El Papa Francisco explicó que la santidad consiste
en “pertenecer a Dios”, tener “comunión con Él” y que esta se traduce en
“acciones concretas en lo cotidiano, en el encuentro con los otros”.
Así lo indicó el Santo Padre antes del rezo del Ángelus este 5 de enero,
segundo domingo del tiempo de Navidad.
“La santidad es pertenecer a Dios, comunión con Él,
transparencia de su infinita bondad. La santidad es cuidar el don que el Señor nos
dio. Solamente esto:
cuidar la gratuidad. Esto es ser santo", afirmó el
Santo Padre.
"Por eso, quien recibe en sí la santidad como
don de gracia, no puede no traducirla en acción concreta en lo cotidiano. Este
don, esta gracia que el Señor me dio, lo traduzco en acciones concretas en el
cotidiano, en el encuentro con los otros”, destacó.
En esta línea, el Pontífice describió que “esta
caridad, esta misericordia hacia el prójimo, reflejo del amor de Dios, al mismo
tiempo purifica nuestro corazón y nos dispone al perdón, haciéndonos día tras
día ‘inmaculados’. Pero -añadió- inmaculados no en el sentido que yo quito una
mancha: inmaculados en el sentido que Dios entra en nosotros. El don, la
gratuidad de Dios entra en nosotros y nosotros la cuidamos y la damos a los
otros”.
Por ello, el Santo Padre rezó para que “la
Virgen María nos ayude a recibir con alegría y gratitud el diseño divino de
Amor realizado en Jesucristo”.
Además, el Papa Francisco señaló que “las
lecturas bíblicas nos ayudan a alargar la mirada, para tener una plena
conciencia del significado del nacimiento de Jesús”.
En concreto, el Papa recordó que el pasaje del Evangelio del Prólogo de
San Juan “nos muestra la novedad impactante: el
Verbo eterno, el Hijo de Dios, se hizo carne”.
“No solo vino a vivir entre el pueblo, sino que se
convirtió en uno del pueblo, uno de nosotros. Después de este evento, para
orientar nuestra vida no tenemos solo una ley, una institución, sino una
Persona, una Persona divina, Jesús, que nos orienta la vida, que
nos hace ir por el camino, porque Él lo recorrió antes”.
En este sentido, el Pontífice comentó que en el diseño de Amor
realizando en Jesucristo “cada uno de nosotros
encuentra la propia vocación fundamental” y el Papa agregó que San Pablo
explicó que “estamos predestinados a ser Hijos de
Dios por obra de Jesucristo”.
“El Hijo de Dios se hace hombre para hacernos a
nosotros, hombres, Hijos de Dios. Para eso el Hijo eterno se hizo carne: para
introducirnos en su relación filial con el Padre”.
Por lo tanto, el Santo Padre destacó que “mientras
continuamos a contemplar el signo admirable del Pesebre” la Liturgia nos
dice que “el Evangelio de Cristo no es una fábula, no
es un mito, una narración edificante,
no”.
“El Evangelio de Cristo es la plena revelación del
diseño de Dios, del diseño de Dios sobre el hombre y sobre el mundo. Es un
mensaje al mismo tiempo simple y grandioso, que nos empuja a preguntarnos:
¿Cuál es el proyecto concreto que el Señor puso en mí, actualizando su
nacimiento en medio de nosotros?”, cuestionó el Papa, quien añadió que San
Pablo sugiere la respuesta: “Dios nos eligió para ser santos e inmaculados
de frente a Él en la caridad”.
“Aquí está el significado de la Navidad. Si el
Señor continúa a venir entre nosotros, si continúa a darnos el don de su
Palabra, es para que cada uno de nosotros pueda responder a esta llamada: ser
santos en el Amor”, concluyó.
Redacción ACI Prensa
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