Papa Francisco en un coloquio con los seminaristas y sacerdotes que estudian en Roma.
Fuente: Vatican News
El Santo Padre mantuvo un amplio diálogo el lunes pasado, en el Aula Pablo VI
de la Ciudad del Vaticano, con los seminaristas y sacerdotes que estudian en
Roma. A Francisco le hicieron diez preguntas.
EL BUEN SACERDOTE Y EL ESTILO DE DIOS
A una pregunta que le planearon
acerca de la concreción de la misericordia, el Papa respondió que es necesario
aprender el lenguaje de los gestos que expresan cercanía y ternura. Y esto
también se aplica a la hora de pronunciar las homilías: "dejar que la expresión sea total", dijo.
“Si tú no eres humano con los gestos, la
mente también se vuelve rígida y en el sermón dirás cosas abstractas que nadie
entiende, y alguien tendrá la tentación de salir a fumar un cigarrillo”
Francisco habló de los tres
lenguajes que revelan "la madurez de una
persona: el lenguaje de la cabeza, el lenguaje del corazón y el lenguaje de las
manos", e instó a las personas a aprender a expresarse "con estos tres lenguajes: que yo piense lo que siento
y hago, que sienta lo que pienso y hago, y que haga lo que siento y
pienso".
Y entonces hay que asumir el
estilo de Dios – prosiguió – que es la cercanía. Porque Dios “se hizo cercano en la encarnación de Cristo. Está cerca
de nosotros". "Un buen sacerdote es cercano, compasivo y tierno"
– aclaró Francisco – reiterando que el estilo de Dios "es siempre cercanía, compasión y ternura".
MANTENER EL CONTACTO CON EL PUEBLO DE
DIOS
A la pregunta de cómo vivir el
sacerdocio sin perder ese olor a oveja que debe ser propio del ministerio
sacerdotal, Francisco respondió que aunque uno se dedique a los estudios o al
trabajo en la Curia "es importante mantener el
contacto con el pueblo, con el pueblo fiel de Dios, porque ahí está la unción
del pueblo de Dios: son las ovejas".
Al perder el olor de las ovejas,
al distanciarse de ellas, podrá ser "un teórico, un buen teólogo, un buen
filósofo, un muy buen curial que hace todas las cosas", pero habrá perdido
"la capacidad de oler a las ovejas".
"De hecho, tu alma ha perdido la capacidad de dejarse despertar por el
olor de las ovejas" – señaló el Papa – y recomendó mantener
experiencias pastorales "en una parroquia, en
un hogar de niños o chicos, o en una residencia de ancianos, lo que sea", para
no perder el contacto con el pueblo de Dios.
Además, Francisco reiteró lo que
él llama el principio de las cuatro proximidades de los sacerdotes: la cercanía a Dios – la oración – la cercanía al obispo,
la cercanía a los otros sacerdotes y la cercanía al pueblo de Dios”
“Si no hay cercanía al
pueblo de Dios, no eres un buen sacerdote”
EL SACERDOCIO NO ES “COMODISMO” NI
“ARRIBISMO”
El Papa habló asimismo de los
sacerdotes que viven el sacerdocio como si fuera un “trabajo”,
con horarios fijos, sacerdotes oficiales, que buscan la tranquilidad – “no molesten al cura, el cura está ocupado” – y
una vida cómoda; el “comodismo” en definitiva.
"El sacerdocio es un servicio sagrado a Dios –
explicó – es el servicio del cual la Eucaristía es el grado más alto, y es un
servicio a la comunidad”. A continuación, abordó el tema de los "sacerdotes escaladores", aquellos que
pretenden hacer carrera, invitándolos a dejar de hacerlo:
“El escalador al final es un traidor, no
es un servidor. Busca lo suyo y luego no hace nada por lo de los demás”
Francisco también les contó una
anécdota sobre su abuela, una emigrante italiana en Argentina – como muchos
otros italianos que se trasladaron a América y formaron una familia allí – a la
que le gustaba ofrecer enseñanzas sencillas, como una "catequesis"
normal.
LA ABUELA DEL PAPA
"La abuela nos
enseñaba: 'En la vida hay que progresar', es decir, inmediatamente los
ladrillos, la tierra, la casa, progresar, es decir, hacerse una posición, una
familia, y nos enseñaba esto. Pero ojo, no hay que confundir progresar con
escalar, porque el escalador es alguien que sube, sube, sube y cuando está
arriba muestra el... ¡la abuela decía la palabra! – continuó el Pontífice – te lo muestra, es
así, te lo muestra. Lo único que hacen los escaladores es hacer el ridículo.
Esto me ha hecho bien en la vida".
Para un sacerdote, en cambio –
prosiguió el Papa – lo importante es la comunión, la participación y la misión,
el servicio a los demás, "el peligro de buscar
el propio placer y la tranquilidad, es el peligro de escalar y,
desgraciadamente, en la vida hay muchos arribistas".
ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
En el amplio diálogo que mantuvo
en el Aula Pablo VI, Francisco destacó también la importancia de la dirección
espiritual – confirmando, sin embargo, que prefería el término "acompañamiento espiritual" – que no es
obligatoria, pero ayuda en el camino de la vida y es bueno confiarla a una
persona distinta del confesor. El Papa subrayó que lo importante es que se
trata de dos funciones distintas.
“Tú vas a ver al confesor para que te
perdone tus pecados, y vas preparándote sobre los pecados. Vas al director
espiritual para contarle las cosas que pasan en tu corazón, las emociones
espirituales, las alegrías, los enfados y lo que pasa dentro de ti”
El Pontífice explicó que
relacionándose "sólo con el confesor y no con
el director espiritual", no se crece, "esto
no va" – dijo – y si uno se relaciona "sólo
con un director espiritual, un acompañante" y no va a confesar sus
pecados – añadió – "esto tampoco va",
"son dos papeles diferentes".
A continuación, precisó que la
dirección espiritual no es un carisma clerical, un carisma sacerdotal, sino un
carisma bautismal, y que "los sacerdotes que
hacen dirección espiritual tienen el carisma no porque sean sacerdotes, sino
"porque están bautizados".
“La persona que no está acompañada en la
vida genera 'hongos' en el alma, los hongos que luego te molestan.
Enfermedades, soledades sucias, tantas cosas malas”
En cambio, es importante estar
acompañados, reconocer que necesitas que te acompañen, que te "aclaren las cosas", que reconozcas que
necesitas que alguien te ayude a entender tus emociones espirituales: “Qué quiere el Señor con esto, ¿dónde está la
tentación?". El Pontífice comentó:
“He encontrado algunos estudiantes de
teología que no sabían distinguir una gracia de una tentación”
Y explicó que el acompañamiento
espiritual puede ser realizado por un sacerdote, un obispo, o también por una
monja o un laico que sea una persona sabia.
DIÁLOGO ENTRE LA CIENCIA Y LA FE
A partir de una pregunta sobre el
diálogo entre ciencia y fe, el Papa invitó en primer lugar a estar abiertos a
las preguntas de los estudiosos y a las inquietudes de la gente o de los
universitarios, a escuchar y a mantener siempre una actitud positiva, abierta y
humilde:
Ser humilde, tener fe, no es
tener la respuesta a todo. Ese método de defender la fe ya no funciona, es un
método anacrónico. Tener fe, tener la gracia de creer en Jesucristo es estar en
el camino. Y eso es lo que el otro debe comprender: que
uno está en camino, que no se tienen todas las respuestas a todas las preguntas
TEOLOGÍA DE LA DEFENSA
Retrocediendo en el tiempo,
Francisco recordó que una vez "estaba de moda
una teología de la defensa y había libros con preguntas para defender".
"Cuando yo era niño, ese era el método para defenderse –dijo – son respuestas, algunas buenas, otras cerradas, pero no
sirven para dialogar". Es como si dar una respuesta “decretara una victoria”.
EL VERDADERO ESPÍRITU DEL PROGRESO HUMANO
"No, no
va" – enfatizó el Pontífice – y
recomendó mantener siempre abierto el diálogo con la ciencia, aunque no se
tengan las respuestas, y si acaso, dirigir a la persona a la que no se pudo
responder hacia quien puede ofrecer más aclaraciones. El diálogo es decir: "No puedo explicarte esto, pero debes acudir a estos
científicos, a estas personas que quizás te ayuden". En cambio,
debemos "huir de la oposición entre religión y
ciencia – exhortó el Papa – porque éste es
un mal espíritu, no es el verdadero espíritu del progreso humano".
“El progreso humano hará avanzar la
ciencia y también preservará la fe”
CAMINAR ENTRE MUCHAS DIFICULTADES, CAERSE
Y VOLVER A LEVANTARSE
Al responder a otra de las
preguntas, el Pontífice describió la vida como "un
continuo desequilibrio", porque se camina entre muchas
dificultades, cayendo y levantándose, y animó a no tener miedo y a discernir,
en cambio, en ese desequilibrio cotidiano, porque:
“En el desequilibrio hay mociones de Dios
que te invitan a algo, al deseo de hacer el bien”
SABER VIVIR EN DESEQUILIBRIO
"Saber vivir
en desequilibrio" lleva a "un
equilibrio diferente", un "equilibrio
dinámico" regido por Dios – señaló Francisco – que también se
detuvo en estos conceptos al hablar del “recto
discernimiento”.
“El discernimiento siempre es
desequilibrado”
GRACIA DE LA EXPERIENCIA ESPIRITUAL
Y aclaró que "el discernimiento correcto es buscar cómo este
desequilibrio encuentra su camino hacia Dios, y no encuentra el
'equilibrio'". En todo caso, el desequilibrio siempre se 'resuelve en un
plano superior, no en el mismo plano. Y esto es una gracia de la oración, una
gracia de la experiencia espiritual".
Es buscar hacer la voluntad de
Dios, lo que lleva a resolver el desequilibrio, pero en otro nivel. “En la práctica – añadió el Papa – el desequilibrio entra en la oración, entra en el camino
del Espíritu Santo" que "lleva a
una nueva situación armoniosa". Y a continuación, el Pontífice
reiteró lo importante que es la formación de los seminaristas, especialmente la
espiritual, y recomendó la vida comunitaria:
“Aprender a vivir en comunidad y no caer
después en la crítica de unos a otros, en los partidos dentro del presbiterio”
LOS PELIGROS DE INTERNET
Durante el encuentro con los
sacerdotes y seminaristas que estudian en la capital italiana, el Papa también
les habló de su relación con la tecnología y su incomodidad con las
herramientas digitales modernas. Les contó que recibió un teléfono móvil de
regalo nada más ser ordenado obispo en Argentina, y que lo utilizó para una
única llamada a su hermana y lo devolvió inmediatamente. "No es mi mundo, pero hay que usarlos",
dijo a los presentes, aunque “con cautela”. Francisco
hizo hincapié en los peligros de internet, como la pornografía digital, que
lamentablemente es una tentación para muchos, incluso para los religiosos: "Es algo que debilita el alma. Debilita el alma. El
diablo entra por ahí: debilita el corazón sacerdotal".
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