7 verdades sobre las
finanzas de la Iglesia
Por: Sebastian Campos | Fuente: Catholic-link.com
Como todo buen católico seguro te ha tocado
tener que defender al Papa, a la Virginidad de María, al celibato sacerdotal y
a todos los disparates que aparecen en los documentales sensacionalistas en
canales del cable que hablan de los hijos de Jesús y de las teorías de
conspiración de la Iglesia con los grandes poderes mundiales y dentro de toda
esa montaña de cosas, no falta quien asegura con toda propiedad: El Vaticano es la institución más rica que
existe, si vendiera todo lo que tiene se acabaría la pobreza en el mundo.
¿Será cierto que el
Vaticano tiene más poder económico que gigantes mundiales como Walmart, Apple o
Coca-cola? La revista «Fortune»,
especializada en temas económicos, ha publicado un artículo en donde
desmintió lo de las «grandes riquezas del Vaticano»
y de hecho aseguró que ni
siquiera se encuentra dentro de las 500 más ricas dentro de su famosa
lista «Fortune 500».
Para tu tranquilidad espiritual y también para
que puedas compartirlo con quienes tienes cerca, queremos dejarte algunos datos que te serán de tremenda
utilidad al momento de explicar qué ocurre con las finanzas del Vaticano y de
la Iglesia.
1. LOS ACTIVOS MÁS VALIOSOS DEL VATICANO NO SON
EVALUABLES Y NO ESTÁN A LA VENTA
Te lo resumo y luego te lo explico: Las cosas que tiene el Vaticano son tesoros
de la humanidad, tan valiosos como la primera carta de amor que
recibiste de tu pareja o como el primer diente que perdió tu hijo. Valiosísimos
para nosotros (y quizás para algún extraño coleccionista), pero
invendibles. El Vaticano tiene en sus museos algunos de los más grandes
tesoros artísticos del mundo, reunidos en 2000 años de historia cristiana sin
contar todo lo pre-cristiano que también existe en esos museos. Aunque son
tesoros, no son vendibles.
En el año 2015 le preguntaron al Papa Francisco:
«¿se siente alguna vez bajo presión por vender los
tesoros de la Iglesia?», y su respuesta fue clara: «Esta es una pregunta fácil. No son los tesoros de la
Iglesia, sino que son los tesoros de la humanidad».
Un botón de muestra. Cuando Juan Pablo II hizo
su primer viaje a Brasil, después de una ceremonia salió del protocolo, se
metió en medio de una favela y visitó una familia. Conmovido, les dejó de
regalo su anillo de Papa. ¿Pensarías que valoraron el regalo como para venderlo por su peso en oro y
comprar comida o ropa? Es su tesoro, lo conservan en la capillita
de la favela. Los pobres son pobres, pero no tontos.
2. LA NUEVA ADMINISTRACIÓN «FRANCISCO»
Con esto no decimos que los demás Papas hayan
sido pésimos administradores pero si es verdad que en sus pontificados
ocurrieron algunas irregularidades que, lejos de generar riquezas, lo que
lograban era endeudar al estado Vaticano, justamente por esta razón el Papa
Francisco instauró una nueva política de administración. De hecho, cuando
asumió, en 2013, el balance del año fue de un déficit de 27 millones de dólares y para el 2014 bajó a 24
millones, sigue siendo un déficit pero cada vez es menos.
El modo austero de vivir del Papa Francisco no
es solo un discurso, también ha permeado la billetera vaticana y como se
manejan las finanzas para llegar a fin de mes. Para él la gestión
financiera es un pilar de su misión: ayudar a los pobres y desfavorecidos.
El Papa Francisco ha dicho que quiere una administración del Vaticano más ágil,
más eficiente y «auto-sostenible», pues
eso podría liberar más dinero para sus obras de caridad.
«El mensaje del Santo Padre
era tan claro: “Hagamos dinero para ir
a los pobres”», recuerda José Zahra, miembro del COSEA, una
comisión pontificia a cargo de la nueva organización económica del Vaticano.
El Papa Francisco es considerado por la revista
Fortune como un «gestor de primer nivel», él ha hecho que el Vaticano en
el 2013 tenga un pequeño superávit de 11,5 millones de dólares, demostrando
que, aunque se cree que el Vaticano es un poderoso económico a nivel mundial,
si fuera una compañía no alcanzaría a formar parte de la lista de los 500.
No obstante esa administración austera, para
2013 la Santa Sede registró ingresos de $315 millones, y los gastos de $348
millones, para un déficit de $33 millones, por lo que el superávit es más bien
para cubrir baches y nadie está nadando en oro.
3. LOS TRABAJADORES DEL VATICANO
El Papa no cree en el despido de empleados
comunes y corrientes, tampoco en el despilfarro y la ineficiencia y cree que el
Vaticano puede funcionar mejor con menos empleados (siempre y cuando trabajen
bien y no se jubilen anticipadamente) para no tener que financiar sus pensiones
desde muy jóvenes.
Casi
dos tercios de los ingresos del Vaticano se van en las remuneraciones de sus
2886 empleados. Los soldados rasos, (incluyendo las
religiosas y los sacerdotes), reciben sueldos menores a los del
mercado, alrededor de un 25% menos que el sueldo de trabajadores italianos del
sector privado. No obstante, a pesar de tener sueldos más bajos ninguno de
ellos paga impuestos por sus ingresos, pero sí tienen beneficios de salud y
retiro.
4. LA INDEPENDENCIA DIOCESANA
Aunque teóricamente el Vaticano tiene sucursales
por todo el mundo: las diócesis, cada una de ellas (alrededor de 2800) es una
corporación por separado, con sus propios presupuestos y bienes, por lo tanto
son administrativamente independientes. Esto se puede comprobar en los balances
que regularmente se publican en cada diócesis. La Iglesia es descentralizada económicamente, de hecho en términos
económicos, el Vaticano básicamente está por su cuenta.
Pero es importante saber que todas las diócesis
del mundo envían recursos al Vaticano cada año y no son sumas menores, pero la
gran mayoría de ese dinero está destinado al trabajo misionero o a las obras de
caridad que apoya el Papa. Aunque no es poca cantidad de dinero la que envían,
no alcanza a ser más del 4,5% del total de sus ingresos.
Esto se aplica también en términos
inmobiliarios, pues, aunque la Iglesia
está presente en todo el mundo, los edificios y terrenos no pertenecen al
Vaticano, pues las diócesis y las 296 órdenes religiosas de todo el
mundo que son propietarios de esos inmuebles, los administran por su cuenta.
El Vaticano también tiene algunas propiedades,
de hecho cerca de 2 mil (en su mayoría edificios de departamentos en Italia),
que son arrendados a personas que trabajan para la iglesia a precios que están
muy por debajo del valor real de mercado, es decir, no producen plata.
5. LAS COSAS QUE SI SE VENDEN Y EL DINERO QUE ES USADO
PARA OBRAS DE CARIDAD
El Papa recibe regalos por montones, desde
artesanías hasta vehículos cero kilómetro, todos hechos con mucho cariño, pero
el Papa Francisco ha preferido usar
esos regalos para poder financiar sus obras de caridad. Un ejemplo
de ello fue en 2014 cuando la empresa Estadounidense «Harley-Davidson» le
regaló una motocicleta. El papa Francisco nunca la utilizó, solo puso su firma
en el tanque de combustible y decidió donarla a la asociación católica Cáritas
de Roma. Lograron subastarla en 210.000 euros y el dinero se utilizó para la
renovación de un hogar carenciado de esa ciudad.
6. OTROS GASTOS Y OTROS INGRESOS…
Hay
muchos gastos administrativos que no generan ningún ingreso, como por ejemplo:
La Radio Vaticana, que para mantenerse operativa
cuenta con 330 empleados y gasta $37 millones al año; sin embargo, recoge menos
de $1 millón en publicidad.
Las Nunciaturas Apostólicas, que funcionan como
embajadas en 113 naciones. Para funcionar requieren más de $30 millones
de dólares anuales.
Todo eso sin mencionar que el Vaticano es una
ciudad que debe generar ingresos y la mayoría de ellos proviene de la entrada
de los turistas y peregrinos a los museos, que generan ingresos de alrededor de
$130 millones anuales. Otra cantidad no menor, proviene de donaciones que se
aproximan a los 85 millones de dólares anuales.
Para poder financiar esto, el Vaticano realiza
operaciones como todos los países responsables realizando inversiones en el
extranjero. Posee unos $920 millones en acciones, bonos y oro. Sus reservas de
oro, en la Reserva Federal de EE.UU, asciende a solo $50 millones. El Vaticano
por lo general gana entre $15 millones y $25 de millones en sus
inversiones. Es decir, invierte dinero, gana un poco y de ahí se saca para
pagar las cuentas.
El
detalle de las cuentas de la Santa Sede puedes revisarlo aquí, verás que aun el saldo es negativo, pero cada vez es
menos.
7. PERO, Y AL FINAL… ¿LA IGLESIA SI HACE ALGO POR LOS POBRES?
Lo más extraño de las discusiones del tipo «El Vaticano está rodeado de riquezas y si las vendiera
podría ayudar a los pobres» es que insinúan que no lo hace y que Papa se
levanta todos los días a nadar en una piscina de monedas de oro rodeado de
lujos y excentricidades sin preocuparse por los pobres.
La Iglesia es la institución que más aporta bien
al mundo a lo largo de la historia; a los pobres y desvalidos, a los enfermos y
a los niños. No hay ninguna institución que sostenga tantos hospitales,
hogares, casas de acogida para ancianos, orfanatos, escuelas, universidades,
etc.
Para que te quedes con un gusto dulce luego de
todas estas ideas, la misma revista «Fortune», cuando habla sobre la administración del Papa
Francisco hace referencia a que para él el asunto económico es realmente
importante y citándolo dice: «Tenemos que generar más recursos, para poder
gastarlos en ayudar a los pobres», por lo tanto, aunque el
Vaticano hipotéticamente estuviera dentro de las organizaciones más adineradas
del mundo (cosa que no es así), sería un alivio que uno de los lugares
donde más riquezas hay, gaste esos recursos en ayudar a los que no lo tienen.
En Noviembre de el Papa
Francisco concedió una entrevista a la revista holandesa Straatnieuws en
donde respondía a la pregunta de la que trata esta publicación, su respuesta
fue la siguiente:
«Esta es una pregunta
fácil. No son los tesoros de la Iglesia, sino que son los tesoros de la
humanidad. Por ejemplo, si yo mañana digo que La Piedad de Miguel Ángel sea
subastada no se podría hacer porque no es propiedad de la Iglesia. Está en una
iglesia, pero es de la humanidad. Esto vale para todos los tesoros de la
Iglesia (…) hemos comenzado a vender los regalos y otras cosas que me dan.
Y los beneficios de las ventas van a Mons. Krajewski, que es mi limosnero. Y
después está la lotería. Estaban los carros que han sido todos vendidos o dados
a través de una lotería y lo recaudado se ha usado para los pobres. Hay cosas
que se pueden vender y estas se venden (…) Los bienes inmobiliarios de la
Iglesia son muchos, pero los usamos para mantener las estructuras de la Iglesia
y para mantener muchas obras que se hacen en los países necesitados:
hospitales, escuelas. Ayer por ejemplo he pedido enviar al Congo 50.000 euros
para construir tres escuelas en países pobres, la educación es una cosa
importante para los niños. Fui a la administración competente, hice esta petición
y el dinero ha sido enviado».
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