El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, vetó la ley de despenalización de la eutanasia que la Asamblea de la República aprobó el 29 de enero y que ya había sido declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional.
Los obispos portugueses acogieron con satisfacción el veto presidencial,
e indicaron que cualquier legalización de la eutanasia y del suicidio asistido
siempre será contraria a “la afirmación de la
dignidad de la persona humana y a la Constitución de la República Portuguesa”.
En el comunicado publicado el 15 de marzo por la Presidencia de la
República de Portugal, se informó que el presidente, luego de consultar al
Tribunal Constitucional, “devolvió a la Asamblea de
la República, sin promulgación, en los términos del párrafo 1 del artículo 279
de la Constitución, el Decreto de la Asamblea de la República que regula las
condiciones especiales en que la anticipación a la muerte médicamente asistida
no es punible y modifica el Código Penal”.
El presidente Rebelo de Sousa ya se había pronunciado contra la ley de
eutanasia aprobada por los parlamentarios, al encontrar elementos de
inconstitucionalidad.
Por ello, el 18 de febrero solicitó al Tribunal Constitucional que
realice una inspección preventiva a esta ley, al considerar que el texto
recurría a “conceptos excesivamente indeterminados,
en la definición de los requisitos de autorización para la despenalización de
la muerte asistida”.
Según la agencia Ecclesia, del Episcopado portugués, el Tribunal
Constitucional dictaminó que la ley es inconstitucional con 7 de los 12 jueces.
En su decisión, el Tribunal Constitucional señala que “las condiciones en las que es admisible la anticipación
de la muerte asistida deben ser claras, precisas, previsibles y controlables”.
Tras el veto, los obispos portugueses saludaron la decisión del
presidente portugués, quien visitó al Papa Francisco el 12 de marzo.
La agencia Eclessia señaló que la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP)
acogió con satisfacción la decisión del Tribunal Constitucional que declaró “inconstitucional la ley de la Asamblea de la República
que aprueba la eutanasia y el suicidio asistido”.
El P. Manuel Barbosa, secretario y portavoz de los obispos de Portugal,
señaló que “cualquier legalización de la eutanasia
y del suicidio asistido es siempre contraria a la afirmación de la dignidad de
la persona humana y a la Constitución de la República Portuguesa”.
En una nota enviada a Ecclesia, el Episcopado “reafirma”
la posición adoptada por la Iglesia Católica en todo el proceso
relacionado a la eutanasia y el suicidio asistido, “defendiendo
siempre que la vida humana es inviolable”.
Traducido y adaptado por Cynthia
Pérez. Publicado originalmente en ACI
Digital.
Redacción ACI Prensa
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