INFORME ANUAL DE SEGM,
LA ASOCIACIÓN MÉDICA QUE PIDE CIENCIA REAL A LA DAÑINA INDUSTRIA TRANS
JÓVENES VULNERABLES CAEN EN LA INDUSTRIA DEL CAMBIO DE SEXO... EN 2021 EMPIEZAN A PUBLICARSE ESTUDIOS SOBRE ARREPENTIDOS, YA MUTILADOS
En 2019, nació a nivel
internacional la Asociación para una Medicina de Género Basada en
Evidencias (SEGM, en inglés, https://www.segm.org).
Al terminar 2021, esta asociación
evalúa el debate sobre la transición y
cambio de sexo, especialmente con menores. Constata que algunas
cosas han mejorado, algunos países han frenado leyes muy dañinas y poco a poco hay países y sociedades médicas que empiezan a pedir rigor científico. Y
prudencia.
En su análisis del año, firmado
por Roberto D’Angelo, Stephen Beck, William Malone y Julia Mason, los
médicos de SEGM señalan que empiezan a oírse las voces que exigen verdadera
evidencia médica.
El primer signo fue el caso de Keira Bell
en Inglaterra, que llevó al Sistema Nacional de Salud británico a investigar
qué apoyo científico tenía el hacer cirugía que
esteriliza, que mutila genitales y la práctica de bloquear químicamente la pubertad a los adolescentes. Después de “dos repasos sistemáticos de la evidencia”, afirma
el SEGM, un informe de la sanidad pública británica admitía que los estudios a favor del cambio de sexo son de bajísima
calidad y sus beneficios de poca certeza.
La SEGM señala que en 2021, en Suecia, el Hospital Universitario Karolinska reconoció los daños
que causa a los menores el cambio de sexo y que Finlandia, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda
están pidiendo cada vez más evidencias médicas serias, y no ideología, respecto
a las prácticas de cambio de sexo.
La web de SEGM, por ejemplo, apuntaba en noviembre que el Colegio de Psiquiatras de Australia y
Nueva Zelanda (RANZCP) probablemente ha sido el primer ente
médico que ha cuestionado -muy tímidamente- la "afirmación de género"
(o cambio de sexo) para las personas con disforia de género.
¿CÓMO AYUDAR A LOS
JÓVENES? PARA EMPEZAR, NO DAÑAR
Hay estadísticas que hoy dicen
que entre el 2 y el 9% de los jóvenes (al menos en países occidentales) dicen ser “transgénero o de género diverso”. Las estadísticas pueden estar hinchadas y
referirse a muchas cosas distintas, pero es verdad que hay jóvenes con esa
inquietud.
También es posible que jóvenes
con problemas psico-emocionales, para lograr que se les escuche y atienda, declaren sentirse transgénero
-condición que hoy es prácticamente aplaudida- cuando en realidad su situación
psico-emocional es muy distinta.
Un joven hundido,
deprimido, puede pensar que declarándose trans recibirá atención, un camino,
¡incluso una comunidad! Unos a otros pueden animarse a la cirugía mutiladora, y
el negocio del cambio de sexo lo va a fomentar
¿Cuál es la
mejor forma de ayudar a que estos chicos tengan buena salud física y
mental a largo plazo?
La SEGM propone empezar con lo
más básico en bioética, su primer principio: “para
empezar, no dañar”.
“Miles de jóvenes en todo el mundo han compartido
su historia: les reafirmaban y animaban a la transición, sólo para descubrir
la gravedad de su error meses o años después. Este año, dos estudios distintos sobre destransición
documentaron el fenómeno real y creciente del arrepentimiento”, asegura
la asociación médica.
¿Cuántos jóvenes se
arrepienten? Aún no se sabe bien. La asociación apunta que lo más común es tardar entre 5 y 10 años en expresar el arrepentimiento. Pero un estudio reciente en Reino
Unido detecta que entre el 7 y el 10%
de los que cambiaron de sexo se arrepienten en apenas
16 meses.
Pero el arrepentimiento
llega tarde cuando la cirugía ya ha extirpado pechos, ovarios, útero, o los genitales
masculinos.
La ciencia no ha
demostrado que mutilar pechos, ovarios, úteros y genitales masculinos sea bueno
para las personas con disforia de género... más bien todo lo contrario
PRÁCTICA IRREVERSIBLE
QUE SE BASA EN UN ESTUDIO PEQUEÑO Y MALO
¿CUÁL ES LA BASE
CIENTÍFICA PARA LEGALIZAR ESTAS MUTILACIONES A MENORES?
Todas las clínicas que hacen
esto, todas las leyes que favorecen eso, se remiten a un solo estudio, “un pequeño experimento en Holanda que hablaba
de apenas 55 casos –en algunas
medidas, de tan solo 32 respuestas recogidas-, que hablaba de mejoras
psicológicas a corto plazo confusas [“mixed”] como mucho”.
Es el estudio holandés "Young adult psychological outcome"
publicado en 2014.
Este estudio medía 30 aspectos psicológicos tras la radical cirugía y hormonación. De estos
30 aspectos, la mitad no mejoraban tras la transición. Por ejemplo, la depresión, la ira y la ansiedad seguían igual. Y los aspectos que mejoraban, lo
hacían tan poco que clínicamente era insignificante. Hablamos de 55 personas respondiendo cuestionarios, y muchos de
ellos sin completarlos... Además,
tres casos desarrollaron diabetes y un paciente murió por complicaciones
quirúrgicas.
Hay que recordar qué significa
esta transición: que se quitan los
ovarios, úteros y testículos y se deja al paciente estéril para siempre, de forma irremediable. La necesidad
de hormonarse tiene más efectos que se acumularán a largo plazo.
En ciencia, los resultados de un experimento deben poderse replicar, la ciencia
busca repetir el experimento para establecer normas. Pues bien, la SEGM señala
que sólo se ha hecho un intento de replicar el protocolo del
estudio holandés (mismas
preguntas, mismo formato) y “no consiguió
encontrar ningún beneficio psicológico”.
Más aún, a las 55 personas que cambiaron de sexo en ese estudio holandés, nadie les ha hecho un seguimiento a largo plazo. Hoy
podrían haberse suicidado desesperadas la mitad de ellas y nadie lo habría
detectado.
LOS FALLOS DE LOS OTROS
ESTUDIOS
Si este estudio holandés -en el
que se ha basado este negocio y las leyes de algunos países - tiene un escaso
valor científico, los estudios posteriores son aún peores,
denuncia la SEGM.
“Usan muestras
descompensadas, están mal diseñados, no pueden
determinar si hay causación, combinan intervenciones distintas y son pocos los
que siguen a los jóvenes durante más de unos pocos meses, así que son
incapaces de detectar efectos médicos o psiquiátricos adversos”, dice la asociación.
Pero no sólo ella lo denuncia. También lo dice la NICE, la entidad que ha
revisado los estudios al respecto por encargo del Servicio Nacional de Salud
inglés. “Los estudios son todos pequeños, estudios
observacionales sin control, sometidos a prejuicio y confusión, y
todos los resultados son de muy baja certeza”.
Pese a esta casi nula evidencia científica, muchos
países, asociaciones médicas y clínicas de cambio de sexo insisten en que a los
jóvenes con disforia de género hay que mutilarles los genitales,
esterilizarlos de por vida, hormonarles e
impedirles la pubertad.
“Sin duda, en los próximos años se contará la
historia completa de este temerario desdén por la ciencia”,
advierte la SEGM.
UN PRECEDENTE EN
TELESERIE: DOPESICK Y LA DROGA OXYCONTIN
¿Cómo es que las
instituciones médicas no reaccionan? Ya ha
pasado otras veces en la historia, a veces truculenta, de la Medicina.
La asociación pone
el ejemplo de la droga Oxycontin, una historia que ha popularizado
la serie de Netflix Dopesick
en 2021 (de Disney+ en España, son 8 capítulos).
El Oxycontin era un “medicamento” que en 1996 parecía servir para
aliviar todo tipo de males. La recetaban los médicos en grandes cantidades y
cientos de agentes comerciales recibían incentivos por venderlo. La autoridad oficial
(la FDA americana) le había dado el visto bueno.
Pero en realidad era
un opiáceo muy adictivo que
fomentaba la adicción a esa y otras drogas y llevó a la muerte a muchos
pacientes. Este fármaco se había justificado con un
estudio malo y pequeño, la propaganda de una industria y la falta de controles a largo plazo, con asociaciones médicas
bienpensantes que no buscaron más información… todo eso llevó a promover unos
tratamientos dañinos durante años que suscitaron miles de adictos. La SEGM
señala que se está repitiendo algo similar, pero a nivel mundial.
EN 2021 SE ALZAN MÁS
VOCES EN LOS MEDIOS
La SEGM advierte que el debate en 2021 sobre el cambio de sexo a menores ha
ganado espacio. Señala que incluso profesionales a favor de
la cirugía de cambio de sexo hoy piden más precaución. Y los
medios generalistas han tratado el asunto. Antes no se atrevían.
La revista Economist a finales de
2020 difundió estas inquietudes y eso animó a más prensa generalista a prestar
atención y hacer preguntas incómodas. Muchos medios de comunicación se han
preguntado por qué de repente hay tantos problemas de salud mental ligados a la
identidad de género adolescente y hasta qué punto las transiciones y
hormonaciones son dañinas.
Sin embargo, aunque la prensa
trata el tema, las asociaciones médicas y de psicología se mantienen calladas, o repiten mantras que les pasan las clínicas de cambio de sexo
o los lobbies trans.
SEGM lamenta que “el diálogo en la medicina de género es duramente censurado en entornos
clínicos y académicos. La SEGM aporta una plataforma
segura en la que los médicos pueden colaborar y debatir sobre investigaciones
actuales y futuras. Hasta ahora, más de 350 clínicos han colaborado con SEGM
en una serie de proyectos, desde animar a sus asociaciones médicas a
reevaluar la evidencia sobre tratamientos hormonales y cirugía, a ser
co-autores de publicaciones".
SEGM denuncia también que “las revistas científicas
han
propagado desinformación sin criterio, aportada por investigadores con conflictos de
intereses significativos,
tanto personales como financieros y profesionales.
OBJETIVO: PROTEGER A
LOS JÓVENES, EVITAR DAÑOS PERDURABLES
SEGM establece su objetivo: “somos investigadores y sanitarios clínicos con una
misión, proteger de daños médicos a los jóvenes que se cuestionan su
género o tienen disforia de género y promover una aproximación a la inquietud
por género que priorice resultados favorables a largo plazo”.
SEGM ha logrado pronunciarse cada vez más en asociaciones médicas, en revistas
de revisión por pares y en tribunales.
“Antes de surgir SEGM había menos de media
docena de publicaciones que cuestionaran el uso de medidas invasivas en niños y jóvenes. Los
investigadores ligados a SEGM han publicado más de 50 publicaciones en
revistas de revisión por pares desde nuestro inicio en 2019. Muchos
ahora son accesibles sin coste porque SEGM ayudó a retirar los costes de
licencia abierta", explica la entidad científica.
La asociación señala que “casi cada semana hay un nuevo
estudio que anuncia con trompetas los ‘beneficios’ de las hormonas y cirugía para los jóvenes. Por suerte, también aumenta el número
de publicaciones que cuestionan esos estudios". Los estudios
pro-transición se apoyan en mucha cantidad de publicaciones, pero de muy escasa
calidad científica.
En estos dos años, la web de SEGM ha podido
ofrecer un detallado seguimiento actualizado de cada uno de estos
"estudios"... y de sus muchos fallos. La base y los datos
de SEGM son citados por prensa generalista y publicaciones especializadas en
medicina.
Su web recibió 75.000 visitas únicas en 2020, el triple que en 2019.
Además, como asociación, la SEGM ha colaborado con la Academia Americana de
Pediatría en su resolución que pide precaución en estas cirugías.
Ha colaborado también con el
Servicio de Salud de Suecia y con su guía a nivel nacional que va a publicar.
También ha aconsejado a órganos gubernamentales en Australia y Canadá. A todos
les señala que las mastectomías, cirugías y hormonación de menores NO tienen el apoyo de la evidencia médica.
Esperan que a lo largo de 2022, y a medida que es posible difundir más y más los datos que ofrece la ciencia frente
a la ideología y la industria del cambio de sexo, las
sociedades y clases médicas protegerán más y mejor a los menores de esas
técnicas mutiladoras, irreversibles y dañinas.
Más información (en
inglés) en: https://www.segm.org
Pablo J. Ginés/ReL
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