La nadadora olímpica Erika Brown invita a las mujeres a defender su status en el deporte femenino frente a las incorporaciones transgénero.
Hace poco más de un mes que el
nadador transgénero Will Thomas hizo saltar todas las alarmas en el mundo de la
natación al obtener la victoria en tres modalidades femeninas
del evento anual Zippy Invitational de la Universidad de Akron.
Como relatamos en Religión en Libertad, Thomas
pasó años participando en las modalidades masculinas de natación hasta
que comenzó su terapia transgénero. Ahora, bajo el nombre de “Lia” está reventando las marcas y récords de la
categoría femenina.
Una de las aplastantes
victorias de Thomas en la modalidad femenina, que superó a sus rivales por
hasta 40 segundos, como se aprecia en este vídeo.
Desde entonces la polémica sobre
la participación de hombres transgénero en modalidades deportivas femeninas ha
inundado los medios de comunicación y debates en redes sociales.
La última en unirse al debate ha
sido Erika Brown. Para
la dos veces campeona de Estados Unidos y ganadora de una
medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio, la
situación no ofrece dudas. Las mujeres biológicas están en desventaja cuando
compiten contra hombres biológicos transgénero, afirma.
Brown, que comenzó su post de Instagram señalando “que todos somos hijos de Dios y estamos llamados
a amarnos unos a otros”,
expresó con contundencia su postura en lo referente al deporte.
La nadadora olímpica
Erika Brown ha llamado a defender la participación femenina en el deporte
frente a la injusticia del lobby trans.
UNA
MAYOR FORTALEZA, CAPACIDAD Y RESISTENCIA
“No podemos
permitirlo. Un hombre
biológico atraviesa la pubertad masculina, e incluso cuando ha hecho la
transición sigue teniendo la fisiología de un hombre”, afirmó.
“Unos años de
bloqueadores de testosterona y estrógeno no cambian el hecho de que [un
hombre transgénero] tiene unos músculos más fuertes, un corazón más grande y
una mayor capacidad pulmonar que una mujer”, añadió
Brown.
Por ello se mostró decidida a “defenderse” de lo que considera una clara amenaza
en el ámbito deportivo.
“Es la hora
de empezar a defender el deporte femenino antes de que perdamos aquello por lo que han
luchado tantas personas antes que nosotros”, añadió.
Tras comenzar la
transición, el aspecto de Thomas cambió por completo, pero su fuerza y
capacidad física se han mantenido prácticamente iguales.
Thomas fue miembro del
equipo de natación masculino de
la Universidad de Pensilvania varios años antes de comenzar la transición y
acceder al equipo de natación femenino de la misma universidad.
Tras un año de terapia alejado de
los deportes debido a la pandemia, Thomas ha comenzado su primera temporada en el equipo femenino alcanzando los primeros puestos
del país en las categorías
de 1500, 450 y 180 metros libres.
No son pocas las nadadoras y
familias del equipo las que han expresado sus quejas ante la desventaja, y
aunque “Lia” cumple con todos los requisitos
solicitados por la Universidad, los
aplastantes resultados sobre el resto del equipo no permiten ocultar la evidencia de su mayor fortaleza y capacidad física.
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