Santiago 3:7-8
“Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de
serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza
humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede
ser refrenado, llena de veneno mortal”
¡La lengua es un monstruo sin huesos que se esconde detrás de
una pared de esmalte esperando a atacar a su víctima!
La lengua pesa menos de 6 onzas, pero puede triturar y matar.
Santiago pinta un retrato vívido de la incontrolable lengua:
La lengua es una pequeña parte del cuerpo, pero causa grandes
desastres. Considere como un gran incendio forestal empieza con una pequeña
chispa. La lengua también es un fuego, un mundo de maldad entre las partes del
cuerpo. Corrompe a toda la persona, incendia todo el curso de su vida, y el
infierno mismo se enciende en sí mismo.
De tiempo en tiempo vemos como los bosques arden fuera de
control, los bomberos sin esperanza tratan de parar la devastación hogares,
negocios, escuelas, iglesias y millones de dólares en madera se pierden.
Lo mismo pasa con la lengua. Es la herramienta de Satanás
para destruir hogares, matrimonios, amistades e iglesias.
La Biblia habla solo de dos fuentes de fuego para la lengua.
Un incendio puede empezar con el fuego del Espíritu Santo. Hechos 2, o por el fuego del infierno.
¡Nosotros somos quienes decidimos!
Las palabras son la transcripción de la mente. Las palabras
de un hombre ponen en evidencia su carácter. Jesús dijo, “Porque de la abundancia del corazón habla la boca”. Mateo
12:34
Por John Hagee
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