De las cosas más
impactantes que un servidor ha escuchado desde que comenzó la pandemia.
Desde el primer día nos ha
impresionado, si es que aún tenemos capacidad de sorpresa, el enorme número de fallecimientos de ancianos en residencias. Todavía no sabemos el número, y
mucho me temo que nunca lo sabremos, aunque fuentes tan poco sospechosas de
animadversión al gobierno como la Cadena SER, y a falta del
recuento de alguna comunidad autónoma, adelanta la cifra de 17.500 ancianos
fallecidos por coronavirus en residencias en España.
Ante estos datos han
surgido muchas voces de las buenas gentes que se rasgan las
vestiduras y denuncian que en las residencias no se
trabaja convenientemente, especialmente en las privadas, que estarían forrándose a base de restringir servicios y
medios sin importarles nada ni nadie.
En esto, como en todo, es
bueno escuchar a todas las partes, y mira por dónde ayer me encuentro de
casualidad con una entrevista en esRadio a D. Ignacio Fernández Cid, presidente de la Federación
Empresarial de la Dependencia, la patronal que reúne a las empresas de
residencias de ancianos en España. No se la pierdan.
Dos
afirmaciones hizo D. Ignacio que me dejaron con el corazón más que encogido. La primera, que desde el
primer momento les dijeron que no enviaran a los ancianos a los hospitales, que
era mejor que fueran atendidos en la propia residencia: “Desde
el inicio de todo esto llevamos denunciando que nos habían abandonado y no
nos dejaban hacer derivaciones a centros hospitalarios".
Bien, esto suena a tenemos pocas camas y pocas UCIS
y como nos lleguen los miles de mayores a ver qué hacemos, así que mejor se
quedan en las residencias y los atienden allí.
Perfecto. Y aquí viene la
segunda. Y es cuando desde las residencias se pide, en ese caso, medicamentos
para atender a tantos mayores, especialmente retrovirales. Y es entonces cuando
llega ese momento en el que todos nos quedamos mudos de espanto: “Los medicamentos que han estado funcionando, que han ido
cambiando según los médicos sabían más, no nos los han mandado y por eso
la mortandad ha crecido mucho”, “no nos daban la buena medicación, esos
medicamentos no los han enviado, pero morfina y para sedación, de todo“,
ha explicado.
Esto es lo que hay. Denunciado
en un medio de información público por alguien con nombre y apellidos y que
debe saber de lo que habla, ya que es el presidente de la patronal de las
residencias de mayores.
Hay mucho tufo a eutanasia en todo esto.
Y otro dato que se deba desde
alguna residencia: “nos han llegado antes las bolsas para cadáveres que el material de
protección".
¿Necesito decir que
me entraron ganas de vomitar?
Jorge González
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