Publicamos esta
carta y su respuesta, con la esperanza de dar argumentos a quien enfrente
objeciones similares.
Por: Christian | Fuente: www.apologia21.com
Por: Christian | Fuente: www.apologia21.com
Hemos recibido una carta de un ateo que firma
como “El loco de Turín” (que es como a veces
llamaban al filósofo existencialista ateo Nietzsche) planteándonos con todo
interés y respeto algunas serias objeciones a la religión, y más concretamente
al cristianismo y a la Biblia. Como los asuntos que plantea son de interés en
el frecuente debate actual entre ateísmo y cristianismo, vamos a publicar aquí
su carta y nuestra contestación, con la esperanza de que a él le aclare nuestro
punto de vista y de que a los demás les permita quizá tener más argumentos
cuando se enfrenten a las mismas objeciones.
Los argumentos que él
plantea son básicamente cuatro:
1- Puestos a inventarse dioses, el politeísmo o la adoración al Sol tiene más sentido que el monoteísmo.
2- En nombre de Dios se han cometido muchas aberraciones.
3- El Dios de la Biblia a veces es cruel.
4- La Biblia no es un libro fiable porque está lleno de contradicciones y errores.
1- Puestos a inventarse dioses, el politeísmo o la adoración al Sol tiene más sentido que el monoteísmo.
2- En nombre de Dios se han cometido muchas aberraciones.
3- El Dios de la Biblia a veces es cruel.
4- La Biblia no es un libro fiable porque está lleno de contradicciones y errores.
Anunciamos que nuestros argumentos serán
rigurosos pero tal vez no muy ortodoxos en opinión de algunos. Sin embargo
hemos tenido mucho cuidado en no salirnos de la teología moderna, y tomamos
como modelo los argumentos y exégesis del papa emérito Benedicto XVI. Y ya sin
más dilación empezamos presentando la carta de nuestro lector.
CARTA
Antes de dar mi punto de vista, acerca de todo
esto de la religión, quiero pedir disculpas por haber intervenido en argumentos
que no son de mi incumbencia (espero no los incomode). Dicho esto, daré inicio
a mi argumentación.
Antes que nada quiero aclarar que hoy en día
existen mas de doscientos dioses. Y todos diferentes.
Ahora bien, la creencia de que hay un solo dios
(como lo es el dios judío/cristiano/musulmán) o muchos más es absurda, ya que desde el origen de los tiempos el ser
humano siente curiosidad por lo desconocido. Ejemplo de ello podría ser la
vida, la muerte, la lluvia, los pájaros (aunque suene hilarante, pero es la
verdad), incluso el sol.
En algún momento de nuestra vida nos hemos
preguntado cual es el dios autentico (a menos de que en tu caso hayas nacido en
un hogar con un dogma establecido, dígase religión). Esto es bastante confuso,
ya que varias religiones presentan similitudes entre los dioses de las diferentes
culturas. Posiblemente algunas de las siguientes preguntas pudieron haber
pasado por tu cabeza al momento de elegir ser adepto de alguna religión:
1) ¿Cuál es el verdadero? ¿El más
antiguo en el mercado?
2) ¿O el que tiene más seguidores?
3) ¿Aquel que posee bastos templos en su honor?
4) ¿El dios que cuenta con más ejércitos?
5) ¿Acaso será el mas económicamente poderoso?
6) ¿Cómo saber cuál es el verdadero dios?
2) ¿O el que tiene más seguidores?
3) ¿Aquel que posee bastos templos en su honor?
4) ¿El dios que cuenta con más ejércitos?
5) ¿Acaso será el mas económicamente poderoso?
6) ¿Cómo saber cuál es el verdadero dios?
Ahora bien, hagamos uso de la lógica. Lo más lógico es que el más
antiguo sea el veraz. ¿Y cuál es el dios más antiguo? ¡Vaya! Resulta sorprendente el percatarse que el
dios más antiguo es el sol. Pero así fue:
La tremenda ignorancia de los primitivos sobre el mundo que los rodeaba hizo
que volvieran su vista al cielo donde objetos desconocidos aparecían y
desaparecían sin explicación alguna, influyendo grandemente sobre la vida de
todo, fueran seres humanos, animales, plantas u otras cosas.
El culto al sol y a la luna fue el primero entre
casi todos los pueblos de la remota antigüedad: Druidas, Chinos, Aztecas,
Egipcios, Japoneses, Malayos, Persas, Hindúes, Asirios, Sumerios, etc..
Al sol le sacrificaban animales y hasta hombres,
mujeres y niños con la idea de mantenerlo contento. Pero no solo la luna y el
sol eran misterio para los primitivos: también lo era la vida misma, el
nacimiento, los animales, los árboles, el
aire, el fuego, los ríos, la muerte. No teniendo respuestas, el hombre invento
poderes sobrenaturales a todo cuanto le rodeaba: El aire, las aguas, las
piedras, los animales, los bosques, el fuego, la lluvia; entre otros muchos.
“TODO LO QUE NO CONOCEMOS
ES MILAGROSO”
-Dijo Tácito viendo a la gente creer en los poderes “sobrenaturales” de los dioses que habían inventado.
El ser primitivo (o sea el hombre) en busca de explicarse todos los acontecimientos
que el no podía realizar opto por desarrollar la creencia en lo sobrenatural.
Lo chistoso de este asunto es que, los poderes de los dioses creados por el
hombre se regían por la habilidad o imaginación que estos poseían. En pocas
palabras, los dioses surgieron de la imaginación y necesidad de los hombres.
Ahora, la invención del dios único la hicieron
unos Hebreos mil cuatrocientos años a.C., tengo que aclarar que en nombre de
ese único dios se han cometido demasiadas aberraciones; que por supuesto se
encuentran en la biblia, eso descartando las miles de contradicciones que esta
contiene. Ejemplo de ello serían los
siguientes versículos:
——————————————–El mundo
es plano————————————–
1) Apocalipsis 7:1 – Después de esto, vi a cuatro ángeles de pie en
los cuatro extremos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra,
para que no soplara viento alguno, ni sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre
ningún árbol.
En nuestros tiempos sabemos que dicha esfera no
tiene extremos (es ridículo que te lo explique). Aclaro que este libro es
considerado como un libro literal, que no tiene ninguna interpretación. Los
mismos teólogos cristianos lo afirman.
2) Isaías 40:22 –
El (dios) es el que está sentado sobre la
redondez de la tierra, cuyos habitantes son como langostas; Él es el que extiende los cielos como una cortina y los despliega
como una tienda para morar.
Es curioso que el pasaje mencione la palabra
redondez y no esfera.
Redondez = circulo = 2D = 2 Dimensiones= figura plana de un circulo, sin volumen. Esfera = figura con volumen y 3 dimensiones; ejemplo: un globo con aire, globo terráqueo, el mismo mundo.
Lo más hilarante de este verso es que dice que el cielo es como una cúpula.
———————————————-El mundo
no flota en el espacio——————-
1) Job 26:7 – El
extiende el norte sobre el vacío, y cuelga la tierra sobre la nada.
2) Job 38:4-6 –
¿Dónde estabas tú cuando yo echaba los cimientos de la tierra? Dímelo, si
tienes inteligencia. ¿Quién puso sus medidas?, ya que sabes, ¿o quién extendió
sobre ella cordel? Sobre qué se asientan
sus bases, o quién puso su piedra angular?
Suponiendo que Job 26:7 es cierto, sería una contradicción a Job 38:4-6, ya que si el planeta tierra está colgando de un cordel ¿cómo
puede tener una piedra angular? Porque la piedra angular es un cimiento que
sirve para sostener alguna cosa, desde abajo.
Y puedo mencionar algunas de las muchas
contradicciones de la biblia, pero me detendré aquí para no hacer de esto algo
largo y aburrido de leer.
Muchas gracias Christian por haber tomado en
cuenta mi punto de vista. Espero tener contacto para no dejar este tema en el
olvido.
El Loco de Turín
Hola LdT, no hace falta que te disculpes por
intervenir, aunque seas ateo eres bienvenido, e incluso especialmente
bienvenido por serlo. No has entrado a atacar sino a argumentar, así que estás
en el sitio correcto.
CUÁL
ES EL DIOS VERDADERO
Tu planteamiento tiene cierta lógica, pero solo
desde el punto de vista ateo. Si negamos la existencia de Dios y consideramos
que los dioses son un invento del hombre, entonces es lógico considerar que el
Dios más “auténtico” (en el sentido de “original”) es el más antiguo y el resto serían
evoluciones posteriores a partir de esa idea. En tal caso es muy posible que el
dios primigenio fuera el sol.
Siguiendo esa misma lógica y aplicándola a los
conocimientos científicos, tendríamos que decir que la idea más auténtica sobre
nuestro planeta es que es una superficie plana, pues así es como la
consideraban los antiguos. Entonces tú dirás que en ciencia más antiguo no
implica más verdadero y que al avanzar en el conocimiento podemos descubrir que
la verdad no es lo que todos pensaban antes, y yo te diré lo mismo de la
religión.
LOS
PLANOS DE LA REALIDAD
Para los creyentes, la realidad es dual, hay un
plano físico y un plano espiritual, cada uno con sus leyes y su manera de
descubrirlas. Para los ateos la realidad se limita al plano físico, aunque
muchos piensen que ese plano físico pueda ser multicapa, con universos
paralelos y todo eso. El plano físico y el espiritual son planos separados pero
que interactúan. Los universos paralelos al parecer son planos separados que no
pueden interactuar de ningún modo, por eso la ciencia nunca podrá demostrar su
existencia, o al menos eso afirma hoy en día la teoría de cuerdas, y aun así mucha gente, especialmente ateos, creen en su existencia
o al menos en su posibilidad. No dan el mismo trato al plano espiritual a pesar
de que los creyentes sí somos capaces de experimentar ese otro plano y
relacionarnos con él.
Por eso hay algunas cosas del mundo espiritual
que el hombre puede llegar a captar por sí mismo si se esfuerza en ello, igual
que podemos aprender cosas del mundo físico si nos esforzamos en ello. Un ateo
no aprenderá nada de Dios porque no se interesa por ello y dirá que es
imposible aprender nada del plano espiritual… porque no existe. Si alguien
tuviera el mismo punto de vista sobre la teoría de la evolución, por ejemplo,
podría decir lo mismo, que por mucho que mire no ve a ningún animal
evolucionando y que aunque se pusiese a estudiar el asunto sería imposible
aprender nada de ello… porque es todo un cuento, diría él, así que ni se
esfuerza.
Pero de todas formas, por mucho que el hombre se
esfuerce, solo podrá comprender parte de la realidad espiritual, el resto no
porque un ser tan limitado y finito como el hombre no puede alcanzar lo eterno
e infinito por sí mismo, sería como si una hormiga intentara comprender las
raíces cuadradas. Dios creó el universo, y lo dotó de orden y leyes fijas, y
dentro de ese universo también dotó al hombre de una inteligencia capaz de
comprender la Creación, pero el Dios que lo creó es infinito y por tanto el
hombre está equipado para conocer el universo (al menos eso creemos si somos
optimistas) pero no está suficientemente equipado para conocer a Dios, aunque
sí para vislumbrarlo. Es por eso que el hombre, desde que es hombre, tuvo una
religión, un sentido de la trascendencia, una intuición de que había algo más,
pero por mucho que quisieran no podían conocer por sí mismos la naturaleza
auténtica ni de Dios/dioses ni del plano espiritual en el que creían. Esa es la
razón por la que Dios, llegado el momento oportuno, comienza a revelarse “en serio”, y si antes tal vez envió destellos,
ahora comienza a proyectar un foco de luz, un faro guía que marca el camino a
ese conocimiento.
Esa historia progresiva de revelación la tenemos
en la Biblia. Dios no se apareció un día, dejó un libraco sobre la mesa de
Abraham o Moisés y le dijo: ahí tienes todo lo que tienes que saber sobre mí y
sobre todo lo espiritual. No, la revelación y la historia de salvación es algo
que Dios hizo por medios humanos, inspirando, alentando, guiando, pero dejando
que fuera el hombre el protagonista y actor principal, y por eso mismo con
avances y retrocesos, aciertos y fallos, hasta el punto culminante en el que él
mismo viene al mundo a rematar la salvación y la revelación, e incluso entonces
lo hizo a través de una naturaleza que se fusionó con la humana: Jesús, y
mediante medios también humanos.
Por lo tanto, los que creemos en el cristianismo
no lo hacemos porque nuestra religión sea la mayoritaria ni porque tenga el
poder ni por ninguna de esas razones puramente prácticas que mencionas, sino
porque creemos que es la verdad, y esa verdad ha sido revelada por Dios y
transmitida de generación en generación, y nosotros hemos tenido la suerte de
entrar en contacto con esa verdad bien sea por transmisión de nuestros padres o
por otros medios, y de aceptarla. Por lo tanto nos da igual en qué dioses
creyeran nuestros antepasados, del mismo modo que cuando un científico descubre
una nueva ley de la ciencia, le da exactamente igual qué creencia sobre ese
tema tenían nuestros antepasados, simplemente al descubrir la verdad, nos
alegramos de dejar el error atrás.
Si los antiguos adoraban al sol y a la luna lo
hacían porque el alma tiene anhelo por lo trascendente, intuye que hay algo más
que lo puramente físico y busca qué pueda ser, pero nadie conocía a Dios hasta
que él se reveló. Según tú el Dios cristiano es un invento de los judíos
antiguos. Normal que pienses así, si no crees en Dios no tienes más remedio que
pensar que alguien se lo ha inventado. Yo por el contrario considero que es al
revés, es Dios quien te creó a ti, así que en cierto modo podemos decir que tú,
y todos, somos un “invento” de Dios, el cual
nos hizo hijos suyos y eso nos libra a nosotros del vacío de pensar que somos
un producto casual de un cosmos que nadie sabe de dónde puede haber salido ni
tiene un porqué ni un sentido. Para el creyente, la vida tiene un sentido,
sabemos de dónde venimos, a dónde vamos y por qué y para qué estamos aquí.
Nietzsche por el contrario llegó a la conclusión de que no hay Dios y por tanto
la vida no tiene sentido (salvo el que uno quiera darle, consciente de estar
inventándoselo), y por eso acabó su vida loco y amargado. Independientemente de
lo acertado o no de su pensamiento, no parece que su filosofía sea una
alternativa que mejore a la ofrecida por el cristianismo o que ayude al hombre
a ser más feliz o mejor persona.
EN
EL NOMBRE DE DIOS
Hablas de que “en
nombre de ese único dios se han cometido muchas aberraciones”. También
difiero de tu opinión. El hombre crea violencia y guerras, con o sin religión.
Muchos pensadores ateos del XVIII y XIX estaban convencidos de que si se
eliminaba la religión se acabaría la opresión y la violencia e incluso las
guerras. En el siglo XX tuvimos sobrada ocasión de comprobar esa teoría.
Resulta que los regímenes ateos que florecieron han sido los autores de las
mayores crueldades y masacres de la historia de la humanidad, no solo de sus enemigos,
sino también de su propia gente. Quita a Dios y desaparecen los límites que te
controlan, te sientes engañosamente libre de hacer todo lo que quieras porque
si tienes el poder a nadie tienes que rendir cuentas y solo tú decides qué es
lo correcto y lo incorrecto. El nazismo, Stalin, Mao y muchos otros instauraron
regímenes ateos, las dictaduras comunistas se aplicaron enormemente en borrar
toda religión de sus sociedades y en parte lo consiguieron, sobre todo en
cuanto a influencia social. El resultado no fue un reino de paz y justicia
sino, bueno, para qué te voy a explicar, ya lo sabes como yo. Lo que quiero
decirte es que el hombre lucha y mata con el pretexto que sea, y normalmente
elige pretextos que sean lo más elevados posible para que su acción cruel quede
debidamente justificada. Si Dios es importante, matará en nombre de Dios. Si
Dios no es importante matará en nombre de cualquier otra cosa que esa sociedad
valore, y así las guerras del siglo XX han sido en nombre de la igualdad, la
solidaridad, la hermandad, la democracia, e incluso la paz. Sí, muchas guerras
últimamente se hacen en nombre de la paz, ya ves.
LA
REVELACIÓN PROGRESIVA Y LA PEDAGOGÍA DIVINA
También dices que en la Biblia hay sobrados
ejemplos de crueldad sancionados por Dios mismo. Razón tienes, en el Antiguo
Testamento hay algunas partes en las que Dios parece ser bastante cruel,
especialmente en el libro de Job y toda la conquista de Canaan. Tal como
mencioné antes, la revelación cristiana es progresiva y realizada mediante instrumentos
humanos, no fruto de un libro traído por Dios. Nosotros creemos que Dios fue
inspirando a ciertos hombres para que fueran comprendiendo cada vez más a Dios,
pero esa comprensión fue lenta y gradual, abarcando siglos de progreso. Por eso
la idea de Dios va evolucionando en la Biblia, desde el Dios justiciero del
principio, al Dios justo de los profetas y, finalmente, al Dios-Amor revelado
por Dios mismo a través de Jesús.
Este es un proceso pedagógico, no una
explicación a posteriori para limpiarnos las manos. Si tú quieres que un niño
llegue algún día a ser un experto en física cuántica, no puedes tomarle a los
tres añitos y empezar a explicarle las leyes del universo cuántico porque no
entendería nada ni nunca llegaría a entenderlo. Se empieza por explicaciones
sencillas, incluso cuando no son exactas. Le hablamos de que el sol sale y se
pone, incluso que se esconde por la noche o que la luna va detrás del sol
porque está enamorada de él. Esas simplezas son tremendamente incorrectas pero
sirven para que el niño vaya generando una imagen del universo que es apta para
su capacidad intelectual en cada momento. Luego poco a poco irá aprendiendo las
cosas con más exactitud y precisión, más en profundidad, según su capacidad
aumenta (en parte por la edad y en parte porque los conocimientos previamente
asimilados le permiten asimilar conocimientos nuevos más complejos). Y en la
escuela irá adquiriendo otras herramientas que le servirán más adelante para
avanzar aún más, como las matemáticas, física, geología, etc. Finalmente el
niño, ahora un hombre joven, estará capacitado para adentrarse en el auténtico
meollo de la física cuántica o lo que sea, y podrá investigar y aprender e
incluso descubrir cosas nuevas.
Con el conocimiento espiritual ocurre
exactamente lo mismo. Dios fue preparando a la gente poco a poco, al principio
con ideas inexactas y simples pero que era lo mejor que se podía ofrecer dado
su nivel espiritual e intelectual de desarrollo. Luego ese conocimiento se va haciendo
cada vez más exacto y refinado, hasta que finalmente el pueblo de Israel está
ya maduro para meterse en materia del todo: y
entonces vino Jesús. Aún así, muy preparados no estaban cuando lo
mataron por su mensaje, pero lo que aparentó un fracaso no fue tal, porque en
realidad la mayoría de la gente sí estaba preparada para entender ese mensaje,
y finalmente se extendió y triunfó, y cambió el mundo. Tú puedes pensar que
ahora es el ateísmo el que está extendiéndose y triunfando y cambiando el
mundo, y en ciertas zonas de este planeta eso es cierto, pero puesto que yo
creo que detrás de todo esto está Dios, no me asusta que el ateísmo parezca
tener ahora el viento a favor en algunos sitios. Él sabrá lo que hace y no es
la primera vez que acabamos comprendiendo que son victorias algunas cosas que
en su momento parecían derrotas. Pero eso es otro tema, disculpa. Estaba
intentando explicarte por qué el Dios cruel de algunos pasajes del Antiguo
Testamento no es un retrato fiel de Dios y aún así se puede considerar un
retrato verdadero. Seguiré con eso.
¿EL
DIOS CRUEL?
Puede parecer que esas crueldades que vemos
asociadas a Dios allí son un borrón en una revelación divina, aunque sea
progresiva. Pero si conocemos muy en profundidad la historia de la humanidad y
esos pueblos y épocas, comprenderemos que lo que parece cruel y malvado desde
nuestro punto de vista puede a veces ser un avance positivo en la historia de
la humanidad. Un grave error que siempre cometen los hombres (disculpa si no
añado siempre “y las mujeres”, vaya por
entendido) es pensar que su época ha alcanzado la cumbre, al menos en lo moral
e intelectual, y se permite siempre mirar hacia atrás y juzgar todas las
personas y épocas pasadas según sus modelos. Hoy hacemos lo mismo. Por eso
cuando miramos a los hebreos de hace 5000 años juzgamos sus comportamientos
como buenos o malos o incluso estúpidos aplicando nuestros conocimientos y
estándares de conducta modernos, como si ellos tuvieran la obligación de
compartir nuestra mentalidad y conocimientos del año 2015 para poder ser buenos
y válidos. Para explicar mejor lo que quiero decir pondré un ejemplo sencillo:
la Ley del Talión.
“Ojo por ojo y diente por
diente”, ¿es eso lo que Dios enseñó a su pueblo? Pues
menuda cosa nos trajo, un concepto cruel de la venganza. Pero esa ley solo se
puede considerar malvada si la miramos desde nuestro punto de vista moral
actual, o sea, desde un punto de vista moral cristiano, valga la paradoja.
Entre los pueblos de la Antigüedad la ley moral que existía era la ley del más
fuerte. Los ricos y poderosos podían hacer lo que quisieran con el pueblo. Un
poderoso podía quemar tu casa y no le pasaba nada. La revelación divina, en
aquel estado de cosas, enseñó al pueblo que eso estaba mal, que frente al despotismo
había que acostumbrarse a la justicia. Si un poderoso quema tu casa tú tienes
derecho a quemar la suya. Ojo por ojo. Cuando los hebreos asimilaron ese nuevo
ideal moral, el de la justicia (se aplicara mucho o poco es ya otro asunto)
entonces estaban ya preparados para ir un paso más allá y aceptar el concepto
de misericordia y perdón que aparece con los Profetas y sobre todo con Jesús.
En nuestra sociedad (al menos en la mía) si un hombre mata a mi hermana no se
considera que la respuesta adecuada sea matar a la suya (venganza), sino que va
a la cárcel y se le intenta rehabilitar. Ese es el ideal cristiano, conjuga
justicia con misericordia y perdón (y como todos los ideales, en la práctica se
cumplen más o menos, pero son el ideal). Es después de que Jesús nos trajera el
siguiente (y último) paso de la revelación cuando las etapas anteriores se
muestran defectuosas, pero solo cuando echamos la vista atrás, no porque lo
fueran en su momento.
Es por eso que viendo los estadios más antiguos
de la revelación podemos pensar que o bien Dios era cruel o bien esas historias
eran invenciones humanas y no revelación divina, pero si vemos cada paso en su
contexto histórico, comprenderemos que cada paso de la revelación es siempre un
paso hacia delante, no adaptado a Dios, sino adaptado al hombre, que es el
destinatario de ella, y expresado de la manera en que los hombres de aquella
época podían expresarlo. La Madre Teresa de Calcuta veía a Dios en los
moribundos y los desposeídos, los hebreos de la época de Josué veían a Dios en
la justicia de conseguir lo que en su opinión les pertenecía, aunque fuera
matando a quien intentaba impedirlo, y así nos lo contaban. No es Dios el que
evoluciona, sino la comprensión que el hombre tiene de Dios la que va
aumentando. También hay que tener en cuenta que la progresión de la revelación
no se ve claramente en el orden de los libros bíblicos, o sea, un libro del
Antiguo Testamento no siempre muestra una moral más avanzada que el anterior,
porque los libros de la Biblia están ordenados en cierto modo por orden
cronológico según las historias que cuentan, no según la fecha en la que fueron
redactados. Así por ejemplo el libro de Job fue escrito siglos antes que la
historia de la Creación, y por eso el Dios del Génesis es un Dios más
misericordioso que el de Job.
CONTRADICCIONES
BÍBLICAS
Planteas en tu mensaje que en la Biblia abundan
las contradicciones. Como hemos visto, algunas de esas contradicciones se deben
a lo progresivo de la revelación. Si vemos la formación científica de una
persona no podemos decir que hay contradicción entre lo que aprendió a los 3
años y lo que aprendió a los 15. O podemos decir que es contradictorio pero no
en sentido negativo, sino que al verlo como una evolución entendemos que no son
contradicciones sino fases de aprendizaje progresivas. Así en la escuela
aprendes que materia y energía son dos cosas diferentes, luego aprendes que en
realidad son dos estados diferentes de la misma cosa, y si sigues avanzando en
el conocimiento de la física, en la universidad te enseñarán que en realidad no
son ni siquiera dos estados diferentes, sino que la materia es energía
organizada de cierto modo que parece sólida. Pensar que el sistema educativo
está equivocado porque a los niños desde pequeñitos les deberíamos explicar lo
que ya sabemos, que materia y energía son lo mismo, sería un grave error
pedagógico. Dios lo sabe incluso mejor que nosotros y por eso nos fue
revelando en cada fase lo más adecuado para poder seguir avanzando al siguiente
escalón.
También podemos decir que en la ciencia
encontramos algunas contradicciones que en realidad debemos mejor llamar
paradojas porque su contradicción solo se debe a nuestra falta de comprensión,
como por ejemplo el hecho de que la luz es partícula pero también es onda, algo
que según la propia ciencia debería ser imposible, aunque confiamos en que
algún día podremos entender la naturaleza de esa paradoja y entonces dejará de
serlo. Igual ocurre en la religión, a veces encontramos contradicciones que
solo merecen tal nombre por nuestra ignorancia, o bien por nuestra
imposibilidad de comprensión o bien porque nos falta formación cultural y
bíblica. Estos errores por ignorancia se deben a un desconocimiento de la
cultura y la sociedad de la época o una mala comprensión del contexto o la
intención de la frase. Por poner un ejemplo pensemos en el nombre de Jesús. La
profecía anunció que una virgen daría a luz a un niño y le pondría por nombre
Emmanuel. Luego cuando se cumple la profecía el Nuevo Testamento nos cuenta que
la Virgen María dio a luz a un niño y le puso por nombre Jesús. ¿Pero no se iba
a llamar Emmanuel? Sin embargo el evangelista no es que ignore la profecía o no
sea capaz de explicar esa contradicción, es que para él no existía tal
contradicción y al contarnos que le puso por nombre Jesús nos dice expresamente
que así se dio cumplimiento a la profecía citada (y nos la cita textualmente,
con lo de “Emmanuel” incluido). Es el lector
moderno sin demasiados conocimientos bíblicos y de la cultura hebrea el que
encuentra una aparente contradicción allí donde el evangelista (y sus
destinatarios) no veían ninguna. Resumiendo diré que “Emmanuel”
(= Dios con nosotros) es un título, no un nombre, y era una forma
corriente de expresarse en aquella época similar a cuando vemos a los
americanos en las películas de Hollywood diciendo cosas como “¿Que si entiendo de coches? Mi segundo apellido es
Mister Fórmula Uno, nena“. Pero si tienes curiosidad por comprender
por qué esa aparente contradicción mesiánica no es tal, puedes leer nuestro
artículo ¿Pero debería llamarse Jesús o
Emmanuel?, donde lo explicamos con detalle.
EL
LENGUAJE BÍBLICO
Y por último, están los errores que pones de
ejemplo, como lo de que si la tierra es plana o redonda o cuadrada o esférica.
En esos comentarios muestras una visión de la Biblia muy material, como si
fuera una especie de enciclopedia, compendio de la ciencia y la historia. No
eres el único que lo ve así. Con eso de que es la Palabra de Dios, algunos
antes y ahora consideran que cada palabra y frase allí escrita procede
directamente de “la boca” de Dios y por
tanto es siempre 100% verdadera en todos los sentidos. O en tu caso, el hecho
de que no sea 100% verdadera demuestra que no es palabra de Dios (sobre todo
porque piensas que Dios no existe). Frente ese concepto de la Biblia yo te
hablaré un poco del concepto que la Iglesia Católica (y casi todas las cristianas)
tiene de la Biblia. La Biblia es el registro de la revelación progresiva de
Dios, y es lo que nosotros llamamos “la historia de
salvación”, el camino que Dios fue trazando para formar a su pueblo y
liberarlo, culminando en la obra y enseñanzas de Jesús. No es simplemente un
conjunto de parábolas y novelas ejemplares, es en gran medida un libro
histórico, porque el proyecto de salvación fue una acción de Dios en y a lo
largo de la historia, y no una imposición milagrosa repentina venida desde las
alturas. Por eso vemos allí reflejadas todas las grandezas y todas las miserias
humanas, porque es el hombre el que con sus esfuerzos y limitaciones va poquito
a poquito acercándose como puede a ese ideal que Dios le va poco a poco
marcando.
La finalidad de la Biblia no es contarnos lo que
pasó hace años, aunque también lo hace, sino mostrarnos cómo Dios va actuando y
revelándose a través de la historia. Los acontecimientos se narran no como lo
haría un cronista moderno, sino como lo hacían los cronistas antiguos,
mostrando los hechos de forma que se entienda su significado. La Biblia ni es
ni pretende ni puede ser objetiva, porque entonces tendríamos un montón de
datos que cada uno tendría que interpretar por su cuenta. La Biblia nos da esos
datos ya interpretados y los cuenta de manera que podamos ver claramente su
significado, porque todo lo que ocurre en este mundo tiene un sentido último
(pensamos los creyentes). Si la Biblia describiera los males del siglo XX
(epidemia del Sida, agujero de ozono, extinción de animales, guerras,
hambrunas, etc.) no lo haría como una crónica de acontecimientos sueltos que
ocurren sin más, nos lo presentaría todo como parte de una historia coherente y
con significado, señalando sus causas y sus efectos. Probablemente (esto me lo
invento yo, claro), nos hablaría de que en el siglo XX los hombres renegaron de
Dios, y aunque Dios les envió profetas advirtiéndoles del peligro de sus
acciones y llamándoles al arrepentimiento, el hombre perseveró en su maldad y
dijo “no te conozco”, y como en la Torre de
Babel, quiso llegar al cielo por su cuenta renegando de Dios, y entonces Dios
envió plagas y destrucción para que el hombre aprendiera que cuando renuncia a
Dios se desencadena el caos. Y muchos se arrepintieron, pero otros siguieron destruyendo
la Creación y odiando al prójimo. Por supuesto todo esto sería si lo narramos
según un lenguaje bíblico del Antiguo Testamento, no del Nuevo, que tendría un
tono muy diferente aunque igualmente lo mostraría de un modo teocéntrico.
Y ahora seguro que algunos cristianos que hayan
leído este ejemplo se escandalizarán pensando que lo que yo quiero decir es que
las historias de la Biblia son manipulaciones humanas y que Dios nunca dijo ni
hizo nada por sí mismo. Pero no se trata de eso. En ese ejemplo estoy haciendo
lo mismo que hizo Dios con la revelación, adaptarme al oyente y transmitirle un
mensaje que su mentalidad pueda entender. No insinúo tampoco que tu mentalidad
sea inferior y tenga yo que explicarte las cosas como a un niño, pero puesto que
tú no crees en Dios, tengo que explicarte el funcionamiento de los escritos
bíblicos adaptándome a la mentalidad de alguien que no acepta la intervención
directa de un Dios en el que no cree. Y sin embargo, el ejemplo no está muy
lejos de cómo debió ocurrir la redacción del Antiguo Testamento, al menos hasta
la época del Exilio. Porque también hoy Dios está actuando en la historia a
través del hombre, y aunque en las noticias de la tele no se pueda decir “hoy se ha aparecido Dios al papa Francisco y le ha dicho
que acerque la Iglesia más a los pobres”, sin embargo los cristianos
creemos que eso es lo que está ocurriendo, y si un escritor bíblico de aquellos
tuviera que narrar lo que está ocurriendo hoy en día, es probable que lo
expresara así.
ERRORES
BÍBLICOS
Por eso la Biblia nos cuenta historias que son
verdaderas, pero no por ello son siempre fieles a lo que la arqueología o la
historia nos podrían contar (a menudo sí, siempre no). El mensaje de la Biblia
es un mensaje espiritual, filtrado, aunque desarrollado en un contexto
histórico. Incluso entre los evangelios, que sí tienen un componente histórico
mucho más exacto, encontramos contradicciones de ese tipo, como que si Jesús
predicó en Jerusalén tres veces o solo una, que si sanó a un endemoniado o a tres,
que si al resucitar se le apareció primero a María Magdalena o fue a las tres
Marías a un tiempo… Son diferencias en la narración que en nada afectan al
mensaje, pues cada evangelista nos está hablando de lo mismo, y de la misma
doctrina, pero organiza toda la historia con una finalidad diferente. Uno
escribe a los judíos y pretende demostrar sobre todo que Jesús es el Mesías que
estaban esperando, otro escribe a los gentiles y pretende demostrar sobre todo
que Jesús es el Dios que les trae la salvación, otro pone el énfasis en un
Jesús que pretende transformar la sociedad, otro se centra más en la liberación
espiritual y la esperanza futura.
Los evangelios no son crónicas ni biografías,
sino reflejos de una doctrina, y en eso no se contradicen, es más, sus
diferentes puntos de vista se complementan y nos permiten tener una idea
tridimensional mucho más exacta de lo que Jesús hizo y predicó y del sentido de
todo ello. Si alguien pretende contar la historia del siglo XX lo haga como lo
haga será una historia parcial, sesgada, inexacta, pero si juntamos a un grupo
de historiadores de diversas escuelas (por ejemplo cristianos, marxistas,
liberales, etc.), tendremos descripciones diferentes (a veces muy diferentes)
de los mismos hechos y nos transmitirán sentidos distintos de las causas,
efectos y significado de los acontecimientos, y sin embargo todos estarán
narrando los mismos acontecimientos históricos. El resultado es que si leemos
todos ellos entonces comprenderemos mucho mejor lo que supuso el siglo XX que
si solo leemos la narración de un autor. En los evangelios tú, como ateo,
probablemente solo miras los acontecimientos en sí, los datos, pero el
creyente, para el cual fueron escritos, busca en ellos conocer a Jesús, y para
eso se escribieron. Si pretendes que la Biblia (Antiguo o Nuevo Testamento) sea
lo que no es, entonces encontrarás fácilmente errores, contradicciones o
incluso barbaridades, pero ese libro se escribió para transmitir un mensaje de
Dios a los hombres, y solo si buscas eso puedes descubrir su verdadero valor y
solo entonces puedes comprender cómo eso puede verdaderamente considerarse la
Palabra de Dios, aunque esté expresada con toda la limitación del hombre.
Y desde luego no busques allí conocimientos
científicos, porque tampoco es un libro de ciencia. Puesto que los verdaderos
autores, los que escribieron esos libros, son hombres (inspirados por Dios pero
no al dictado suyo), los conocimientos científicos que allí aparecen no son
revelaciones divinas sino conocimientos humanos, así que no tiene ningún
sentido criticar la Biblia por decir que si el sol da vueltas a la tierra o si
la tierra es plana o cuadrada. Eso no es revelación divina, es simplemente el
conocimiento del mundo que el hombre tenía en aquella época.
El cristianismo, amigo Nietzsche, no es una
ideología humana al estilo de los partidos políticos, es una manera de entender
la vida y el universo, una forma de dar sentido a todo lo bueno y todo lo malo
que nos pasa y mantener siempre la esperanza de que, aunque a veces no lo
parezca, todo tiene un sentido, y ese sentido es positivo. Es tener siempre un
motivo para querer ser mejores y para seguir luchando incluso cuando parece que
todo da igual. El cristianismo es saber que no estamos solos, que un Dios Padre
nos ama y que en esta vida o en la siguiente, el triunfo de la verdad, la
justicia y la felicidad está garantizado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario