jueves, 24 de marzo de 2016

AMAR ES SERVIR


"Era la víspera de la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de dejar este mundo para ir a reunirse con el Padre. Él siempre había amado a los suyos que estaban en el mundo, y así los amó hasta el fin.
El diablo ya había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la idea de traicionar a Jesús. Durante la cena, Jesús, sabiendo que había venido de Dios, que volvía a Dios y que el Padre le había dado toda autoridad, se levantó de la mesa, se quitó la ropa exterior y se puso una toalla a la cintura. Luego vertió agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.
Cuando iba a lavar los pies a Simón Pedro, este le dijo:
– Señor, ¿vas tú a lavarme los pies?
Jesús le contestó:
– Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero más tarde lo entenderás.
Pedro dijo:
– ¡Jamás permitiré que me laves los pies!
Respondió Jesús:
– Si no te los lavo no podrás ser de los míos.
Simón Pedro le dijo:
– ¡Entonces, Señor, no solo los pies, sino también las manos y la cabeza!
Pero Jesús le respondió:
–El que está recién bañado no necesita lavarse más que los pies,j porque todo él está limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos.
Dijo: “No estáis limpios todos”, porque sabía quién le iba a traicionar.
Después de lavarles los pies, Jesús volvió a ponerse la ropa exterior, se sentó de nuevo a la mesa y les dijo:
– ¿Entendéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y tenéis razón porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros. Os he dado un ejemplo para que vosotros hagáis lo mismo que yo os he hecho."
 
Jesús lava los pies a sus discípulos. Era un trabajo reservado a los esclavos; de ahí la reacción de Pedro. No entiende la lección que quiere darnos Jesús. Seguimos sin entenderla. Jesús nos está diciendo que amar es servir. Hoy da la primera lección: si queremos ser sus discípulos debemos hacernos servidores de todos. Una Iglesia que no sirve, no sirve para nada; no es Iglesia.
Mañana nos dará la segunda lección: amar es entregarse totalmente hasta dar la vida por los demás.
Tras siglos de cristianismo, seguimos buscando el poder, la riqueza, los reconocimientos, el dominio...Todo lo contrario de lo que Jesús quería para nosotros: una comunidad de hermanos, de servidores. Una comunidad de amor. Una comunidad que no se sirve del mundo, sino que está a los pies del mundo.
Estos días estamos viendo muchos vídeos en los que se comparan a los refugiados con Jesús en su Pasión. Ojalá no se queden en vídeos, en palabras, en buenos deseos y reaccionemos ante las desgracias de nuestra sociedad. Ojalá dejemos nuestra hipocresía y nos decidamos de una vez a ser verdaderos discípulos, verdaderos servidores.
El Jueves Santo es el día del Amor y de la Eucaristía. Participar de la Eucaristía es compartir, es entregarse, es hacernos Uno con Dios y con los hombres. Que este día cambie nuestras vidas.

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