jueves, 7 de mayo de 2020

SOLO MORFINA


De las cosas más impactantes que un servidor ha escuchado desde que comenzó la pandemia. 
Desde el primer día nos ha impresionado, si es que aún tenemos capacidad de sorpresa, el enorme número de fallecimientos de ancianos en residencias. Todavía no sabemos el número, y mucho me temo que nunca lo sabremos, aunque fuentes tan poco sospechosas de animadversión al gobierno como la Cadena SER, y a falta del recuento de alguna comunidad autónoma, adelanta la cifra de 17.500 ancianos fallecidos por coronavirus en residencias en España.
Ante estos datos han surgido muchas voces de las buenas gentes que se rasgan las vestiduras y denuncian que en las residencias no se trabaja convenientemente, especialmente en las privadas, que estarían forrándose a base de restringir servicios y medios sin importarles nada ni nadie.
En esto, como en todo, es bueno escuchar a todas las partes, y mira por dónde ayer me encuentro de casualidad con una entrevista en esRadio a D. Ignacio Fernández Cid, presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia, la patronal que reúne a las empresas de residencias de ancianos en España. No se la pierdan. 
Dos afirmaciones hizo D. Ignacio que me dejaron con el corazón más que encogido. La primera, que desde el primer momento les dijeron que no enviaran a los ancianos a los hospitales, que era mejor que fueran atendidos en la propia residencia: “Desde el inicio de todo esto llevamos denunciando que nos habían abandonado y no nos dejaban hacer derivaciones a centros hospitalarios".  Bien, esto suena a tenemos pocas camas y pocas UCIS y como nos lleguen los miles de mayores a ver qué hacemos, así que mejor se quedan en las residencias y los atienden allí. 
Perfecto. Y aquí viene la segunda. Y es cuando desde las residencias se pide, en ese caso, medicamentos para atender a tantos mayores, especialmente retrovirales. Y es entonces cuando llega ese momento en el que todos nos quedamos mudos de espanto: “Los medicamentos que han estado funcionando, que han ido cambiando según los médicos sabían más, no nos los han mandado y por eso la mortandad ha crecido mucho”, “no nos daban la buena medicación, esos medicamentos no los han enviado, pero morfina y para sedación, de todo“, ha explicado.
Esto es lo que hay. Denunciado en un medio de información público por alguien con nombre y apellidos y que debe saber de lo que habla, ya que es el presidente de la patronal de las residencias de mayores. 
Hay mucho tufo a eutanasia en todo esto. 
¿Necesito decir que me entraron ganas de vomitar?
Jorge González

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