"Los judíos volvieron a coger
piedras para tirárselas, pero Jesús les dijo:
– Por el poder de mi Padre he hecho
muchas cosas buenas delante de vosotros: ¿por cuál de ellas me vais a apedrear?
Los judíos le contestaron:
– No vamos a apedrearte por ninguna
cosa buena que hayas hecho, sino porque tus palabras son una ofensa contra
Dios. Tú, que no eres más que un hombre, te haces Dios a ti mismo.
Jesús les respondió:
– En vuestra ley está escrito: ‘Yo
dije que sois dioses.’ Sabemos que no se puede negar lo que dice la
Escritura, y Dios llamó dioses a aquellas personas a quienes dirigió su
mensaje. Y si Dios me apartó a mí y me envió al mundo, ¿cómo podéis decir que
le he ofendido por haber dicho que soy Hijo de Dios? Si no hago las obras que
hace mi Padre, no me creáis. Pero si las hago, creed en ellas aunque no
creáis en mí, para que de una vez por todas sepáis que el Padre está en mí y
yo en el Padre.
De nuevo quisieron apresarle, pero
Jesús se escapó de sus manos.
Regresó Jesús al lado oriental del
Jordán, y se quedó allí, en el lugar donde Juan había estado antes
bautizando. Muchos fueron a verle y decían:
– Ciertamente, aunque Juan no hizo
ninguna señal milagrosa, todo lo que decía de este hombre era verdad.
Muchos creyeron en Jesús en aquel
lugar."
El evangelio de Juan es el más
teológico de los cuatro. Los textos que se nos leen en estos días son
complejos y necesitarían muchas páginas de reflexión. En mis pobres líneas
intento fijarme en un punto de los muchos que tiene cada texto.
Hoy vemos a Jesús tratado de blasfemo
porque se hace Dios. Ellos que no lo nombraban, se encuentran ante alguien
que lo llama Padre. Ante la incredulidad de los judíos, Jesús apela a sus
obras: creed en ellas aunque no creáis en mí.
Jesús nos muestra a Dios con sus
obras. ¿Cuáles son sus obras? Curar, acoger, perdonar, amar. Por eso las
personas que saben acoger, perdonar, que se entregan al necesitado, que aman
al prójimo, aunque no conozcan a Jesús, en realidad creen en Él. Los que
hablamos, escribimos, oramos, si no hacemos sus obras, estamos muy lejos de
Jesús.
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viernes, 18 de marzo de 2016
LA FUERZA DE LAS OBRAS
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