RÉMI BRAGUE ES UN FILÓSOFO E HISTORIADOR CON UNA AMPLIA
PERSPECTIVA DE LOS
HORRORES DE LA HISTORIA... Y LA NECESIDAD DE CONSTRUIR SOBRE EL PERDÓN.
ENTREVISTAMOS AL HISTORIADOR Y PREMIO RATZINGER, EXPERTO EN EDAD MEDIA, ISLAM Y JUDAÍSMO
Una de las grandes figuras del Congreso Católicos y Vida Pública sobre la corrección política
que se ha celebrado en la Universidad San Pablo CEU de Madrid ha sido el filósofo e historiador francés Rémi Brague,
especialista en filosofía medieval y pensamiento judío, cristiano e islámico. Premio Joseph Ratzinger de Teología en 2012
y Honoris Causa en 2019 en el CEU, es muy conocido por sus libros
Europa, la via romana (traducido
a 17 idiomas), La
sabiduría del mundo, La ley de Dios o El
reino del hombre.
Tras la ola woke contra la
cultura occidental y el pasado de Occidente está "el
resentimiento", aseguró Rémi Brague en su ponencia.
"Al final, en
nuestro trato con el pasado, debemos elegir entre perdonar o condenar. Pero
condenar es satánico. Según
declara el Mefistófeles de Goethe: 'todo lo que existe es culpable y debe desaparecer'".
Hoy, con la inmisericorde cultura woke y
sus cancelaciones, "tenemos mil confesiones, pero sin que
haya nunca absolución... y sin eso no
hay capacidad de empezar una nueva vida. ¡Ojalá recuperemos la capacidad de
perdonar!"
En su ponencia habló, como
historiador, de lo absurdo que es juzgar a figuras muy complejas de la historia
por un solo elemento de su vida, y a partir de eso derribar sus estatuas o
borrar su memoria. Es además absurdo hacerlo desde criterios anacrónicos o
desinformados. Y ¿qué gobernante puede tener una pasado impoluto?
El historiador Remi
Brague habla de corrección política en el Congreso Católicos y Vida Pública.
Brague puso el ejemplo de Napoleón, que en España tiene muy
mala imagen porque sus tropas destrozaron el país e infinidad de lugares
sagrados, pero que en Francia estaba idolatrado. Sin embargo, al llegar su
Bicentenario, algunos en Francia señalaron que Napoleón debía
ser "cancelado" por esclavista: volvió a legalizar la esclavitud en
las plantaciones del Caribe, algo que la Revolución había abolido.
Brague da datos de contexto: los
ricos dueños de plantaciones de islas francesas se veían tentados a entregar
sus islas a la Corona inglesa, ya que los ingleses sí permitían tener esclavos.
Francia habría perdido esas islas -tras la derrota de Trafalgar su flota no
podía oponerse a la inglesa- y la esclavitud se habría mantenido. Además, unos
años después, al volver del destierro de Elba, Napoleón
volvió a prohibir la esclavitud.
Puso también un ejemplo español:
parece haber un consenso unánime a favor de Bartolomé de las Casas por su
defensa de los indios... y, sin embargo, hizo un comentario sobre cómo los
negros africanos eran más aptos para trabajos duros (del que se arrepintió) que
luego se citó para llevar esclavos africanos a América.
ARCADIAS MARAVILLOSAS
NO OCCIDENTALES
Muchos entusiastas de las
culturas no occidentales hablan maravillas del antiguo
imperio africano medieval de Malí... pero estaba construido sobre la captura y
venta de esclavos.
En Uzbekistán tienen a Tamerlán por un héroe nacional, pero mató en la Edad Media a
muchas más personas que Gengis Khan (entre 1 millón y 17 millones de
víctimas), y cometía
horrores como hacer murallas con mortero, piedra y prisioneros vivos, además
de apilar cabezas cortadas formando colinas. Y nadie pide derribar sus estatuas
de Tashkent o Samarcanda.
Denunció además dos fantasiosas arcadias felices que nunca
fueron reales pero algunos han predicado: el
paganismo
utópico sin traumas sexuales (muy popular entre intelectuales
alemanes del siglo XIX, hasta que la tesis El
pesimismo griego, de 1835, lo hundió), y un Al-Ándalus
supuestamente lleno de armonía y convivencia entre religiones, visión desmontada, asegura
Brague, por los trabajos de Darío Fernández Morera.
"La
creación auténtica no puede cortar con el pasado", insistió. Así, la Iglesia no
renunció nunca al latín y el griego, aunque hubieran sido los vehículos de las
antiguas culturas paganas. Y los estudios de lenguas clásicas fueron un espacio
que favorecía el igualitarismo: el hijo de campesinos o plebeyos que dominara
latín, podía llegar muy alto en Occidente.
"Es
más fácil destruir que construir desde cero", advirtió el historiador. "Al tocar lo que otros
construyeron, deberíamos hacerlo con manos temblorosas".
***
Rémi Brague dialogó un rato con ReligionEnLibertad sobre la cultura de la
cancelación y el desafío woke.
- Este Congreso Católicos y Vida
Pública trata el tema de lo "políticamente correcto".
¿Tan grave es el tema para los cristianos?
- Lo políticamente correcto no
amenaza sólo a la jerarquía, sino a todos los cristianos. Es un aspecto de lo
que llamo "la tentación humanitarista". El
humanitarismo no es lo mismo que el humanismo.
El humanitarismo es como un humanismo que ha perdido sus fuentes y se ha
quedado plano, que pierde de vista lo profundo que es el mal y lo sublime que
es el bien.
»El
humanitarismo consiste en decir que con buena voluntad todo se arregla. Sería como la ideología de la Unesco. Víctor Hugo dijo que abrir un
colegio es cerrar una cárcel. Suena bien, pero pensar eso en realidad es ser
muy inocente, las cosas son más complicadas.
- El presidente de la ACdP,
Alfonso Bullón de Mendoza, anfitrión de este congreso, dijo en la sesión
inaugural que lo políticamente correcto amenaza la cohesión de los católicos...
- Se debe a que algunos católicos
adoptan esa ideología humanitarista mientras que otros conservan correctamente el sentido de pecado y de redención, la dimensión trágica del drama de la vida. Incluso Unamuno lo veía. Hay peligro de que la Iglesia se transforme en una gigantesca ONG.
La defensa del medio ambiente y los retos de la inmigración son problemas
reales, sí. Pero hay que tomar conciencia de su profundidad, del esfuerzo
sobrehumano que requieren. No basta con ser majo o amable.
- En su conferencia ha hablado de
la necesidad del perdón. Parece que una cultura postcristiana no estará muy
bien equipada para perdonar...
- La antropóloga norteamericana
Ruth Benedict ha diferenciado entre culturas de la culpa y de la vergüenza (guilt y shame). En las civilizaciones de la
vergüenza no hay perdón posible: una vez confiesas que rompiste las normas, lo
pierdes todo. Puede ser el caso del bushido japonés... y de
lo woke y lo politicamente correcto. Pecaste, estás hundido y ya nada te puede
redimir.
»En Francia, dejó de publicarse
una revista que se llamaba El Debate porque, decían, "el debate
ya no es posible en Francia, ahora solo hay buenos y malos absolutos, no hay espacio
para el diálogo ni para el perdón".
»Para que haya perdón, alguien
tiene que ser capaz de perdonar. El cristianismo tiene un
Perdonador absoluto, que es Dios, y eso abre muchas posibilidades.
Pero en un mundo sin Dios, ¿qué espacio hay para la
misericordia? Y, atención: un mundo sin Dios no será un mundo sin
religión, porque puede haber muchas religiones de sustitución. Muchos aspectos del movimiento ecologista hoy
funcionan como una pseudorreligión, por ejemplo.
- La virtud sin Dios parece muy
complicada...
- Sí y no. Sí puede haber una moral sin Dios, un acuerdo entre 'caballeros', para negociar asuntos básicos. Yo no
mato y tú no matas; tú no robas, yo no robo... yo no seduzco a tu amiguita y tú
dejas a en paz a la mía. Eso permite el convivir pero ¿basta
eso para favorecer el vivir? ¿Ayuda eso a perpetuar la especie humana?
»¿Para qué
tener hijos, por ejemplo? Alguien podría decir que tener
hijos es una imposición antidemocrática: a los hijos no les pedimos permiso
para traerlos al mundo. Engendrar y dar a luz es un acto antidemocrático,
podrían decir. Sin referencias firmes, ¿cómo decir algo tan básico
como que la vida humana es un bien? Podríamos
establecer que eliminar vidas humanas estaría bien: por
ejemplo, vivir unos cuantos años buenos, de juventud, y luego acabar con todo.
Sería un nihilismo, pero no como un juego mental para
intelectuales, sino aplicado a la realidad cotidiana.
- En Europa, ¿dificulta la variedad de idiomas y de legislaciones una
acción común eficaz de los católicos para resistirse a esta ideología y a sus
leyes?
- Sólo lo dificulta hasta cierto
punto. ¡Lo que viene ahora es una uniformidad de
las legislaciones! Precisamente la diversidad de lenguas y costumbres y
sistemas jurídicos puede ser una buena oportunidad. Cuando un país
comete un disparate, los otros lo pueden ver y no están obligados a imitarlo. En Francia muchos dicen: "si
los belgas hacen tal cosa, ¿por qué no nosotros?" ¡Y eso que contamos
chistes de belgas! Los católicos y asociaciones afines pueden
coordinarse bastante bien a nivel europeo con encuentros
online. La técnica, en esto, puede hacer más bien que mal. La
plataforma europea One of Us es un ejemplo de esta coordinación.
- Hay cristianos a los que no les
gusta hablar de "guerra cultural" o
"batalla cultural" porque dicen
que Jesús era pacífico...
- Esas palabras existen porque
hay una realidad detrás. Jesús nos pide amar a nuestros enemigos y rezar por
ellos y hacerles el bien. Pero Jesús no nos
pide hacer como si no tuviéramos enemigos. Puede sonar provocador, pero si podemos amar a nuestros enemigos es porque es verdad
que tenemos enemigos. Sí, nosotros queremos el bien para
ellos... pero no por eso ellos quieren el bien para nosotros.
- El eurodiputado polaco Ryszard Legutko, en su ponencia
inicial, comparó la lista de enemigos de la corrección política con la de la
URSS. ¿Es políticamente correcto mencionar a la
URSS en nuestros días?
- Es un fenómeno curioso, ¿verdad? Hemos tenido dos monstruos en
el siglo XX: la Alemania hitleriana y la Unión Soviética, leninista y
stalinista. Hay quien dice que todo lo malo fue culpa de Stalin, pero la
realidad es que Lenin puso en marcha el gulag y que para él los enemigos eran
sólo insectos de los que deshacerse.
»La Alemania nazi seguimos
recordándola de forma casi obsesiva. La cantidad de libros sobre el
Holocausto es extraordinaria y no deja de crecer. En cambio, los
libros o trabajos sobre la Unión Soviética no se pueden comparar ni en cantidad
ni en calidad. La atención a lo nazi es una especie de "hiper-mnesia",
en comparación con la casi amnesia respecto a lo sucedido en la URSS.
»Casi
todos saben qué es la Shoah, el Holocausto contra los judíos, pero casi nadie
conoce lo que es el Holodomor, la
hambruna artificial y provocada en la Ucrania de los años 30 por los
comunistas. Cada uno de estos horrores causó unos 5 millones de muertos, pero uno es muy conocido y el otro casi desconocido. ¿Por qué? Otro ejemplo: hubo
procesos de Nuremberg para juzgar los crímenes nazis... pero no ha habido nada
similar para juzgar los crímenes soviéticos.
- En pocos meses, en 2022, se
cumple el Centenario del Barco de los Filósofos, la expulsión en barco de la
Unión Soviética de cientos de intelectuales, muchos de ellos cristianos. ¿Cómo debería conmemorarlo la intelectualidad europea de
hoy?
- Habría que escribir libros del
tema, hacer congresos, dedicar atención en los medios de comunicación... pero
no sé si se hará...
- España ya ha legalizado la
eutanasia. ¿Nos convierte eso ya en otra
civilización distinta? ¿O no lo seremos hasta que legalicemos la poligamia o
los combates de gladiadores a muerte?
- Da la impresión de que para aprobar cualquier disparate en España basta con
decir que si no lo apoyas eres franquista. Funciona así, ¿no? Ahora
bien, ¿cuánto va a durar la eutanasia?
» Hay cosas que antes parecían muy progresistas y
hoy son repudiadas por casi todos. Un ejemplo es la pederastia, el sexo
con menores, en Francia. En los años 70
los intelectuales franceses hablaban claramente de que 'el niño tiene derecho
al placer sexual'... y,
claro, el adulto a usarlo para obtener placer. Personalidades actuales
célebres, como el eurodiputado Daniel Cohn-Bendit lo defendían.
» Pero ahora la pederastia
aparece como algo malísimo, el crimen por excelencia... Así que puede que
dentro de unos años todos critiquen esa ley de eutanasia como una barbarie.
Pablo J. Ginés/ReL
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