El cultivo de la personalidad humana tiene su raíz profunda en Dios.
nos soñó como personas distintas.
nos dio en proporciones distintas.
nos exigirá en medidas distintas.
«No podemos salvarnos en masa. Las masas pueden ser llamadas, pero
solo los individuos pueden responder a una llamada mediante su libre elección»
(Thomas Merton)
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