Los siete pecados capitales
caracterizan a la humanidad caída, son identificados por el cristianismo
ortodoxo tradicional y especialmente enseñados por la Iglesia Católica Romana
desde principios de la Edad Media.
Los protestantes estarían de
acuerdo en que los siete vicios en la lista son pecados, pero por lo general no
hacen una distinción entre pecados mortales y veniales de la misma manera que
los católicos los hacen.
Veamos lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica:
Catecismo #1866: Los vicios pueden ser catalogados
según las virtudes a que se oponen, o también pueden ser referidos a los
pecados capitales que la experiencia cristiana ha distinguido siguiendo a san
Juan Casiano y a san Gregorio Magno. Son
llamados capitales porque generan otros pecados, otros vicios. Son la
soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula, la pereza.
El término “capital” no se
refiere a la magnitud del pecado sino a que da origen a muchos otros pecados.
De acuerdo a Santo Tomás (II-II:153:4):
“un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable de manera
tal que en su deseo, un hombre comete muchos pecados todos los cuales se
dice son originados en aquel vicio como su fuente principal”.
Lo que se desea o se rechaza
en los pecados capitales puede ser material o espiritual, real o imaginario.
Todos
tenemos una tendencia hacia los pecados capitales.
¿CÓMO SE DIO FORMA AL LISTA DE
LOS 7 PECADOS CAPITALES?
Los pecados capitales son enumerados por Santo
Tomás como siete: la soberbia, la
lujuria, la gula, la avaricia, la envidia, la ira y la pereza.
En
los primeros siglos de la Iglesia, la lista formal de los pecados capitales tomó
unas cuantas formas diferentes.
El precursor más temprano de la lista que ha sido aceptado fue un escrito en el 4º siglo de un monje llamado
Evagrio Póntico, que enumeró ocho “malos pensamientos”, probablemente
derivados de los problemas que veía en sus propios días.
Su
lista incluía los siguientes pecados: la gula, la fornicación/la prostitución, la
codicia, el orgullo, la tristeza (es decir, la envidia – tristeza porque otra
persona tiene buena suerte), la ira, y el abatimiento (es decir, la melancolía,
la depresión).
En
el 590 el Papa Gregorio I revisa la de Evagrio, aunque la esencia sigue siendo la misma. La lista
de Gregorio incluyó la pereza (una combinación de tres de los pecados en la
lista de Evagrio), la codicia, el orgullo, la lujuria, la gula, la ira y añadió
la envidia.
Así, 7 de estos malos pensamientos fueron listados formalmente por primera vez por el Papa
Gregorio el Grande y más tarde fueron enumerados por Santo Tomás de Aquino en
la Summa Theologica: vanagloria (orgullo), la avaricia (codicia), la gula, la
lujuria, la pereza, la envidia, la ira. Desde ese momento, los teólogos han
conservado la lista.
Gregorio también hizo hincapié
en la orden de la lista: (1) la lujuria, (2) la gula, (3) la codicia, (4) la
pereza, (5) la ira, (6) la envidia, y (7) la soberbia.
La
lista de Gregorio, y su orden, se consolidó en la tradición católica romana en los siglos
venideros, cuando el poeta italiano
Dante Alighieri (1265-1321) los utilizó en su historia épica, La Divina
Comedia.
La
lista de Evagrio ha demostrado tener gran poder de permanencia en la Iglesia y
fue traducida del griego al latín y se utiliza para los propósitos educativos y
devocionales.
Veamos en detalle cada pecado.
LUJURIA
El pecado de la lujuria se
refiere al impuro deseo de la naturaleza sexual. La sexualidad es un
regalo de Dios, y lo impuro no está intrínsecamente en sí misma.
Sin embargo, la lujuria se refiere a los pensamientos impuros y acciones que hacen mal
uso de ese don que se aparta de la ley y las intenciones de Dios para
nosotros.
La complacencia en el pecado de la lujuria puede
incluir (pero no se limita a) la fornicación,
el adulterio, la bestialidad, violación e incesto y puede llevar a cosas tales
como la adicción sexual.
De modo que:
- La Lujuria es
buscar de manera desordenada el
placer sexual.
- Eres lujurioso cuando buscas el placer sexual por sí mismo, no importando que sea antes o fuera del
matrimonio, no importando que ofendas a tu pareja, no importando que solo tu sientas bonito y tu
pareja no.
- Eres lujurioso no solo cuando
eres infiel, también cuando ves
revistas o programas pornográficos, cuando te comes viva a la mujer que va pasando.
- Recuerda que Dios ideó el
sexo como algo hermoso y que tiene dos fines:
a) unir a la pareja— por eso sólo se vale dentro del matrimonio.
b) ser el medio para procrear — por eso el acto sexual siempre debe estar “abierto a la vida” y no se vale tomar pastillas, ponerse aparatos dentro del útero…
La virtud que debes de
cultivar para atacar la lujuria es la CASTIDAD.
La castidad es usar de ese hermoso regalo que Dios
dio al hombre – que se llama sexo -, de
acuerdo a las reglas de Dios: solo dentro del matrimonio y solo con tu esposo/a,
que sea un acto de entrega amorosa (hacer feliz al otro) y no un acto de
egoísmo (solo importa lo que yo sienta), que si quiero planear mi familia, lo
haga con métodos naturales.
La
castidad es también cuidar mis ojos, mis oídos y mi mente de lo que los
medios de comunicación venden como algo normal y que es algo que ofende a Dios
y que me hace daño. Cuando estés tentado a ver este tipo de programas,
revistas, libros, piensa: ¿ Qué piensa Dios de mí en este momento ?
Debes ser casto
en pensamientos, deseos, palabras y acciones.
GULA, GLOTONERÍA
La gula, que viene del latín gluttirei – tragar o deglutir -, se refiere
al pecado de exceso de indulgencia y al
consumo excesivo de comida y bebida.
Las formas en que se pueden cometer la gula, como
menciona por primera vez por el Papa Gregorio el Grande y posteriormente
reiterado por Tomás de Aquino, es comer
demasiado rápido, comer demasiado caro, comer en exceso, comer con demasiado
entusiasmo, comer muy delicadamente, y comer violentamente.
San Alfonso de Liguori explicó que “no es un fallo sentir placer en el comer,
porque es imposible comer sin experimentar el deleite que los alimentos
producen de forma natural. Pero es un defecto comer como bestias, a través del único motivo de gratificación sensual,
y sin ningún objetivo razonable”
De modo que:
- La Gulaes
comer o beber sin medida.
- Pecas de gula cuando bebes
en exceso y te emborrachas, pierdes la razón y haces y dices
grandes tonterías que sobrio no lo harías. Al emborracharte te embruteces.
- Pecas de gula también cuando
comes sin medida, cuando comes y comes por el puro gusto aunque ya
ni te quepa, cuando todo el día piensas nada más en comer.
La virtud que debes de
cultivar contra la gula es la TEMPLANZA: beber y comer con medida.
AVARICIA, CODICIA
La avaricia, que también se conoce como codicia, es el deseo desordenado de los bienes terrenos, así
como aplicar energía excesiva en ellos. Es un pecado de exceso.
El
objeto de una persona codiciosa no tiene por qué ser malo, pero el
problema radica en la forma en que uno considera el objeto, poniendo un valor
inapropiado en él.
La
codicia puede inspirar nuevas acciones pecaminosas tales como la
acumulación de objetos materiales, el hurto y robo, el engaño y la
manipulación.
De modo que:
- La Avaricia
es tener una gran ambición de
poseer cosas materiales.
- Eres avaro cuando te
importa mucho tener cosas, tener dinero, vestidos, adornos para tu
casa, aparatos, no importando lo
que tengas que hacer para conseguirlo.
El desear superarse económicamente a través del trabajo honrado es bueno, lo que está mal es solo pensar en “tener más” y no en “ser mejor persona”, mejor padre, madre, hijo o hermano… mejor amigo, mejor trabajador, mejor jefe….
La virtud a cultivar contra la
Avaricia es la SENCILLEZ, que es ser feliz con poco y la GENEROSIDAD, que es
pensar en compartir y dar de lo tuyo.
Siempre habrá otros que tienen más necesidad que
tú.
Cristo
dijo:
“No podéis servir a dos amos: a Dios y al dinero”. Cristo nació y vivió
en la sencillez y en la pobreza.
PEREZA
La pereza se describe a menudo simplemente como el pecado de la indolencia.
Sin embargo, mientras que esto es parte de la manifestación de la pereza, el problema central de la pereza como
pecado capital es la pereza espiritual.
El pecado de la pereza significa ser indolente y laxo, y también en la
vida de la fe y la práctica de la virtud.
De modo que:
- La Pereza
es la flojera que te lleva a
descuidar tus obligaciones.
- Eres perezoso cuando dejas
de hacer lo que tú sabes que tienes que hacer porque sientes
flojera, porque estás descansando, porque mejor lo haces luego… ¡No debes
ser holgazán!
La virtud a cultivar contra la
Pereza es la LABORIOSIDAD, que significa ser trabajador.
Dios dice: el
hombre ha nacido para trabajar; hasta la Virgen María, Madre de Dios era
muy trabajadora en su casa: lavaba, barría, fregaba, cosía, hacía comida.
El
trabajo es algo que nos santifica. Hazlo con alegría y con amor.
IRA
Según la Enciclopedia
Católica:
“[La ira es] es el deseo de venganza. Su calificación ética depende de la calidad de la venganza y la cantidad de la pasión. Cuando éstas están en conformidad con las
prescripciones de la razón equilibrada, la ira no es un pecado. Es más
bien una cosa digna de elogio y justificable con un celo adecuado. Se convierte
en pecado cuando se trata de vengarse
de alguien que no lo ha merecido, o en mayor medida de lo que se ha merecido,
o en conflicto con las disposiciones de
la ley, o de un motivo impropio. El pecado está entonces en un sentido
mortal general como opuesto a la justicia y la caridad”.
Debido a que la ira puede ser
justa, y debido al uso común de la palabra ira, este
vicio capital se refiere a menudo como la rabia, haciendo hincapié en los motivos desequilibrados e impropios que
dan lugar a que la ira sea un pecado mortal.
De modo que:
- La Ira es
enojarse sin medida y el
tener deseos de venganza.
- Pecas
de ira cuando eres un energúmeno, te enojas y gritas en casa, cuando cada vez
que un hijo tuyo se acerca a ti eres el padre o la madre que está de
malas, cuando por una cosa sin importancia armas un drama, te pones rojo
de enojo y te peleas con todos.
La virtud a cultivar contra la
Ira es la PACIENCIA, ir poco a poco dominando tu carácter, como dicen, cuenta
hasta diez antes de explotar, no te permitas gritar, enojarte.
Pide
mucho a Dios que te ayude a ser más paciente y verás que lo lograrás. Si tú no puedes Él si
puede.
ENVIDIA
El pecado de la envidia o los celos es más que simplemente que una
persona que quiere lo que otro tiene; el pecado de la envidia significa que uno siente dolor y la angustia injustificada
sobre la suerte de otra persona.
La ley del amor nos lleva a regocijarnos en la suerte del prójimo – los celos son una
contradicción a esto. La envidia se lista entre los pecados capitales a causa
de los otros pecados a los que se dirige.
De modo que
- La Envidia es
sentir tristeza porque a otro le
va bien o sentir alegría cuando a otro le va mal.
- Eres envidioso cuando te comparas con los demás y nada más estás viendo lo que el de al
lado tuyo hace o tiene y tú no.
Cuando te indigesta que el vecino tiene más suerte que tú y le fue mejor, cuando te da dolor que tu amiga fulanita ni dieta hace y está hecha un palo, cuando te da gusto que al condenado de tu compadre que tan mal se ha portado contigo se le murieron unas vaquitas, etc.
La virtud a cultivar contra la
Envidia es la CARIDAD, que es amar de verdad a todos tus hermanos, los que te
caen bien y los que no.
Cristo
dijo:
“Ámense los unos a los otros como Yo los he amado”.
SOBERBIA, VANAGLORIA, ORGULLO
La Soberbia es una apreciación
incontrolada e impropia de nuestro propio valor.
Es ampliamente considerado como el más grave de los siete pecados.
La soberbia a menudo conduce a la comisión de otros pecados capitales.
El orgullo se manifiesta en la vanidad y el narcisismo sobre la apariencia, la inteligencia,
el status, etc.
De modo que:
- La Soberbia
es amarte demasiado a ti mismo, y
te hace despreciar a Dios y a los demás.
- Eres
soberbio cuando crees que tú puedes hacerlo todo, que no necesitas de
Dios ni de los demás, cuando te crees mucho (que tú eres el más listo, el
más perfecto y los demás son unos tontos), cuando eres presumido o te
gusta llamar la atención, cuando quieres que todo se haga como tú quieres,
cuando crees que todo te lo mereces, cuando sólo hablas de ti.
La virtud que debes de
cultivar para atacar la soberbia es la HUMILDAD.
Ser
humilde es pensar que Dios te creo y que no eres nada en comparación a Él, que no
puedes dar un paso si quiera sin que Él lo permita.
Pensar
que lo bueno que tienes, no lo has logrado tú sino que Él te lo regaló, es gratis, y
que también tienes mucho malo por corregir.
Ser humilde es no buscar que los otros te aplaudan, sino buscar pasar
desapercibido, buscar ocupar el último lugar.
Cristo
dijo:
“Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”.
PECADOS CAPITALES Y VIRTUDES A
CULTIVAR
Soberbia:
ante el deseo de alto honor y gloria -
Humildad Reconocer que de nosotros mismos solo tenemos la nada y el
pecado.
Avaricia:
ante el deseo de acaparar riquezas –
Generosidad - Dar con gusto de lo propio a los pobres y los que
necesiten.
Lujuria:
ante el apetito sexual - Castidad. Logra
el dominio de los apetitos sensuales
Ira:
ante un daño o dificultad -
Paciencia. Sufrir con paz y serenidad todas las adversidades.
Gula:
ante la comida y bebida -
Templanza. Moderación en el comer y en el beber
Envidia:
resiente las cualidades, bienes o logros de otro porque reducen nuestra
auto-estima - Caridad.
Desear y hacer siempre el bien al prójimo
Pereza:
del desgano por obrar en el trabajo o por responder a los bienes espirituales -
Diligencia. Prontitud de ánimo para obrar el bien
¿SON REALMENTE MORTALES LOS 7
PECADOS CAPITALES?
Examinaremos los siete pecados capitales y la forma
en que son mortales.
En una u otra forma, si se
continúa con el vicio que termina en violencia, y si continúa la violencia, en
la muerte.
Enorgullecerse por ejemplo: el orgullo es único, lo
porque una persona se cree mejor que
otra.
El orgullo no se limita a hacer que nosotros
queramos ganar. Nos hace sólo querer
vencer al otro tipo.
El orgullo nos pone no sólo arriba, sino el exceso
sobre otros es considerarlos que son
inferiores a nosotros.
No
hay orgullo a menos que haya alguien para mostrarlo, y los únicos
en mostrarlo son los que consideramos nuestros inferiores, y sólo se necesita un pequeño empujón para que
el orgullo se convierta en violencia.
Simplemente permite que la persona en la parte superior tenga su posición superior amenazado y se
volverá acorralado como los animales, incluso si lo hace con una sonrisa
de superioridad habrá una puñalada en la espalda para que pueda seguir
pensándose a sí mismo virtuoso.
La
envidia conduce a la violencia. Es fácil de ver. Cuando estoy envidioso de otra voy a matar a su reputación, derribar
lo que no puede ser mayor que yo, destruirla por ser superior, y así termina en
violencia real, física.
El infierno manifiesta la furia como una mujer o un
hombre despreciado. Deja a alguien que
tenga lo que era nuestro o lo que creemos que es nuestro y podemos ver
cómo nos preparamos para para destruirlo.
La
ira reprimida engendra violencia. Retira la tapa y el asesinato se produce por una
voluntad colérica.
La
codicia es la violencia económica y una especie de robo.
La
toma codiciosa de los pobres y no pensar nada mal ello, además, por lo
que a menudo se creen listos para hacerlo (especialmente si pueden confabular
para cambiar la ley y hacer que su robo legal).
Sólo
se necesita un pequeño paso para los codiciosos den un giro violento. Permite que
los codiciosos piensen que su riqueza y posición se ve amenazada y van a matar
para defender la misma.
¿Conduce la lujuria
a la violencia? Parece tan inofensiva, parece un poco de diversión en el
dormitorio. Un poco de risas y jadeo. ¿Dónde estaría la violencia en la
lujuria?
Mira
en el Marqués de Sade y ve dónde te lleva lujuria desenfrenada.
En
la tortura, la violación y las escenas de sadomasoquismo. Porque el sexo
ordinario comienza a ser aburrido, por lo que la necesidad de la emoción y las
demandas sensación física más fuerte.
Ve
lo que sucede cuando el objeto sexual ya no es querido y la niña o el
niño son abandonados, o peor-asesinados para que no digan lo que pasó y luego
arrojados en una zanja, y no nos olvidemos del resultado más comúnmente
violento de la lujuria, el aborto, la
muerte intencional de un niño inocente y vulnerable.
¿Es
violento el glotón? Es violento hacia sí mismo. Su dios es el vientre y en caso de ser privado de
su adicción a la que va a ser primero es hosco, a continuación vendrá violento,
y no hay que olvidar que la gula es el pecado más común de todas las
adicciones. Las adicciones más feroces como el alcohol y las drogas generan la violencia todos los días.
Incluso
el perezoso es violento, porque es violento contra la vida misma. El perezoso es
perezoso no sólo porque es perezoso, sino porque no cree que haya nada valga la
pena para levantarse. La pereza le hace enfermo. Mata la alegría, la creatividad y desprecia todas las cosas buenas.
La pereza es una especie de desesperación que mata a la plenitud de la vida.
Fuentes:
- http://www.aquinasandmore.com/catholic-articles/the-seven-capital-sins/article/252/sort/relevance/productsperpage/12/layout/grid/currentpage/1/keywords/capital
sins, capital vices
- http://www.deadlysins.com/
- http://thesevencapitalsins.com/sloth.html
- http://www.religionfacts.com/seven-deadly-sins
- http://www.corazones.org/diccionario/pecados_capitales.htm
- http://www.laverdadcatolica.org/F36.htm
- https://es.wikipedia.org/wiki/Pecados_capitales
- http://feedproxy.google.com/~r/NCRegisterDailyBlog/~3/d_wI24Vc1so/the-seven-deadly-sins-really-are-deadly
Foros de la
Virgen María
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