Durante la Vigilia Pascual, me he
dado cuenta de que debo potenciar la presencia de la luz como elemento de la
ceremonia. El próximo año pediré a las religiosas que enciendan sólo una luz
del presbiterio durante el Gloria y que sea durante el aleluya cuando enciendan
todas las luces de la iglesia.
En el Gloria recordamos el
Nacimiento del Mesías, en el Aleluya su Resurrección. En Belén su luz todavía
estaba muy oculta. En su Resurrección su luz brilló para todo el mundo.
Después del Evangelio, sería
mejor aminorar las luces del presbiterio para darle un ambiente de mayor
intimidad al sermón, volviendo a encenderlas todas en el momento de alzar la
forma tras la consagración.
En fin, ideas. La idea del
sepulcro para después del Oficio de Viernes Santo ya la hicimos el año pasado y
la hemos repetido este año porque nos ha gustado a todos mucho.
El sermón que he dado hoy Viernes
Santo en el convento lo podéis escuchar aquí:
El sermón de la Vigilia Pascual
lo podéis escuchar en este link:
P.
FORTEA
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