Ana Catalina misma explica lo siguiente respecto al
modo de orar a Dios.
En el convento, me regocijaba siempre por anticipado cuando debíamos
cantar himnos y responsos en latín. La fiesta entonces estaba más
viva para mí y veía todo lo que cantaba.
Particularmente cuando cantábamos en latín las
letanías de la Virgen Santísima, veía allí sucesivamente en una visión maravillosa todas las figuras
simbólicas de María.
Era como si mis palabras pusieran de manifiesto estas
imágenes. Al principio estaba totalmente asustada por esto; pero luego
esto fue para mí una gracia y una ayuda que excitaba mucho mi devoción.
Vi allí las imágenes y cuadros más admirables.
“Yo veo salir de la boca del que está orando un
trazo de palabras, como un rayo de luz que llega hasta el trono de
DIOS.”
“Tuve desde niña la costumbre de orar para
evitar las desgracias de los hombres. Después tuve visiones de estas desgracias
evitadas. Si a veces no hacía las oraciones, veía desgracias como
incendios o naufragios cerca o lejos.”
“Miro a los que oran y veo salir de algunos,
como una flor de su boca, que sube al cielo. Del que hace oraciones distraído,
sale una hierba mascada, que cae el suelo.”
“Moisés oró con los brazos abiertos. A esta
oración no resiste DIOS, porque su HIJO oró con los brazos en la
cruz.”
“Yo pretendía todo de Dios, siempre pretendía
más y más, y lo conseguía todo. Era atrevida con Dios y pensaba: Él
lo tiene todo y le gustará de buena gana que le pidamos con
confianza.”
"La oración que más agrada a Dios, es la
hecha para otros y especialmente para las pobres almas. Recen por
ellas, si desean que sus oraciones atraigan mayor interés."
“He visto que las oraciones que más responde
Dios, son las que se hacen con el corazón, y he visto claramente
que el amado Dios sólo mira el corazón durante la oración."
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