Las leyes de imposición de la ideología de género, como la del PP en la Comunidad de Madrid, recortan la libertad de ciencia del médico, al obligarle a un tratamiento determinado, no según criterios científicos, sino según las demandas del paciente.
En los últimos artículos he
hablado de los errores de la ideología
de género con
respecto a la educación y la enseñanza. Veamos ahora lo que sucede con la
medicina.
La mayor parte de las comunidades
autónomas han dictado leyes en favor de la ideología de género. La de Madrid se
llama Ley de Protección integral contra la
LGTBIfobia y la discriminación por razón de orientación e identidad sexual en
la Comunidad de Madrid. En ella
se establece:
“Artículo 70. Son infracciones muy graves: c) La
promoción y realización de terapias de aversión o conversión con la finalidad
de modificar la orientación sexual o identidad de género de una persona. Para
la comisión de esta infracción será irrelevante el consentimiento prestado por
la persona sometida a tales terapias”.
»Artículo 72.- Sanciones. 3.- Las infracciones muy graves serán sancionadas con
multa de 20.001 hasta 45.000 euros.
»Artículo73.- Graduación de las sanciones. 1.- Para
la graduación de las sanciones se tendrá en cuenta: La
pertenencia de la persona infractora a un grupo organizado de ideología
fehacientemente LGTBIfóbica".
Aclaro que la mayor parte de las
leyes de nuestras comunidades sobre el tema son todavía más
salvajes.
Creo que hay tres grupos grandemente perjudicados en estos artículos: aquellos
homosexuales, que, en uso de sus legítimos derechos y conociendo como saben
que cada vez hay más homosexuales que logran llegar a la heterosexualidad,
intentan también ellos conseguirlo, aunque suponga enfrentarse con el
todopoderoso lobby LGTBI; los médicos, a quienes se trata de
amedrentar para que no ejerzan su profesión; y los católicos, a quienes
este lobby, por nuestra no aceptación de la ideología de género, nos considera
como enemigos.
Esta ley abre la puerta a
la persecución religiosa, así como va contra la profesión médica. Al
médico se le impide el libre ejercicio de su profesión, porque la ideología es
más importante que la realidad. Un amigo mío, médico en Madrid, me contaba que
hablando con sus colegas, no le podían creer, por lo que la discusión terminaba
pidiéndoles su email y mandándoles la Ley.
Y es que, lamentablemente,
la ignorancia sobre las barbaridades e idioteces de la
ideología de género sigue siendo casi general. En la propia Iglesia católica,
aunque los tres últimos Papas la han condenado repetidamente, muchos cardenales
y obispos siguen en silencio y la gran mayoría de los sacerdotes no han predicado nunca sobre estos temas, o como me dijo ayer un sacerdote sobre el último
documento de estos días sobre el tema de los obispos españoles: “Son tontadas”.
En general, los médicos tienen
ideas claras sobre el aborto.
Los que lo hacen no andan sobrados de principios morales.
Y con respecto al resto voy a
reproducir algunas frases de la nota de los obispos de la subcomisión episcopal
para la Familia y Defensa de la Vida:
-“Todos los
estudios científicos coinciden en que más del 70% de los niños que piden
cambiar de sexo, cuando pasan la adolescencia, no siguen pidiendo el cambio”
(nº 3);
-“La
despatologización de la transexualidad se identifica con favorecer una
intervención médica, pero sin criterios médicos, sino con criterios
subjetivos del paciente” (nº 4);
-“Se regula por ley
que la transexualidad es fruto de una elección de la identidad de género,
evitando que la ciencia, a través de la medicina, estudie y determine el
tratamiento más aconsejable. Podemos decir, por tanto, que se niega
la posibilidad de tratamiento psicosexual” (nº 5);
-"Hay que
alzar la voz con fuerza y denunciar el uso de tratamientos prematuros
e irreversibles aún más cuando no se está seguro de la existencia
de una auténtica disforia de género. Las actuaciones médicas que se lleven
a cabo en los menores, después de una serena reflexión, nunca deben ser de
carácter irreversible” (nº 9);
-“Hay
que respetar la libertad de conciencia y de ciencia a
todos los profesionales de los diversos ámbitos de la vida social sin
condicionar el desempeño profesional en libertad. Nos preocupa que se
quiera imponer un adoctrinamiento que
condicione el desempeño profesional en el campo educativo, sanitario,
función pública, judicatura, cultura, medios de comunicación” (nº 10).
Una vez más, nos encontramos con
el carácter totalitario de la ideología de género,
que trata de imponernos, sin respetar la libertad de pensamiento de los demás,
su modo de pensar y actuar.
Por: Pedro Trevijano
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