viernes, 18 de marzo de 2016

LA FUERZA DE LAS OBRAS


 
"Los judíos volvieron a coger piedras para tirárselas, pero Jesús les dijo:
– Por el poder de mi Padre he hecho muchas cosas buenas delante de vosotros: ¿por cuál de ellas me vais a apedrear?
Los judíos le contestaron:
– No vamos a apedrearte por ninguna cosa buena que hayas hecho, sino porque tus palabras son una ofensa contra Dios. Tú, que no eres más que un hombre, te haces Dios a ti mismo.
Jesús les respondió:
– En vuestra ley está escrito: ‘Yo dije que sois dioses.’ Sabemos que no se puede negar lo que dice la Escritura, y Dios llamó dioses a aquellas personas a quienes dirigió su mensaje. Y si Dios me apartó a mí y me envió al mundo, ¿cómo podéis decir que le he ofendido por haber dicho que soy Hijo de Dios? Si no hago las obras que hace mi Padre, no me creáis. Pero si las hago, creed en ellas aunque no creáis en mí, para que de una vez por todas sepáis que el Padre está en mí y yo en el Padre.
De nuevo quisieron apresarle, pero Jesús se escapó de sus manos.
Regresó Jesús al lado oriental del Jordán, y se quedó allí, en el lugar donde Juan había estado antes bautizando. Muchos fueron a verle y decían:
– Ciertamente, aunque Juan no hizo ninguna señal milagrosa, todo lo que decía de este hombre era verdad.
Muchos creyeron en Jesús en aquel lugar."
 
 
El evangelio de Juan es el más teológico de los cuatro. Los textos que se nos leen en estos días son complejos y necesitarían muchas páginas de reflexión. En mis pobres líneas intento fijarme en un punto de los muchos que tiene cada texto.
Hoy vemos a Jesús tratado de blasfemo porque se hace Dios. Ellos que no lo nombraban, se encuentran ante alguien que lo llama Padre. Ante la incredulidad de los judíos, Jesús apela a sus obras: creed en ellas aunque no creáis en mí.
Jesús nos muestra a Dios con sus obras. ¿Cuáles son sus obras? Curar, acoger, perdonar, amar. Por eso las personas que saben acoger, perdonar, que se entregan al necesitado, que aman al prójimo, aunque no conozcan a Jesús, en realidad creen en Él. Los que hablamos, escribimos, oramos, si no hacemos sus obras, estamos muy lejos de Jesús.
Enviat per Joan Josep Tamburini

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