La semana pasada, la
Policía ambiental de Cali (Colombia) realizó cuatro comparendos [notificaciones
oficiales de sanción] a personas que realizaban prácticas esotéricas en el cerro La Bandera, debido a la
disposición inadecuada de residuos sólidos, según informa el diario
colombiano El País.
Los ritos oscuros no son clandestinos en Cali. Se practican a cielo abierto en cerros, parques y en los
siete ríos que surcan la ciudad. Además, tienden a aumentar cuando se avecina la noche de Halloween. En
ellos se hace uso de elementos como tabaco, aceites, prendas íntimas, cabellos,
fotografías y hasta el sacrificio de animales.
El propósito de estos “trabajos” de ocultismo es variado y va
desde predecir el futuro, atraer
al ser amado, conocer situaciones de infidelidad y hasta dañar a otras personas. El País hace
en este reportaje un recorrido por los lugares de Cali donde estás prácticas
son habituales.
ADIVINACIÓN A TRAVÉS DEL
TABACO
Es miércoles de octubre, los
días previos para la noche de Halloween se cuentan con los dedos, el equipo
periodístico de El País visita el cerro de las banderas, ubicado
justo al lado de la Avenida Guadalupe con Carrera Primera Oeste. Ese es el
punto de encuentro con dos guardabosques del Dagma, quienes lo conducen al
ecoparque.
A sólo 50 metros de una de las
vías de acceso al cerro, un espacio se abre libre entre la vegetación. Se
pueden ver en el suelo varias tejas con montones de tabacos, tablas de madera
para sentarse, bolsas negras y mucha basura.
Vecinos del sector aseguran que este es el sitio de trabajo de por lo
menos 20 personas, hombres y mujeres, que se dedican a la lectura del tabaco, método de adivinación que
utiliza el humo y las cenizas como elementos para vislumbrar el pasado,
presente y futuro. El recorrido lo dirige Fernando Olivo, coordinador de
ecoparques del Dagma, quien asegura que esta situación no es nueva, se viene dando desde hace 18 años.
“La
mayoría de quienes se dedican a esta actividad son mujeres robustas y de más de
50 años, que se colocan turbantes y que vienen casi todos los días desde las
4:00 p.m. A ellas acuden personas
de todas las edades y estratos sociales. También es frecuente ver carros de
lujo parqueados al pie del cerro”, explica Olivo.
INCENDIOS PROVOCADOS POR LOS
RITUALES
Mientras habla, un hombre de
mediana edad aparece entre los árboles, dice que vive en el sector hace 20 años
y le gusta velar por el cuidado del cerro. “Yo
quiero que esta vaina se termine porque las brujas y brujos no ayudan en nada. Me mato limpiando las
basuras que dejan y, lo peor, es que muchos se enojan cuando les pido el favor
de que no dejen las tejas con tabacos prendidos al pie de los árboles porque
con cualquier chispa se forma un incendio, usted sabe que el monte seco es como
la gasolina… se prende con nada”,
refiere el hombre.
Y es que éste no es un asunto
menor: hasta la fecha, en el área urbana y rural de Cali se han presentado
555 incendios forestales, y
según los guardabosques del Dagma, algunos de ellos podrían estar relacionados con rituales esotéricos en los
que se utiliza fuego.
“Estamos
investigando una conflagración que ocurrió hace dos meses en el cerro de La
Bandera y que empezó muy cerca a una de las zonas donde operan los brujos. En esta emergencia, que duró tres horas,
se vieron afectadas cuatro hectáreas de bosque”, comenta uno de los
guardabosques del Dagma, mientras conduce al equipo de El País a
otro lugar de la montaña donde ocurren esas prácticas oscuras.
UNA OPERACIÓN POLICIAL
Cae la tarde en el cerro. El
olor a humo se apodera de uno de los lugares de trabajo de los tabaqueros,
quienes son sorprendidos por
varios hombres de la Policía Ambiental. Todos, incluso sus clientes,
salen corriendo despavoridos, tal como si hubieran visto al mismo Lucifer.
Hay cinco brujos: tres logran
escaparse entre los matorrales y dos, aunque intentan huir, finalmente desisten
y son abordados por los uniformados. Se trata de una mujer de contextura
gruesa, de unos 60 años, y de un hombre que dice tener 44 años.
También hay un cliente que
viste pantalón negro y camisa manga larga. “Cómo
me van a ‘boletear’ así… si es la primera vez que vengo a este lugar y sólo necesitaba saber si un negocio que estoy
a punto de realizar, era conveniente”,
dice indignado el hombre, quien parece tener unos 55 años.
Lo interrumpe Conrado Patiño,
jefe del grupo de Protección Ambiental de la Policía Metropolitana de
Cali. “Señores, estamos realizando un
operativo para tratar de acabar con esta situación debido a que están generando mucha basura en el lugar.
Por eso, a cada uno de ustedes les voy a realizar un comparendo ambiental por
Código de Policía”, les dice el
intendente.
La sanción sólo se las impone a los
tabaqueros, cuyo costo es de 4 salarios mínimos diarios vigentes ($786.000),
pero se puede subsanar si realizan una capacitación pedagógica. “Tienen 15 días hábiles para presentarse ante el
inspector de Policía y con él pueden llegar a un acuerdo para que, en vez de
pagar la multa, puedan hacer trabajos comunitarios como la limpieza de esta
zona que han impactado”, precisa
Patiño.
Los tabaqueros están nerviosos
y lucen desconcertados. El hombre de 44 años, de tez morena y quien viste una
camiseta verde, una pantaloneta gris y unas chanclas, dice que practica la
lectura del tabaco, “pero que no hace
sacrificio de animales porque esas son prácticas de los satánicos”.
Mientras tanto, la mujer, de
piel blanca y quien lleva puesta una blusa amarilla, una licra floreada, unas
chanclas y una pañoleta amarilla, asevera que lee el tabaco en el cerro de La Bandera desde hace 18 años y
que “es la
primera vez que la Policía nos ha venido a azarar para sacarnos de acá”. No entrega más detalles y se resigna a colocar
su índice derecho en el documento de la multa.
Más arriba, un Policía
grita: “compañeros, aquí hay otros dos
escondidos”. Se trata de un
hombre de 47 años y de una mujer de 35 años, a quienes también se les aplica la
sanción del Código de Policía por disposición inadecuada de residuos sólidos.
El señor dice que venía para que le leyeran la suerte, y la mujer, para
saber si su pareja le estaba “poniendo los
cachos”. Antes de marcharse, los Policías tratan de recoger alguna basura del
lugar: prendas, botellas de plástico, frascos de aceites “con poderes especiales”.
También desentierran varios
tarros que, en su interior, contienen fluidos viscosos de color café y
amarillo, que emanan un olor fétido. Ante esa situación, es inevitable que se
tapen la nariz y muestren una cara de desagrado. “Son amarres y te permiten
atraer o recuperar al ser amado. Esos hechizos son utilizados en la santería,
el vudú y en la brujería”, dice
el tabaquero.
SACRIFICIOS ANIMALES JUNTO A
UN RÍO
El río Pance es otro de los
lugares en Cali donde se han encontrado evidencias de magia negra. Según
Fernando Olivo, coordinador de ecoparques del Dagma, “es frecuente hallar en la ribera del afluente pollos y gallinas sacrificadas,
principalmente, desde el puente de La Vorágine hacia abajo”.
Según Brandon Aragón,
investigador paranormal, las fuentes hídricas en el mundo esotérico “son lugares sagrados y de poder”. “El
agua siempre se ha asociado al refugio de los dioses y de los muertos, y por
eso allí se arrojan cenizas y se hacen sacrificios. Por ejemplo, en la
mitología indígena, Bachué es la diosa del agua, así como en la santería lo es
Yemayá”, explica Aragón.
ACTIVIDAD SATÁNICA EN LA VÍSPERA
DE TODOS LOS SANTOS
El investigador paranormal
agrega que, para la fecha de Halloween,
también se prevé que las sectas satánicas aumenten de manera considerable los
rituales de magia negra cerca a los siete ríos de Cali. “El 31 de octubre está caracterizado en el calendario
litúrgico satánico como una fecha
donde se hacen rituales de sacrificios y de adoración al dios Moloch,
que en demonología, está considerado como el antítesis de Yahvé en la religión
cristiana”, indica.
Aragón asegura que esa es la
razón por la que las diferentes
sectas satánicas realizan diferentes actividades para la conmemoración de esa
fecha. “Es muy probable que esos rituales
se hagan en los ríos Pance, Aguacatal, Lili, Meléndez o en la laguna El
Pondaje. Pero también en zonas de asentamientos subnormales como como
Polvorines, Alto Nápoles o Alto Menga”, menciona.
Por su parte, Liliana Ossa,
directora de la Fundación Paz Animal, aclara que, frente a los rumores que se
tienen por la utilización de gatos
negros para prácticas satánicas, no habrá ninguna restricción para
seguirlos dando en adopción.
“Lo
primero que hay que decir es que esas
prácticas no son sacrificios sino asesinatos. Nosotros no tenemos ningún
problema con seguirlos dando en adopción porque tenemos un protocolo para esto
que, si las personas no lo pasan, pues sencillamente no se les dan los gaticos”, concluyó.
PREOCUPACIÓN DE LOS CREYENTES
Nilson Obonaga, miembro del
equipo pastoral del Centro Cristiano de Amor y Fe, asegura que también ha
podido evidenciar el aumento de
rituales de ocultismo en cerros como Cristo Rey, Tres Cruces y la
Virgen de Yanaconas.
“En
estos lugares hemos hallado
huesos, pentagramas dibujados en el suelo con piedras y pedazos de velas,
muñecos amarrados o con alfileres, restos de objetos religiosos quebrados y
brujas en plenos rituales con parejas”, asevera Obonoga.
Y añade: “por eso cada año, en fechas específicas, subimos a esos
sitios a orar para quebrantar estas prácticas que sólo le traen maldición a la ciudad, y que se ven
reflejadas en el incremento de males sociales como los atracos y los homicidios”, dice.
LA POLICÍA ANTE LOS POSIBLES
SECUESTROS DE NIÑOS
Ante los rumores por el presunto incremento de secuestros de niños en
la ciudad, Fabián Ospina, subcomandante de la Policía Metropolitana de
Cali, asevera que se tienen previstos diferentes controles para el próximo 31 de octubre, fecha en la que se
celebra el Halloween. “Los empezamos ayer
en varios puntos de la ciudad como centros comerciales, parques y espacios
turísticos”, dice Ospina.
Y añade que estos operativos también se harán en
cementerios, “debido a los rumores
de que sectas satánicas van y sacar los restos humanos de estos lugares. No
obstante, es importante aclarar que, hasta la fecha, no tenemos reportes
oficiales de esos sucesos”, precisa
el subcomandante de la Policía Metropolitana de Cali.
“Las
recomendaciones es no dejar los
niños solos y estar atentos para que los dulces los pidan en sitios
reconocidos”, resaltó el policía.
Secretaría RIES
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