EL DOCTOR EN HISTORIA TOMÁS LÓPEZ PIZCUETA LOS OFRECIÓ ANTE LA MILICIA DE SAN LUIS IX
¡Es el globalismo!":
esta acusación, que hace unos años se
hacía en voz baja y con miedo a la opinión pública es hoy una palabra en boca
de todos.
Ciudadanos de a pie, tertulianos
de no pocas emisoras de radio e incluso artículos periodísticos y
conversaciones en el vagón de metro delatan que este término referido a
la supresión de las soberanías e identidades nacionales cobra cada vez mayor protagonismo.
Sin embargo, los expertos en la
cuestión afirman que no es nada nuevo. De hecho, según el doctor en
Historia Tomás
López Pizcueta, el "brazo armado" del Globalismo -la "Agenda 2030"- no es sino un "resumen y compendio de las decisiones de las
grandes conferencias internacionales de la ONU sobre población" desde
la década de los años 50 del siglo pasado.
Como doctor en Historia y antiguo
encargado de la digitalización de medios de comunicación como La Vanguardia, Pizcueta ofrece una
diferenciación digna de atención. Especialmente para los católicos interesados
al respecto, pues no son muchos los que se atreven a afirmar como él que el conflicto ideológico a día de hoy va más allá del "Globalismo vs
Patriotismo".
En su opinión, esta es una parte
importante del debate, pero no la nuclear. "Estamos
ante un combate que debe plantearse como algo espiritual", afirma
enérgico. Y como tal, sus orígenes se remontan al comienzo de la humanidad.
Sin embargo, observa como esta
Agenda 2030 y sus 17 objetivos -reconocibles por el logo multicolor que la
práctica totalidad de políticos lucen en su solapa- se difunden entre no pocos
católicos que considera "víctimas del
buenismo". Estos, dice, olvidan que "la Agenda es lo que es y no lo que nos gustaría que fuera".
Pero, ¿qué
es la Agenda 2030? Para muchos es algo desconocido, para
otros una serie de metas loables y filantrópicas. Algunos creen que no es "ni mucho ni tan poco" y los más
versados los contemplan como una serie de objetivos destinados a cumplirse en
los próximos años, propuestos -o impuestos- por los grandes poderes globales.
Para Pizcueta no es más que una forma más de erosionar la Civilización cristiana y, por tanto, algo que "un católico coherente no puede suscribir".
¿El motivo? Fue la tesis de su última conferencia al respecto. Te ofrecemos 12
razones que ofreció el mismo Pizcueta:
1º
UN FUNDAMENTO ÉTICO… DE DUDOSA ÉTICA: LA CARTA DE LA TIERRA
El primer argumento es el
fundamento ético de la Agenda 2030, para Pizcueta residente en la Carta de la Tierra.
Un documento firmado en 1997 y prologado por Mijaíl Gorbachov -Jefe de Estado de la URSS entre 1988 y
1991- que expresa la intención de "ayudar a la
humanidad a cambiar la visión antropológica del hombre".
"Se
necesita hacer la transición del hombre como rey de la naturaleza a la
convicción de que forma parte de ella. Necesitamos un nuevo paradigma que
reemplace los vagos conceptos antropológicos… y el mecanismo que usaremos
será el reemplazo de los diez mandamientos por los principios
contenidos en esta carta", añade el documento.
2º
LA TIERRA, ¿ES MERECEDORA DE ADORACIÓN?
El doctor en Historia destaca que
si bien desde la cosmovisión cristiana "siempre
se ha apoyado el cuidado de la tierra y la creación", este no ha sido
"por la naturaleza en sí, sino por ser un
regalo de Dios". "La Tierra es un don de Dios y debemos
cuidarla, es un bien moral". Sin embargo, la Agenda,
lejos de contener ningún referente espiritual, "trata de
ser una especie de cielo en la Tierra, pero sin Dios".
3º
SUPRIME LAS SOBERANÍAS, IDENTIDADES Y TRADICIONES NACIONALES
También las cristianas. De hecho,
"especialmente" las cristianas,
según Pizcueta. Y es que en su opinión, los promotores de la Agenda 2030
quieren, con ella, "derrumbar, debilitar
y suprimir las soberanías nacionales" legítimas. ¿Cómo? "Haciendo un
documento que se imponga como principio y guión -la Agenda- de toda decisión
política. Todo gira en alrededor de ella, ya no sirven las constituciones nacionales,
muchas de ellas [especialmente las] impregnadas de valores cristianos",
responde.
4º
NO PERSIGUE EL BIEN DE LA PERSONA, SINO EL DE LA TIERRA
Una idea fuerza a lo largo de
toda la ponencia fue la raíz maltusiana de la Agenda 2030, consistente en la
teoría que justifica el control de la población para que haya recursos para
todos, explica Pizcueta: "A través del aborto -que no deja de ser un
genocidio- de la ideología de género -con la que no se puede concebir- o
fomentando la eutanasia y eugenesia, pues es mejor que esas personas no vengan
-según sus partidarios-. La ecología es el centro de toda decisión y
no la persona".
A continuación se refirió
brevemente al Concilio Vaticano I para expresar que "todo
lo que tenemos es un regalo de Dios, porque por lo que nos ama ha querido crearlo,
no para aumentar su gloria sino para manifestarla y comunicarla".
5º
UNA NUEVA RELIGIÓN AL MARGEN DE DIOS Y LA VERDAD
Acto seguido el historiador citó
las palabras de Paul Watson,
confundador de Greenpeace -no importa lo que es verdad, solo cuenta lo que la
gente cree que es la verdad- para referirse a la revisión de la religión que
pretende llevar a cabo la propia Agenda.
Y es que "hay
que sacralizar el discurso porque al hacerlo lo revestimos de espiritualidad,
de algo sagrado, grande y elevado. Por tanto, hagamos que el ecologismo
sea una nueva religión mientras se vacía a la católica", explica,
concebida cada vez más como "una institución
de autoayuda".
"Pero la
Iglesia no es una ONG, no es solo un grupo de gente buena que hace cosas
buenas: es la transmisora, custodia y guardiana de la fe que
nos dio Jesucristo y no podemos vaciarla de su contenido", afirma.
6º
CONDENA -Y COMBATE- AL CRISTIANISMO COMO CULPABLE DE LA CRISIS
En este sentido, recoge que
mientras el mensaje evangélico al respecto es que "Dios
dio la creación para su explotación y nuestros propios fines", el
de los partidarios de la agenda es el contrario: "Pertenecemos a la Tierra, la Tierra no nos pertenece".
"Sin embargo,
la cosmovisión católica al respecto -conocida como abrahámica- es que Dios creó
al hombre y le dijo: `Someted a la tierra´. Una visión
que debe ser combatida que tienen los cristianos -y particularmente los
católicos-", según la cual "es voluntad de Dios que el hombre explote la tierra
para sus propios fines", explica. Siguiendo estos pasos, solo resta
una consideración de cara a los cristianos: "El
cristianismo es el culpable de la crisis medioambiental y debemos combatirlo".
7º
SUPLANTADA LA FE, EL ECOLOGISMO ASCIENDE COMO UNA NUEVA RELIGIÓN
Pizcueta explica que en este
conflicto, el paradigma moral del ecologismo es "cuidar
del planeta en sí mismo, no por ser un bien moral que hace mejor al
hombre". Asimismo, añade, "es un
proyecto de ética universal, pero basado en valores relativos y
sostenibles" basados en el consenso.
Así, explica. "no solo pretenden eliminar los diez mandamientos, sino subvertirlos tratando de convertir lo malo en bueno e incluso en
un derecho, una perversión de todo el orden natural",
Menciona, además, que pretende
ser un cuerpo de valores "sostenibles pero
basados en el consenso". Algo que es "imposible",
pues cuando deje de haber consenso dejará de ser sostenible: "Para que [un proyecto] sea sostenible, tiene
que estar basado en valores inmutables y universales como en los diez
mandamientos, que no son
patrimonio de los católicos sino de toda la humanidad, porque ahí se compendia
toda la Ley Natural".
8º
PARA LA AGENDA, EL HOMBRE ES "UN SER VIVO MÁS DE LA CREACIÓN"
"Según ellos,
el hombre es una plaga y causante de todo este desastre, por tanto hemos de
acabar con él con el aborto o la eutanasia. El hombre no tiene dignidad, solo
la Madre Tierra", dicen. "Sin
embargo, el hombre tiene dignidad, entre otras cosas porque Cristo se encarnó
en un hombre. El Hombre, después de los ángeles, es la
criatura más excelsa de Dios y no una plaga", afirma.
9º
ELIMINA A DIOS Y PONE EL CUIDADO DE LA TIERRA COMO FIN DEL HOMBRE
Además de sustituir la moral
cristiana por una conciencia ecológica, explica. En este sentido, destaca la
importancia de que los cristianos asuman que el mensaje evangélico es actual y
universal, también en lo relativo al cuidado de la creación. Algo en lo que,
sin embargo, puede llevar a confusión entre medios y fines.
"Cuidar el
planeta, enseñar a los niños a no tirar la comida o a no tirar el papel al
suelo… todo ello no se debe enseñar [en última
instancia] por cuidar el planeta, sino por no ser sucios, por
nuestra virtud". Además, "es falso que Dios no creó al hombre para ser una
parte de la naturaleza, sino para que la dominase y viviera de ella", explica.
10º
PROMUEVE LA ELIMINACIÓN DE LA FAMILIA O LA FAMILIA PEQUEÑA
Antes de finalizar su
intervención, Pizcueta citó uno de los puntos de la Conferencia Mundial
de Población de Bucarest de
1974 -antecedente de la Agenda- como una de las grandes conferencias promotoras
de la disminución de la natalidad y la familia:
"Empleen, cuando
sea necesario y conveniente, a personal sanitario profesional y auxiliar
adecuadamente capacitado, trabajadores de divulgación rural y de economía
doméstica y trabajadores sociales, así como conductos no gubernamentales, para
ayudar a prestar servicios de planificación de la familia y asesoramiento
a los que utilicen métodos anticonceptivos. Se aseguren de que
la información y la instrucción sobre planificación de la familia y otras
cuestiones que afectan la fecundidad se basen en conocimientos científicos
válidos y probados e incluyan una descripción completa de todo riesgo que pueda
acarrear el uso de métodos anticonceptivos o el no usarlos".
11º
PROMUEVE EL RELATIVISMO SEXUAL, EL ABORTO Y LA LIBERACIÓN SEXUAL
Para Pizcueta, uno de los
principales problemas que presenta la Agenda respecto a la fe católica es el
relativo a la libertad sexual. La libertad de la Agenda, definida vagamente
como la "paz universal dentro de un concepto
más amplio de libertad", conlleva la ampliación de los llamados
derechos sexuales y reproductivos -aborto, uniones homosexuales o igualdad de
géneros-, siguiendo la máxima de la Escuela de Frankfurt de que "la paz llega cuando la persona se libera
sexualmente".
En este sentido, la Agenda emplea
un lenguaje encaminado a "caer en el
relativismo", de modo que sociedades
'inclusivas' es "el todo vale" y la salud sexual significa
"aborto": "Los
cristianos no rechazamos a ningún homosexual y deberíamos amar a todos porque
así lo enseñó Nuestro Señor. Pero se quiere al pecador, no al pecado,
y no todo vale. Se trata de una rebelión contra Dios y la
naturaleza".
12º
DIRIGIDA A ELIMINAR AL QUE IMPIDA EL DESARROLLO SOSTENIBLE
Cita en último lugar la
interpretación del tercer ODS del documento Transformar
nuestro mundo, que manifiesta su compromiso en "garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y
reproductiva, incluidos los de
planificación familiar, información y educación". Asimismo, valora "las enfermedades no transmisibles, incluidos los
trastornos conductuales, evolutivos y neurológicos" -como el
síndrome de Down- como "un grave impedimento
para el desarrollo sostenible" susceptible de esos servicios de "planificación familiar".
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