Un nuevo estudio de investigación que apunta a
cuantificar la afiliación religiosa en los Estados Unidos señaló que la caída
actual en el número de personas que se identifican con una religión no tiene
precedentes.
En un estudio
de abril de 2020, el investigador del American Enterprise Institute,
Lyman Stone, señaló que “menos personas afirman ser
parte o identificarse con una comunidad religiosa”.
“Del 95 por ciento o más alcanzado después de la
Segunda Guerra Mundial hasta alrededor del 75 por ciento en la actualidad, ha
habido un cambio sísmico en la autoidentificación religiosa de los
estadounidenses”, indicó.
Durante los últimos 50 años, la afiliación religiosa ha estado en una
disminución “sorprendente en velocidad y
uniformidad”, agregó.
Stone argumentó que “la disminución de la
religiosidad en Estados Unidos no es producto de un cambio natural en las
preferencias, sino un resultado de elecciones políticas claramente identificables”,
y resaltó que uno de los factores más importantes ha sido la educación
pública y secularizada.
Además, indicó que la disminución actual de personas “religiosas” en el país no es tan diferente en
cantidad y severidad a la experimentada después de 1700, durante La
Ilustración, cuando comenzaron muchas ideas antirreligiosas.
A pesar de la disminución en los números, el total de fieles religiosos
en lo que sería los Estados Unidos en realidad aumentó después de 1700, debido
en gran parte al crecimiento masivo de la población.
Hoy, en contraste, el número total de personas creyentes en los Estados
Unidos se ha mantenido estable desde 2005. Solo el 35% de la población asiste a
servicios religiosos semanalmente, un alto porcentaje en comparación con la mayoría
de los países de Europa.
Después de ese declive posterior a 1700, la religiosidad en los Estados
Unidos “aumentó persistentemente” entre 1776
y mediados del siglo XX.
La afiliación a la Iglesia también aumentó entre las décadas de 1850 y
1940, gracias en gran parte a la migración. Los datos de 1906 muestran que al
menos una cuarta parte de las personas que se identificaban con una religión
festejaban el culto en otros idiomas además del inglés, sin contar el latín.
Stone señaló que, según los datos, la religiosidad en Estados Unidos
alcanzó su punto máximo entre 1940 y 1970, donde la afiliación religiosa
aumentó durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Para 1960, la mitad de
todos los estadounidenses asistían a servicios religiosos semanalmente.
En su investigación, Stone destacó la importancia de distinguir entre
afiliación religiosa y creencias religiosas. Advierte que la asistencia a la
iglesia no es el mejor indicador de “religiosidad”.
Aunque más del 80% de los estadounidenses indican que creen en Dios,
solo un tercio asiste a la iglesia, dijo.
Del mismo modo, aunque no fuera un gran número de personas quienes
asistían regularmente a la iglesia antes de 1930, casi todos dirían que creían
en Dios, argumentó Stone.
Stone señaló que varias decisiones políticas de los Estados Unidos han
tenido un efecto en la disminución de la asistencia a la iglesia posterior a
1960.
Entre las políticas que identificó se encuentran las enmiendas de
Blaine, que surgieron del sentimiento anticatólico del siglo XIX y buscaban
prohibir la ayuda directa del gobierno a las escuelas religiosas.
No fue sino hasta mediados del siglo XX que la educación pública comenzó
a ser tan secularizada como lo es hoy, dijo Stone. El auge de las escuelas
públicas seculares y el declive de las escuelas religiosas en los Estados
Unidos fomentaron que los estudiantes después de la década de 1940 “pasaran
gran parte de su vida en escuelas que estaban más secularizadas, y estas son
las generaciones donde la religiosidad ha disminuido”.
El cambio en la dinámica familiar, que incluye un aumento en la edad
promedio del matrimonio, también ha tenido un efecto en la religiosidad, dijo
Stone.
Sostuvo que un mayor énfasis en la educación superior, que lleva años
completar, ha llevado a más personas a retrasar el matrimonio o elegir no
casarse en absoluto, lo que significa que es menos probable que formen hábitos
religiosos como asistir a la iglesia.
Finalmente, Stone señaló que el aumento en los matrimonios
interreligiosos tiene un efecto en la disminución de la religiosidad
estadounidense, pues los hijos de este tipo de matrimonios tienen menos
probabilidades de adherirse a cualquier religión inclusive a la de sus padres,
en comparación a los niños cuyos padres comparten la misma religión.
Traducido y adaptado por Harumi
Suzuki. Publicado originalmente en CNA.
Redacción ACI Prensa
No hay comentarios:
Publicar un comentario