Aquellos edificios hermosísimos, auténticas obras de arte, con su
capilla anexa (además de la biblioteca, el estudio, la cocina, el refectorio,
un hermoso patio, campos de juego, jardín, la gruta de Lourdes, las aulas
escolares, el dormitorio y demás ambientes varios, no excluida el aula magna),
estaban destinados a cultivar las vocaciones sacerdotales y también las
religiosas. Cada diócesis tenía su seminario menor para tres años de scuola media[1] y los dos de ginnasio. De más amplio radio era el seminario mayor, con
su anexa facultad teológica. El mayor comprendía tres años de liceo, un año de
filosofía y cuatro de sagrada teología. ¡En total,
los años de seminario eran por lo menos trece!
De
aquellos años de formación y educación salía el sacerdote católico, preparado
para celebrar, bautizar y predicar. En el seminario existía también la prueba
de predicación con la posibilidad de dar algún sermoncito.
En el
seminario mayor, algunas veces al año, venían los Obispos para sus encuentros
programáticos. En el seminario menor, al menos dos veces al mes, venían
sacerdotes, una vez para el retiro espiritual y la otra para el caso de moral.
Pero
ahora, ¿qué ha sido de estos espléndidos edificios?
Muchos han sido cerrados, vendidos o usados para los usos más
disparatados. Cuando han tenido lugar los tratos para la venta, los
seminaristas decían disgustados: “Tendremos que
admitir que hemos estado durante tantos años en el manicomio.”.
Los
locos, sin embargo, no parece que estén todos dentro; muchos están también
fuera y se camuflan de persona sabios, pero las locuras afloran y se expanden.
¡ALABADO
SEA JESUCRISTO!
¿QUÉ HA SIDO DE TANTAS IGLESIAS Y CASAS
RELIGIOSAS?
También
en nuestras más pequeñas ciudades había por lo menos siete iglesias, algunas de
las cuales habían sido construidas para cumplir un voto o como sede de alguna
cofradía. Las comunidades religiosas tenían también sus casas, que,
naturalmente, se distinguían por el estilo del edificio y por la presencia de
almas consagradas.
¡Qué lástima que tantas de estas iglesias, en vez de ser todavía lugares
de culto al único Dios verdadero, se hayan convertido en talleres de artesanos!
La misma suerte han tenido las casas religiosas y
las capillas que los tenían los consagrados, con la custodia del Santísimo.
Lo
sagrado, por tanto, se ha convertido en profano; lo divino y celestial se ha
vuelto terreno; lo sobrenatural ha vuelto a ser menos que natural, al haberle
dado el hombre las espaldas a su Creador.
¿Pero dónde piensa llegar el hombre sin su Dios? El Señor deja hacer, pero no pasarse y, cuando Él dice basta, la
naturaleza y la creación entera obedecen a Aquél que gobierna el cielo y la
tierra. Dios existe, pero los hombres de hoy viven como si Dios no existiera.
Sin embargo, nada sucede sin que Dios lo quiera o lo permita: “Nihil sine Deo”, “Soli Deo omnis honor, laus et gloria!”.
Las iglesias
siguen estando cerradas y los cristianos católicos continúen siéndolo para que
Jesús, cuando vuelva, encuentre todavía Fe en la tierra.
¡BENDITO
SEA DIOS EN SUS ÁNGELES Y EN SUS SANTOS!
¡ALABADO
SEA JESUCRISTO!
Praesbyter senior
[1] Scuola media, ginnasio y liceo: distintas etapas de la educación previa a los
estudios universitarios en Italia, ndt.
(Traducido por
Marianus el eremita/Adelante la Fe)
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