Paramilitares, narcotraficantes, sicarios y cualquier tipo de delincuente busca la manera de “proteger” su actividad delictiva en Colombia. Muchos de ellos ven en la santería o la brujería ese seguro que, creen, los va a librar de la justicia, por lo menos de la terrenal; sin embargo, no hay altar o rezo que valga ante un complejo trabajo de inteligencia, según explica Gabriel Salazar en El Heraldo.
Ejemplo de ello fue el
operativo realizado el pasado 2 de febrero por la Unidad de Intervención de la
Policía Metropolitana de Barranquilla, que dejó como resultado las capturas de
los integrantes de una misma familia que serían expendedores de estupefacientes
en el suroriente de Barranquilla, y quienes se escudaban en
rituales de santería para, según ellos, mantener “a raya” a las autoridades.
En una de las casas en la que
vivían los presuntos delincuentes había altares para
venerar a deidades como la India Tibisay, José Gregorio Hernández y a ángeles y
arcángeles como San Gabriel. Tenían
velas de varios colores, una biblia abierta y otros elementos relacionados con
los rezos paganos.
LAS EXPLICACIONES DE
UN SANTERO
El
Heraldo consultó a Orlando Aníes, un
babalao o sacerdote Ifa, quien explicó el significado de esos personajes y las
aseguranzas que, según él, les brindan a quienes les piden favores. “A la india
Tibisay también se le conoce como Rosa, ella es una india encargada
de protección en los diferentes ámbitos de la vida como brujería. María Lionza también la utilizan
realizar varios tipos de trabajos como protección y también en materia de amor,
salud, dinero y relaciones familiares”, explicó.
Respecto a las velas y velones que los investigadores encontraron en la
casa donde supuestamente expendían droga, Aníes precisó que el uso de cada una
de ellas también tiene un propósito. “Las
velas son símbolo de ofrenda a cualquier santo y cada color tiene su
especificación. Por ejemplo, la roja es para el amor, pero también para otros
trabajos. Eso varía, depende de las creencias de las personas que realicen el
trabajo”, añadió.
AGENTES DE LA LEY: “UNA
IMPRESIÓN MUY GRANDE”
Para los investigadores
judiciales fue una gran sorpresa encontrar estos elementos de espiritismo y
santería en el interior de esa vivienda.
“Nosotros
ingresamos al inmueble y todos estaban dormidos, pero ya nosotros sabíamos que
íbamos a encontrar el altar con los santos porque la labor previa de
inteligencia que realizamos nos lo arrojó. Fue una impresión muy
grande porque uno no está acostumbrado a este tipo de casos que tengan santería. Ya nosotros le
habíamos hecho varios allanamientos, pero nunca le habíamos encontrado nada
ilícito y no sabemos si estos rituales les hayan servido en su momento, pero se
logró el objetivo”, dijo uno de los hombres que participó en el desmantelamiento de ‘La Familia’, como es denominada la banda.
EXPLICACIÓN SOCIOLÓGICA:
PROTECCIÓN ANTE EL PELIGRO
Para Jair Vega, sociólogo de
la Universidad del Norte, todo ser humano tiene la necesidad de creer en una
deidad y estas personas que se encuentran cometiendo hechos
ilícitos siempre buscarán ritos por el riesgo que corren sus vidas.
“Ha
ocurrido que mezclan elementos de
la Iglesia Católica con santos que llegan desde África y que puede
llegar a ser santería, creencias de figuras protectoras. Las personas que están
en este contexto de ilegalidad y que tienen la muerte como más cercana porque
saben que en un atraco o en el narcotráfico tienen enemigos, recurren a estas
prácticas”,
afirmó.
Para el sociólogo, estas
creencias han ingresado en Colombia desde diferentes sectores. “El temor a la
enfermedad, al fracaso o a la muerte ha hecho que la sociedad busque este tipo
de ayudas que también pueden ser en una religión de cualquier tipo
de las que han ingresado culturalmente por Venezuela, Brasil y otros países a
Colombia. Hay prácticas que no son propias de la Iglesia Católica o de la
religión, sino que son magia negra
o magia blanca que la gente ya mira de manera negativa”, explicó Vega.
¿ES EFECTIVA LA
SANTERÍA?
Que reconocidos delincuentes
del país cayeran a pesar de sus creencias y de la entrega que ponían a los
ritos santeros o a la brujería, es muestra de que estos rituales no
funcionan, según explica el
redactor de la noticia.
Alias Máscara fue un líder del
‘Clan del Golfo’ que consultaba a una bruja
en compañía de sus hombres más cercanos, conocidos como ‘Felipe’ y ‘Rubén’. La
mujer les aseguró que por medio del rito de la “reencarnación” a ellos no les
iba a pasar nada,
por lo que decidieron irse a la zona de Nariño y tomar posesión de varias rutas
del narcotráfico.
En medio del “trabajo” que estos hombres querían hacer se
desató un enfrentamiento con la fuerza pública en el que ‘Máscara’ resultó herido y se fue a donde la mujer
que lo había “asegurado”. Las autoridades tenían a la bruja vigilada y fue ahí
cuando llegaron varios uniformados que lo detuvieron, mientras que la mujer
logró escapar.
Como el caso de ‘Máscara’ y el de ‘La
Familia’ son más los que existen en Colombia, país laico en el que las
prácticas religiosas son libres y en ocasiones se mezclan con la cultura ‘traqueta’, que eleva a figuras de santería al nivel de
ángeles protectores. Sin embargo, cada vez son más las
acciones de la fuerza pública y los organismos de inteligencia los que no sólo
dejan al descubierto las creencias de los delincuentes, sino que –además– los
hacen pagar por sus delitos ante la justicia terrenal.
BRUJERÍA COMO UN
ARMA
En 2016 llamó la atención y
causó polémica que una magistrada del Tribunal de
Justicia y Paz ordenara en una sentencia que se documentara la práctica de la
brujería como un “arma de guerra” por parte de los paramilitares durante la guerra que se libró por el
control del terreno de los Llanos Orientales y que se disputó entre los años
2002 y 2004.
Según los archivos de ese
proceso, miembros del Bloque Centauros de las AUC combatieron con integrantes
de los ‘Buittragueños’, de quienes se decía
que tenían una aseguranza denominada ‘El niño en
cruz’.
Finalmente, una mujer a quien
identificaron los delincuentes como la bruja responsable del “tratamiento” fue desmembrada delante de varias
personas de una población de esa región y expuesta como bruja colaboradora de
los ‘Buitragueños’.
MAGIA NEGRA EN LAS CÁRCELES
El pasado 7 de diciembre de
2020 las autoridades en Bogotá y otros puntos del país informaron de los
operativos que realizaron en el interior de varios centros de reclusión desde
donde venían realizando actos delictivos como el cobro de extorsiones.
En medio de las diligencias de
allanamientos, los uniformados se llevaron una sorpresa, pues encontraron unos altares en los que practicaban la magia, al parecer,
para que su actividad ilícita no fuera descubierta en medio de los controles rigurosos que se
practican en estos lugares.
En su momento, el comunicado
que detalló los por menores de la operación ‘Demoledor’
explicó el propósito de estos altares: “Uno
de los puntos que impactó a los uniformados fue encontrar en otras celdas de la
Picota, material de brujería y
magia negra, que consistía en el empleo de unos duendes de cerámica, a
los cuales los internos antes de realizar una llamada extorsiva, les colocaban
un billete o monedas de diferentes denominaciones, con el fin de que la
extorsión surtiera los efectos y la víctima consignara”.
CUADERNOS CON
CONJUROS DE BRUJERÍA
La operación Agamenón fue
lanzada por la inteligencia de la Policía Nacional para atacar cada una de las
estructuras del ‘Clan del Golfo’ en el
Cauca, Bajo Cauca y hasta Córdoba desde el año 2015 que ha dejado importantes
capturas e incautaciones.
Pero el 2 de mayo de 2017,
hubo un fuerte enfrentamiento entre la Fuerza Pública y varios integrantes del
esquema de seguridad de ‘Pablito’, el jefe
del bloque Pacificadores de esa organización criminal, quien estaba celebrando
su cumpleaños en una finca en Arboletes, Antioquia, y donde llegaron Comandos
de Operaciones Especiales de la Policía aseguraron que más allá de lo complejo
del operativo sentían “el ambiente pesado” y
no habían podido dar de baja al objetivo porque sentían especie
de un campo que se lo impedía,
pero se encomendaron a Dios y lo pudieron lograr.
Al tomar posesión del lugar,
el terror fue mayor: encontraron una agenda con unos
conjuros que utilizaban para su protección. Por ejemplo, a uno de los escoltas dados de baja
le hallaron un búho envuelto en un pañuelo rojo junto con una oración que
decía: “no me verán ni me tocarán”.
Los agentes participantes en
estas operaciones sostuvieron que no sólo luchan contra la fuerza
terrena, sino con las fuerzas del mundo espiritual a las que se encomiendan estos criminales.
Secretaría RIES
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