo “truco o regalo”, sino que a
través del canto y de la música, la limosna irá en beneficio de las almas de
los difuntos y de aquellos que, con estas dádivas, consagran su vida a orar por
ellos, situación en la que también nosotros estaremos algún día.
Aquellos que hagan el esfuerzo por vivir su fe
lograrán en la Fiesta de Todos los Santos recordar que todos somos llamados a la
santidad.
Podrán conocer las vidas maravillosas de los testigos de Jesucristo que les
ayudarán a vivir la Palabra de Dios.
Podrán vivir en la libertad de la Vida y de la Luz, y no entre las sombras
monstruosas de brujas y fantasmas que llevan a la muerte.
Encontrarán además grandes amigos que intercederán desde el cielo por su
salvación.
Y orarán por aquellos con los que un día nos reencontraremos para siempre para
gozar de la inefable felicidad de estar con Jesús Resucitado, los ángeles y los
santos, en un universo maravillosamente transfigurado e iluminado desde dentro.
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