El Pontífice
insistió en que la fe se transmite en la lengua propia del amor en familia.
En la fiesta del Bautismo del
Señor, el papa Francisco presidió por quinta vez en su Pontificado, la Santa
misa en la Capilla Sixtina en la cual administró el Sacramento del Bautismo a
16 niños y 18 niñas este domingo 7 de enero de 2018.
Como en años anteriores, el
Papa volvió a mostrar su apoyo a la lactancia materna pidiendo a las madres que
no tuvieran reparos en amamantar allí mismo a sus hijos si estos tenían hambre.
Un gesto “rompedor” que ya tuvo el año
pasado con ocasión del bautismo de niños en la Capilla Sixtina, y en otras 3
ocasiones anteriores.
Francisco recordó a los padres
y a los padrinos que han pedido a la Iglesia Católica el bautismo para los
pequeños que ahora les espera la responsabilidad adquirida de hacer crecer en
la fe a los infantes.
En una ceremonia litúrgica
ambientada por cánticos y tras la presentación de los aspirantes a recibir el
sacramento del bautismo, en el momento de la homilía dicha sin hojas en la
mano, el Papa dirigió las siguientes palabras a los padres, padrinos y
familiares allí presentes:
“La transmisión
de la fe sólo se puede hacer en el
dialecto de la familia, en el dialecto de mamá y de papá, del abuelo y de la
abuela, luego llegarán los catequistas a desarrollar esto”.
EL IDIOMA DEL AMOR
“Pero – continuó -, no se olviden jamás, se hace con el dialecto. Y si falta
el dialecto, si en la casa no se habla entre los padres la lengua del amor; la
transmisión no es fácil. ¡No se podrá hacer!
No se olviden de
esto, su tarea es transmitir la fe. Pero hacerlo con el dialecto del
amor, de su casa, de la familia. También ellos (los infantes) tienen su propio
dialecto que nos hace bien escucharlo.
El Pontífice se
refirió también al lenguaje del amor de los niños. “Ahora, todos están
callados, pero es suficiente que uno de ellos de el tono y después la orquesta
les acompaña; el dialecto de los niños”.
SER COMO NIÑOS
Francisco recordó que hay que
ser y rezar como los niños. “Y Jesús nos aconseja
de ser como ellos, de rezar como ellos. Nosotros no debemos olvidar este idioma
de los niños. En este idioma, ellos hablan como pueden. Pero es la lengua que
gusta tanto a Jesús.
Y en sus
oraciones sean sencillos como lo son ellos, digan a Jesús lo que tienen en el
corazón como lo dirían ellos. Ellos hoy lo dirán con el llanto, como los niños.
El dialecto de los padres para transmitir la fe, el dialecto de los niños que
va recibido por los padres para crecer en la fe”.
SI LLORAN; SIN MIEDO DENLES DE COMER
Sucesivamente, el Papa recibió
con espontaneidad el llanto en coro de varios de los 34 niños de brazos
presentes: “Si ellos comienzan a hacer un concierto
es porque no están cómodos o hace mucho calor o tienen hambre”.
Francisco recomendó a las
mamás de amantarlos durante la ceremonia. “Sin
miedo, denles de comer. También esto es un lenguaje de amor”.
La ceremonia continuó con los
demás ritos preparatorios como la bendición del agua, la renuncia de los padres
y padrinos al pecado, la profesión de fe y en la fórmula dirigida a los padres
y padrinos sobre si desean que el niño sea bautizado.
ILUMINA EL CORAZÓN
“Antes el
bautismo se llamaba también «iluminación»,
porque la fe ilumina el corazón, hace ver las cosas con otra luz”, se lee hoy en la cuenta en
Twitter de Pontifex.
El rito se ha hecho en ocasión
de la Fiesta del Bautismo del Señor, es decir, en memoria del episodio en la
vida de Jesús de Nazaret que aparece relatado en el Nuevo Testamento, y con él
se inicia su ministerio público, y con el cual concluye el tiempo litúrgico de
la Navidad.
Los evangelios canónicos
narran que Jesús llega a la orilla del río Jordán para ser bautizado por Juan.
Luego el Papa se dirigirá al
estudio del Palacio Apostólico para realizar desde la ventana el rezo mariano
del Ángelus antes los fieles y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro.
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