Wal Flores, un joven mexicano que dejó atrás el
estilo de vida homosexual, compartió su testimonio de cómo, con ayuda de un
terapeuta, logró cambiar.
En un testimonio publicado a través de la página de Facebook de la
plataforma ConParticipación, Wal destacó “las bondades
o de los beneficios de usar medios terapéuticos para, entre otras cosas,
modificar la orientación sexual”.
“Durante 15 años viví una vida homosexual activa”, recordó, y explicó que eso implicó “tener
una pareja, aceptarte públicamente como gay, como alguien a quien le atraen los
hombres”.
“Como muchos, yo acepté el vivir este estilo de
vida públicamente, hice casi a lo que mucha gente me decía: que hay que vivir
tu vida, hay que salir del closet”, e incluso
“fui activista”.
Sin embargo, dijo, en ese ambiente no encontró la plenitud que buscaba. “Pude darme cuenta que un hombre no podría
complementarme”, señaló.
“Más tarde pude darme cuenta que yo buscaba la
masculinidad. No buscaba el complementar a otro hombre, más bien buscaba que
ese otro hombre me complementara, me sentía a la mitad, me sentía vacío”, recordó.
Wal señaló que mientras “muchos dicen que es
un estilo de vida divertido, alegre”, desde su experiencia da testimonio
de que “no es un estilo de vida alegre, no es un
estilo de vida que te dé muchas bondades”.
“El estilo de vida homosexual es un estilo de vida
lleno de dependencias”, dijo.
Alrededor de 2008, relató, comenzó a sentirse “descontento
con el estilo de vida homosexual”, y se cuestionó si acaso “el estilo de vida homosexual no es para mí”.
Esto, dijo, es algo que muchas personas con atracción por el mismo sexo
piensan, pero “no todos lo aceptan”.
Con el tiempo, Wal pudo comenzar una terapia conocida como “reintegrativa”, que “está
avalada científicamente, está registrada en Estados Unidos y hay testimonios de
que la gente realmente se encuentra con quien es realmente”.
“No es una terapia contra la homosexualidad”, precisó, sino que “es una terapia donde
reprocesamos los traumas y los cambios vienen solos”.
“No hay nada raro en esta terapia”, añadió. “No hay nada de los cuentos que
dicen muchos, que les dan toques eléctricos, que ejercen coerción con ellos,
que intentan hipnotizarlos, no sé, tantas tonterías cuentan”.
Esta terapia, explicó, es “como cualquier
otra, en donde simplemente reprocesamos los recuerdos traumáticos”.
Wal señaló que “todos tenemos nuestro
pasado, nuestros traumas y todo”, pero “puedo
decirles que me he hecho cargo de esto”.
El joven mexicano finalizó su testimonio subrayando que el ser
homosexual “no es genético, no se nace homosexual”.
“Lo que sí hay es estudios que nos dicen que el
cambio es posible, hay testimonios, hay gente que ha cambiado”, reiteró.
Redacción ACI
Prensa
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