En la Solemnidad de la Epifanía del Señor, los otros protagonistas de la historia son los tres Reyes Magos que llegaron desde Oriente para adorar al Niño Jesús, nacido en Belén.
Los Reyes habían seguido la estrella de Belén para llegar hasta donde
estaba el Niño con la Virgen María y San José; y allí ofrecieron los dones del
oro, el incienso y la mirra.
Según narra la Enciclopedia
Católica, “hay certeza de que
los Magos escucharon en sueños que no volviesen a Herodes y ‘volvieron a su
país por otro camino’”.
“Después de su retorno a su patria los Magos fueron
bautizados por Santo Tomás y trabajaron mucho para la
propagación de la fe en Cristo. La historia se remonta a un escritor arriano
posterior al siglo VI, cuya obra está impresa como ‘Opus imperfectum in
Mattheum’ entre los escritos de San Juan Crisóstomo”.
Luego de su muerte, los restos de los Reyes Magos fueron llevados por
Santa Elena, madre del emperador Constantino a Constantinopla. En 1164 fueron
llevados de Milán (Italia) a Colonia (Alemania), donde están actualmente.
El 18 de agosto de
2005, en el marco de
su viaje por la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el Papa Benedicto XVI
dijo en esa catedral alemana que “la ciudad de
Colonia no sería lo que es sin los Reyes Magos, que tanto han influido en su
historia, su cultura y su fe. En cierto sentido, la Iglesia celebra aquí
todo el año la fiesta de la Epifanía”.
“Por eso, antes de saludaros a vosotros, queridos
habitantes de Colonia, he querido recogerme unos instantes en oración ante el
relicario de los tres Reyes Magos, dando gracias a Dios por su testimonio de
fe, de esperanza y de amor”, agregó.
El ahora Papa Emérito recordó que “en 1164,
las reliquias de estos Sabios de Oriente saliendo de Milán y, escoltadas por el
Arzobispo de Colonia Reinald von Dassel, atravesaron los Alpes hasta llegar a
Colonia, donde fueron acogidas con grandes manifestaciones de júbilo”.
“En su peregrinación por Europa, esas reliquias han
dejado huellas evidentes, que aún hoy permanecen en los nombres de lugares y en
la devoción popular”, resaltó.
Años después, en 2014, el Papa Francisco nombró al entonces Arzobispo de
Milán, Cardenal Angelo Scola, como su enviado especial para la conmemoración
del 850 aniversario del traslado de las reliquias de los Reyes Magos de Milán a
Colonia.
Según la historia recogida en el sitio web de la Catedral de
Colonia, la madre del emperador Constantino, Santa Elena, encontró
las reliquias de los Reyes Magos en la ciudad de Saba y las trasladó hasta
Constantinopla, hoy Estambul (Turquía).
Tres siglos después, el entonces Obispo de Milán, San Eustorgio, viajó a
Constantinopla para que el emperador aceptara su nombramiento episcopal y este
le regaló las reliquias de los Reyes Magos que el Prelado llevó a la ciudad
italiana.
Sin embargo, cuando el emperador Barbarroja sitió Milán, el Arzobispo de
Colonia, Mons. Rainald von Dassel, vio que una iglesia milanesa custodiaba las
reliquias.
La abadesa allí era hermana del alcalde de la ciudad y le prometió a
Mons. Von Dassel darle las reliquias si protegía a su hermano de la ira del
emperador. Así lo hizo y pudo llevar las reliquias a Colonia.
Entre 1190 y 1220 aproximadamente un grupo de artesanos trabajó en el
imponente relicario que custodia hoy las reliquias de los Reyes Magos.
El relicario tiene 1.10 metros de ancho, 1.53 de alto, y 2.20 de largo.
La estructura básica está hecha de madera, recubierta de oro y plata y decorada
con filigranas, esmalte, y unas mil piedras preciosas.
Hay 74 figuras en bajorrelieve de plata dorada en total, sin contar las
figuras adicionales, más pequeñas, en la decoración del fondo.
Otras imágenes que se pueden ver son la Adoración de los Magos, María
entronizada con el Niño Jesús, el Bautismo de Cristo, y Cristo entronizado en
el Juicio Final. En un extremo aparece también el busto de Mons. Dassel.
La actual Catedral de Colonia se comenzó a construir en 1248 y la obra
tomó 632 años, convirtiéndose en la iglesia gótica más grande del norte de
Europa.
En agosto de 2005, Benedicto XVI dijo que “los
habitantes de Colonia fabricaron para las reliquias de los Reyes Magos el
relicario más precioso de todo el mundo cristiano y, como si no bastara,
levantaron sobre él un relicario mayor todavía: la catedral de Colonia”.
“Junto con Jerusalén la ‘ciudad santa’, con Roma la
‘ciudad eterna’, con Santiago de Compostela en España, gracias a los Magos,
Colonia se ha ido convirtiendo a lo largo de los siglos en uno de los lugares
de peregrinación más importantes del occidente cristiano”, resaltó entonces Benedicto.
POR WALTER SÁNCHEZ
SILVA | ACI Prensa
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