Especialmente
entre los fieles poco catequizados
El Cardenal
Raymond Burke ha advertido que las irregularidades en la celebración de los
sacramentos durante el confinamiento por la pandemia, que además se están
repitiendo al reabrirse los templos, pueden provocar que los fieles pierdan el
sentido de lo sagrado.
(LSN) «Lo sagrado es Cristo mismo en medio de nosotros
actuando para santificarnos», dijo el cardenal en una entrevista concedida a Thomas McKenna de Catholic
Action for Faith and Family.
A través de los sacramentos,
Cristo actúa «para perdonar nuestros pecados, para
fortalecernos con el don de su Cuerpo y Sangre en la Sagrada Eucaristía, para
fortalecernos en enfermedades graves», señaló Burke.
«Pero tenemos
que entender que es Cristo quien actúa. No es algo que hayamos inventado. O
sea, no podemos manipular lo sagrado para adaptarlo a nuestras circunstancias»
Un ejemplo es la Misa de
primera comunión «virtual» organizada por un párroco en Irlanda, que «dio las Sagradas Hostias a sus padres por adelantado»
para que se las llevaran a casa y se las dieran a su hijo mientras veían la
misa en vivo. «Esto está muy mal. Estos niños pierden todo
el sentido del hecho de que la Sagrada Comunión viene del sacrificio en el que
participan, unidos a Cristo», dijo el cardenal
Otro ejemplo es el de los
sacerdotes en Italia que deben «dar la Santa
Comunión con guantes de plástico y con mascarilla»
El cardenal también se refirió
a la propuesta de los obispos italianos de que los sacerdotes pudieran dejar
las Hostias consagradas en bolsas de plástico para que los católicos las
recogieran, una práctica que La Nuova Bussola Quotidiana informó en mayo que ya
había sido adoptada en algunas partes de Alemania.
«No podemos
poner la Sagrada Comunión, la Hostia Sagrada, en una bolsa de plástico, o una
caja que la gente se la lleve a casa con ella.. Estas son distorsiones del
signo sacramental. Y simplemente no pueden ser permitidas», aseguró el purpurado.
Burke también criticó la
propuesta de corta duración de un obispo estadounidense para que las enfermeras administraran el aceite para la unción de los enfermos a los
pacientes con coronavirus, y así evitar que los sacerdotes se
expusieran a la enfermedad.
La Iglesia siempre ha
entendido que sólo un sacerdote puede administrar la
extrema unción «porque es Cristo
quien viene al enfermo, y ora sobre él, y ungir al enfermo puede darle fuerza
en su enfermedad», explicó el cardenal
«Rezamos siempre
por la curación física, pero rezamos al mismo tiempo por esa fuerza espiritual
para abrazar cualquier enfermedad que la persona tenga y unirla al sufrimiento
de Cristo. Y sugerir que esto podría ser hecho por una persona que no sea
un sacerdote es una pérdida manifiesta de la fe en el sacramento
mismo», advirtió.
Burke dijo que teme que la cancelación de las misas públicas haya causado una erosión de
la creencia de los católicos en la centralidad de la Eucaristía y de su obligación de asistir a misa el domingo.
Aseguró haberse enterado de
que «incluso gente buena ha dicho que en cierto
modo preferían participar en la Misa en casa, en la comodidad de su hogar, con
la televisión. Pero esto no es participar en la Santa Misa. Es
una cosa santa ver la misa y estar maravillado por ella, pero no es participación.
Cristo no está presente en la pantalla de televisión. Y no está en tu casa por
ese medio».
Por último aseguró que los católicos que saben lo que es la Misa volverán «a cumplir de todo
corazón la obligación dominical de
asistir a la Santa Misa. Pero para aquellos que no estén tan
catequizados, me temo mucho que la
manera fácil en que las iglesias fueron cerradas, y por la que los obispos
dijeron que dispensaron a la gente de la obligación de la misa dominical por un
largo período de tiempo, podría dar a la gente la impresión de que la misa
dominical es sólo una práctica más en la iglesia, que el obispo puede
dispensar».
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