El P. Eduardo Hayen Cuarón, director del semanario Presencia, de la Diócesis mexicana de Ciudad Juárez, dio un importante consejo para los casos de embarazos en parejas de jóvenes que no se han casado y que se enfrentan a “un gran miedo”.
En su reciente artículo “Novios
embarazados”, el P.
Hayen Cuarón recordó que “la Iglesia Católica, en
su Código de Derecho Canónico, señala que el consentimiento matrimonial –el ‘yo
te acepto como mi esposa…’ que dicen los novios en la celebración de la boda–,
pronunciado sin la plena libertad para casarse, puede ser causa de nulidad
conyugal”.
“Forzar el matrimonio
debido a un embarazo inesperado puede ser causa de que la unión sea
inválida”, advirtió.
“Por ese motivo es importante la entrevista que los
novios tienen con el sacerdote, antes de la boda, para verificar si las condiciones
son las adecuadas para celebrar el matrimonio, y así evitar nupcias inválidas”,
continuó.
Durante esa entrevista, dijo el sacerdote, a la pareja se le pregunta “entre otras cosas, si hay un embarazo de por medio. De
ser así, celebrar el matrimonio es desaconsejable”.
El P. Hayen Cuarón subrayó la importancia de que, antes de un embarazo,
los jóvenes fortalezcan su noviazgo “absteniéndose
de tener vida sexual
y cultivando un noviazgo casto”.
Aunque los jóvenes crean estar “realmente enamorados”
y “fuertemente comprometidos”, dijo,
pueden ser “inestables y cambiantes”, por lo
que “queda una puerta abierta para terminar con la
relación y buscar una nueva pareja”.
Cuando ya se ha producido un embarazo, continuó, las parejas jóvenes “por ningún motivo deben recurrir al aborto”.
“Un embarazo no es una bolsita con células que
lleva la mujer. Es un hijo en gestación, una persona humana creada a imagen de
Dios, una persona inocente a la que se debe de respetar su vida y a la que se
debe cuidar”, subrayó.
“Los jóvenes que caen en la tentación de abortar –hombres y mujeres– se
hacen una herida muy grande en sus almas que es difícil de curar”, añadió.
El P. Hayen Cuarón animó a los jóvenes a que “ante
la presión familiar, económica o social que puedan sentir por un niño que viene
en camino, ‘a las voces del feminismo,
oídos sordos’”.
“Es mejor acudir a un centro de embarazo en crisis
de la propia localidad para obtener asesoría y poder llevar la gestación hasta
el alumbramiento del bebé”, dijo.
El sacerdote mexicano precisó luego que “tampoco
los novios que tienen un embarazo deben casarse de manera forzada. Los
matrimonios entre adolescentes tienen un alto índice de divorcios,
sobre todo hoy, más que nunca, cuando los jóvenes tardan más tiempo en
madurar”.
“Si ellos no estaban planeando su boda, contraer
matrimonio en esas circunstancias sólo aumentará sus problemas. Un ambiente
lleno de conflictos, discordias, peleas e infelicidad nunca será adecuado para
un niño. Así que vale más la ausencia de matrimonio que un mal matrimonio”, expresó.
A los jóvenes, indicó, “más que obligarlos a
casarse, se debe ayudarles rodeándolos de comprensión y apoyo. No les ayudarán
ni el desprecio, ni la marginación de los padres, sino la reflexión serena
sobre cómo deberán afrontar la maternidad y la paternidad una vez que nazca el
bebé”.
El P. Hayen Cuarón precisó que “con esto no
digo que los novios embarazados nunca deberán casarse. Al contrario: si una
pareja estaba planeando su boda es bueno que continúe haciendo sus planes”.
“Si, en cambio, los novios no tenían planes de
casarse y son suficientemente maduros para tomar la decisión de vivir en una
relación de matrimonio por el resto de sus vidas, es bueno que sigan avanzando
en ese proyecto”.
“Pero es altamente recomendable que esas parejas de
novios embarazados esperen hasta que nazca el bebé, y entonces continúen con
sus planes de casarse”, señaló.
POR DAVID RAMOS | ACI Prensa
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