Viene a cuento de una
declaración de unos famosísimos, cultísimos y preparadísimos “expertos” -de la ONU, para más señas- que han
largado lo siguiente: “Derecho a la vida” significa
“derecho al aborto". Vamos, que o eres “experto", pero que “muy
experto", o nadie en su sano juicio diria tal cosa. Pero claro,
siendo “experto", pero que “muy” experto y, además, de la ONU -o sea: ricamente paniaguado-, uno es capaz de todo hasta de ser stultus de
libro; ¡qué de libro: de Enciclopedia!, que les va mejor a todos estos
“sabios". O de Wikipedia, para estar más al día.
Porque, ¿quién no entiende que “derecho a la vida” significa
“derecho al aborto"? Pero, ¡si está
clarísimo! ¡Si es evidente total!
Y lo explico (i) lógicamente.
Una señora embarazada y empeñada en tener al niño que ya lleva en su seno, ¿qué hace para amarrar que nazca? ¡Abortar, claro! Y
le sale un niño “precioso", vivito y
coleando, como no podía ser de otra manera. En boca de “expertos”
y de la ONU. Perdón por lo macabro de la ironía, pero es que… “¡Están locos estos romanos!": pero locos de
remate, y sin marcha atrás.
Para que aún haya gentes,
buenas gentes -aparte los Gates-, dispuestos a subvencionar a los chiringuitos
de feria de tercera regional montados por la ONU, la UNESCO y demás sacadineros
al uso, en beneficio de estos “expertos” borricos.
Hay que reconocer que son unos
expertos, ahora sí, en “manejar” el
lenguaje; es decir, en retorcerlo para que parezca significar lo contrario de
lo que dicen realmente y, de este modo, meterla bien doblada. Lo que sobran son
ejemplos.
Uno más: “salud reproductiva de la mujer” significa para
todos estos -y lo implantan con las leyes y el dinero correspondientes-: DERECHO AL ABORTO. O sea: nos “meten” que el embarazo es una “enfermedad” de la mujer a la que hay que curar a
como dé lugar; y, para mayor infamia, “abortar” es
“reproducirse". ¡Y vaya si cuela! Solo
el año pasado: 45 millones de abortos
-contabilizados; en España casi 100.000- en todo el mundo. A los que
habrá que sumar los que no han entrado en las cuentas.
Y otro más, también de moda y,
por tanto, de plena actualidad: “muerte
digna", o sea, EUTANASIA,
significa “barra libre para cargarse a quien te dé
la gana": con que sea “legal", libras. Es decir: hacerle a una
persona lo que se le hace a un perro cuando ya no lo quieres, o te estorba, o
está viejito: “muerte digna". Pues eso:
como a perros.
El problema, muy grave -¡gravísimo!-, es que en la Iglesia Católica -y
desde hace tiempo: en estos últimos años-, está
empezando a pasar lo mismo.
Pero lo dejo para más
adelante.
José Luis
Aberasturi
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