La
historia muestra que las herejías en el catolicismo no están sólo relacionadas
con un punto particular de la doctrina. Sino que arman una nueva cosmovisión
alternativa al catolicismo oficial; como una nueva religión. Tienden a generar
un catolicismo alternativo que pretende ser mayoritario. Y explicaremos por qué
en este artículo.
Se basan en una nueva interpretación de la revelación bíblica, ajena a
la interpretación tradicional en los 20 siglos.
La única forma de combatirla es con una correcta formación doctrinal de
los fieles. Pero el
último siglo, especialmente a partir del Concilio Vaticano II, se ha caracterizado por bajar radicalmente el
nivel catequético. Y optar por
un enfoque emocional, evadiendo lo doctrinal. Evidentemente un campo fértil para cualquier tipo de
herejías, especialmente una.
QUÉ
ES UNA HEREJÍA
Herejía
viene del griego “heresis”
que significa elección,
división, facción. Y el Catecismo de la Iglesia Católica #2089 la define
de esta forma: “Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el
bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda
pertinaz sobre la misma…” Esta tendencia a la herejía en el
cristianismo ya fue avisada por la Biblia: “Porque
llegará el tiempo en que los hombres no
soportarán más la sana doctrina; por el contrario, llevados por sus
inclinaciones, se procurarán una
multitud de maestros que les halaguen los oídos, y se apartarán de la
verdad para escuchar cosas fantasiosas.”
(2 Timoteo 4, 3–4). Para nuestro propósito dividamos la herejía en formal y material. La herejía
material es cuando alguien dice alguna cosa contraria a la fe, ignorando que
sea contraria a la fe. Esto no
puede considerarse un pecado porque hay una ignorancia de parte de quién
lo dice.
En cambio sí hay pecado en la herejía formal que, sucede cuando alguien
dice algo contrario a la fe, pero sabiendo que es contrario a la fe.
Contradice a sabiendas una verdad que debe creerse con fe divina y católica. Es una elección consciente y deliberada, que pone a la persona fuera
de la doctrina de la Iglesia. Además quién comete herejía formal rechaza la corrección, al contrario
que una persona que está dispuesta a ser corregida. Sólo un bautizado puede cometer herejía, de modo que el
protestantismo no es una herejía respecto al catolicismo. En la práctica del
catolicismo, las herejías han
funcionado de manera diferente a un simple punto en discusión en el que
hay diferencias entre los fieles. Sino que han tendido a crear movimientos, que modifican toda la concepción
de la revelación cristiana. Y de hecho entonces se abre una separación que conforma otra religión, aunque
formalmente los herejes sigan integrando el colectivo de la Iglesia Católica.
Los herejes intentan cambiar la doctrina de la Iglesia y ser mayoría en
ella, y mientras los sanos doctrinalmente no los expulsen seguirán en su afán
de impulsar la herejía.
LA
HEREJÍA CONSTANTE CREA UNA NUEVA RELIGIÓN
Las herejías terminan siendo (en el catolicismo) una forma distinta de
ver el cristianismo, porque todos los aspectos doctrinales están entrelazados.
De modo que
la herejía en un punto de la doctrina, altera
el cuerpo doctrinal total, afectando las otras doctrinas particulares. Porque
las personas que adhieren a una herejía sobre un punto en particular, adhieren a una visión diferente de la fe. No
se trata de teólogos que están discutiendo un tema doctrinal en particular,
sino de una corriente que se ha formado a partir de la propuesta de un
heresiarca, que tiene efecto sobre toda la cosmovisión católica.
Este heresiarca o grupo de heresiarcas se definen a sí mismo como
habilitados para cambiar el depósito de la fe, proponiendo una nueva versión de
la fe.
Porque proclaman que su posición es evidente
en los evangelios por ejemplo. Y abajo de estos aparecen una serie de seguidores que repiten lo que dicen los
heresiarcas y lo divulgan. Pensando que
es una modernización o un aggiornamiento de la fe perfectamente válido y
en sintonía con la verdadera religión. Las
herejías suelen comenzar dando una explicación fácil sobre temas difíciles
de la verdadera doctrina. Así resuelven los problemas teológicos de manera
fácil de aceptar. Pero también se
suelen comenzar herejías justificando un pecado grave, proporcionando una
explicación para no condenarlo. Este por ejemplo es el caso de los nicolaítas del siglo I, que era
una herejía que creía y practicaba la promiscuidad sexual. Era agradable para
los primeros cristianos escuchar una
versión de cristianismo que aceptaba cualquier exceso sexual y no lo reprimía,
dándole incluso un barniz de moralidad o sacralidad. Hoy pasa lo mismo con propuestas heréticas que plantean que el
catolicismo debe cambiar su posición respecto a la homosexualidad y
aceptarla como si fuera otra sexualidad optativa. Para enunciar esto, sus partidarios tienen qué negar el Génesis
donde dice que Dios hizo al hombre y a la mujer y no menciona ningún otro sexo
alternativo. Y también tienen que negar
pasaje de la escritura donde Jesús dice qué los desviados sexuales no heredarán
la Tierra. Estas reinterpretaciones tocan además muchos otros aspectos
de la doctrina católica tradicional.
POR
QUÉ ES DIFÍCIL LA RECTIFICACIÓN DE LA HEREJÍA EN EL CATOLICISMO
Cuándo un
católico comienza a creer en una herejía se entusiasma porque el heresiarca le transmite entusiasmo,
profunda fe en el cristianismo y el catolicismo. Y generalmente los heresiarcas son personas con cualidades
de líderes y de buena formación, por lo tanto sus seguidores depositan
la fe en ellos por sus cualidades. Además se forma un grupo herético que se apoya entre sí y las verdades que creen son
manifestadas como evidencia por sí misma, sin mayores exigencias de
concordancia con toda la revelación bíblica y la tradición.
Generalmente se apoyan en algún pasaje del Evangelio, pero ignoran el
resto que lo contradice.
Y en este
proceso, deben distorsionarse otras
doctrinas para que se ajusten a la nueva concepción. Por lo tanto el
resultado es un conjunto de errores
encadenados y no simplemente un error con respecto a un punto en
particular. Este nuevo entramado genera
otra religión de hecho, aunque no de derecho. Y el herético no puede verlo porque está rodeado de una compleja
red interconectada de errores, que le cierran lógicamente .
Este edificio no se puede derribar fácilmente porque es coherente en sí
mismo, aunque incoherente con la tradición y con la doctrina oficial de la
iglesia.
Otro
problema asociado es el de la
legitimidad. Al hereje de menor nivel le resulta difícil comprender por qué maestros de buena reputación son
catalogados de cometer errores graves, si ellos han sido buenos maestros
para enseñarles muchas cosas de la fe. Porque el heresiarca o grupo de
heresiarcas puede tener buena reputación,
erudición, ocupar puestos importantes en la Iglesia, lo cual hace
difícil la contradicción. Además quienes están en posiciones heréticas no lo manifiestan frontalmente a todos, sino
que sólo parcialmente. Pero hacen
una labor proselitista con otras personas más sensibles a aceptar la
herejía o menos formados, y con ellos sí hablan frontalmente. Así es como las
herejías se van alimentando dentro del catolicismo. A través de los siglos ha
habido cantidad herejías en el catolicismo. Y todas han sido errores sobre un tema particular que se han difundido al
resto de la cosmovisión, y han creado movimientos heréticos con sus
respectivos líderes y seguidores. En este
artículo puedes leer una buena síntesis de las herejías que han
afectado al catolicismo.
LA
HEREJÍA ACTUAL SOBRE LA MISERICORDIA DE DIOS, EL CASTIGO Y LA JUSTICIA
Hoy la iglesia está atacada por la herejía del modernismo.
Una
cosmovisión del catolicismo que fue
denunciada por el Papa San Pío X a principios del siglo XX, como la síntesis de
todas las herejías.
Y que reinterpreta globalmente todas las palabras de Jesús en un tono No
sobrenatural.
Quita la
referencia sobrenatural a las acciones de Jesús, y por lo tanto los milagros no fueron reales cambios en las
leyes físicas. Los exorcismos
fueron simplemente curaciones de enfermedades que en ese momento no se
conocían, como por ejemplo la epilepsia. Y los milagros físicos, como por
ejemplo la apertura del Mar Rojo para que pasaran los judíos perseguidos por
los egipcios, son solamente una
exageración del Antiguo Testamento. Al leer las palabras de Jesús con un
tono no sobrenatural, todo es posible porque todo comienza a ser simbólico. Y la Biblia entera es un gran compendio de símbolos. Entonces la misa ya no es la presencia de Jesús en el
sacrificio de la cruz permanentemente, sino una cena entre amigos que
recuerda la vida de Jesús y su crucifixión. Dentro de este entramado está la
idea de qué Jesús es tan misericordioso, lo que llamamos la herejía del
hipermisericordismo, que es incapaz de
castigar a nadie, con lo cual se elimina el criterio de la justicia de Dios. Por
lo tanto todo lo malo que les pasa a
los pecadores no es obra de la justicia de Dios sino de hechos naturales
que le pasan a la gente. Y lo mismo puede decirse de los desastres naturales, que niegan que puedan
tener causas espirituales, por lo menos algunos de ellos. Piensan que todos se van a salvar, hayan hecho lo que
hayan hecho en la Tierra. A lo sumo habrá 4 o 5 en la historia de la
humanidad que merecerían no salvarse, pero tampoco. Esto nos conduce al tema
central que es el infierno.
El pensamiento herético proclama que Dios es tan misericordioso, que no
puede enviar a nadie al infierno, porque no va a castigar para toda la
eternidad a una persona.
Eso lo consideran excesivo y no propio de un Dios
que es todo amor con los hombres. En realidad piensan que el infierno no existe, que fue una
creencia que viene del Antiguo Testamento, y por lo tanto castigadora y no
misericordiosa, contraria a la visión de Dios que nos vino a traer Jesucristo
en el Nuevo Testamento.
Pero como no pueden decir que el infierno no existe, porque es un dogma
de fe, utilizan otros subterfugios.
Como por
ejemplo qué las personas
condenadas al infierno dejan de existir, el aniquilacionismo. O
que si bien existe el infierno
está vacío, porque Dios nunca condenaría a nadie para ir allí. Sin
embargo esto se contradice con varias
partes de la Biblia, incluso del Nuevo Testamento, que los herejes dicen
que muestra una cara misericordiosa de Dios, que no la mostraba el Antiguo
Testamento.
Pongamos
algunos ejemplos. En Mateo 25: 41-46
hay un pasaje que muestra claramente la condenación eterna. En el versículo 41
de este pasaje dice: “Entonces dirá también a
los de su izquierda: Apartaos de mí,
malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles”. Y
en el versículo 46 dice: “E irán éstos a un castigo eterno, y los justos
a una vida eterna“. Las enseñanzas de Cristo en este pasaje
son inequívocamente que el infierno
existe como un lugar de castigo permanente y eterno, al que efectivamente va
gente. También en Lucas 16: 19-31 Jesús cuenta la parábola de Lazaro y
Epulón, mostrando que el Lázaro está en
el cielo con Moisés y Epulón está en el infierno, sin poder salir y recibiendo
castigo; o sea que el infierno tiene gente adentro. También Jesucristo
en Mateo 7: 13 dijo: “Entrad por la puerta angosta. Porque la puerta es ancha, y el camino es ancho, que conduce a la
perdición, y hay muchos que entran por él”. Aquí la perdición es el infierno o sea la
pérdida de la vida al lado de Dios en el cielo. Y también el Lucas 12: 5 dice
Jesucristo: “Pero os revelaré a quién debéis
temer. Teman a aquel que, después de
haber matado, tiene el poder de arrojar al Infierno“.
El magisterio de la iglesia ha enseñado el infierno es un lugar de la
justicia de Dios.
Benedicto XVI ha escrito: “…Las almas de aquellos que mueren en un pecado mortal real descienden al
infierno inmediatamente después de la muerte y allí sufren el dolor del
infierno”. El papa Inocencio
III enseñó que: “El castigo del pecado
original es la privación de la visión de Dios, pero el castigo del pecado real son los tormentos del infierno eterno…” (Denzinger, 410) O sea que la enseñanza papal
sobre el infierno como el castigo eterno a los pecadores, va desde los primeros papas hasta los papas
contemporáneos. De modo que la
existencia del infierno poblado, es una enseñanza bíblica y una enseñanza del
magisterio papal. Afirmar que el infierno no existe o está vacío porque
Dios es tan misericordioso que no mandaría nadie allí, es afirmar que nada de lo que hagas en la Tierra, aún lo más abyecto
tiene consecuencias para tu salvación. Nada te la puede hacer perder. Por
lo tanto el mensaje que comunica es que por
más cosas malas que hagas, nada te va a privar de estar con Dios en la vida
eterna.
Esta forma de ver la misericordia de Dios es pura ideología y no está
basada ni en los evangelios ni en la enseñanza papal, si se lee en su totalidad
y no se sacan frases fuera de contexto.
Sin embargo hoy es la herejía más extendida dentro de la
Iglesia, que seguramente tú la hayas oído de algún laico o de algún
sacerdote en privado. Es tan contradictoria con la doctrina oficial de la
Iglesia, que difícilmente se menciona
en las homilías. Tal vez se lo hagan de forma indirecta, diciendo que Dios no castiga a nadie, comenzando a decir
que es la propia gente que se autocastiga.
Fuentes:
- http://forosdelavirgen.org/20438/herejias-en-los-20-siglos-de-la-iglesia-catolica/
- http://forosdelavirgen.org/26015/el-infierno-es-dogma-de-fe-para-los-catolicos/
- http://www.filosofia.org/mor/cms/cms1188.htm
- https://ronconte.wordpress.com/2011/07/31/heresies-on-hell/
- http://www.crisismagazine.com/2018/heresy-hell-self-inflicted
- https://ronconte.wordpress.com/2018/04/18/you-dont-understand-how-heresy-works/
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