Si Jesús resucitó de entre los
muertos, entonces todas sus afirmaciones son verdad y ahora podemos estar
seguros que sí hay vida después de la muerte.
Aunque no hubo testigos de la
resurrección, sí los hay del Resucitado. Las apariciones del Resucitado no
fueron visiones subjetivas, sino hechos objetivos, históricos. Quienes lo
vieron comenzaron a decir que el “Crucificado estaba vivo” y así es como surge
la Iglesia.
Sin embargo hay varias teoría que niegan la
resurrección, que veremos abajo.
TOMA EN CUENTA ESTOS
ARGUMENTOS
* Jesús
mismo predijo su muerte y resurrección, y estos eventos sucedieron
exactamente como él los había anunciado.
* Este
evento está bien documentado por numerosos recursos históricos y confiables.
Historiadores como Josefo (c.37-110 DC), Ignacio (c.50-115 DC), Justino Mártir
(c.100-165 DC) y Tertuliano (c.160-220 DC) estuvieron convencidos de la
autenticidad de la resurrección. Además, otros historiadores del primer y
segundo siglo incluyendo a Cornelio Tácito, Suetonio, Plinio Segundo, y Luciano
de Samosata reconocieron el impacto que este evento increíble tuvo sobre la
gente de esa época.
* La resurrección es la única explicación aceptable del sepulcro vacío.
* Hubieron
numerosos testigos de la resurrección. Después de que él resucitó de
entre los muertos, Jesús apareció por lo menos diez veces a los que le conocían
y a más de 500 personas a la misma vez. Estas apariciones no fueron
alucinaciones; Jesús comió y habló con sus seguidores y ellos le tocaron su cuerpo
resucitado.
* La resurrección es la única
explicación lógica para la transformación de los discípulos. Ellos
abandonaron y negaron a Jesús antes de su juicio público; después de su muerte
ellos estaban desalentados y temerosos. Después de su resurrección y su
experiencia en Pentecostés, estos mismos desalentados hombres y mujeres fueron
transformados por el sobrenatural poder de Cristo resucitado. En su nombre,
ellos pusieron de cabeza al mundo.
* La
resurrección es la única explicación razonable para el comienzo del movimiento
Cristiano. La Iglesia Cristiana nació en la misma ciudad donde Jesús fue
públicamente ejecutado y sepultado. La creencia en un Jesús resucitado tuvo que
haber sido auténtica para haberse enraizado en Jerusalén y crecido hasta
abarcar el mundo entero.
Para probar más en profundidad la realidad de la
resurrección de Jesucristo, nos bastará dejar establecido que verdaderamente estaba muerto cuando le
pusieron en el sepulcro, y que, después, apareció lleno de vida.
LAS PRUEBAS CONCRETAS
JESUCRISTO ESTABA REALMENTE
MUERTO CUANDO LO BAJARON DE LA CRUZ
San Juan, testigo ocular,
afirma que Jesús expiró en la cruz, y los tres Evangelistas nos
dan el mismo testimonio.
Por otra parte, no puede dudarse de ello, si se
tienen en cuenta las torturas atroces
que sufrió antes de ser clavado en cruz.
Los
soldados encargados de quebrarle las piernas, se abstuvieron de hacerlo
porque vieron que estaba muerto.
La
lanzada
que recibió en aquellos momentos habría bastado para quitarle el último soplo
de vida.
Pilatos
no concedió el cuerpo de Jesús a José de Arimatea sino bajo la aserveración
oficial
del centurión de que Jesús había muerto realmente.
Los
mismos judíos
estaban bien persuadidos de ello y es de creer que pondrían buen cuidado en
asegurarse del hecho.
JESUCRISTO SE MOSTRÓ LLENO DE
VIDA DESPUÉS DE SU MUERTE
Este hecho aparece comprobado por numerosos testigos oculares que le volvieron a ver, no lo soñaron
mientras dormían, sino que le vieron en pleno día y estando en posesión de sus
facultades; escucharon sus palabras,
recibieron sus órdenes, tocaron y palparon su carne y sus heridas, y comieron
juntamente con Él.
Esto
sucedió en el espacio de cuarenta días y en circunstancias las más diversas, porque
ocurrieron junto al mismo sepulcro del Salvador, en el camino de Emaús, en el
Cenáculo, en la ribera del lago, en el monte de los olivos, etc. Ni fueron siempre los mismos los que
le vieron, se habla en los evangelios de más de 500.
Lo que da más autoridad es que todos estos testigos no dudaran en sufrir la muerte
en testimonio de la resurrección de Jesucristo.
ERA IMPOSIBLE TODO FRAUDE CON
RESPECTO A LA RESURRECCIÓN
Los discípulos no pudieron
robar el cuerpo de Jesucristo. No hay hombre que se meta en aventuras, por
extremo peligrosas, sin motivos verdaderamente
graves. Y la sustracción del cuerpo hubiera sido absolutamente inútil ¿Qué les
probaba a hombres que habían perdido las esperanzas?
Por
otro lado, alrededor de ellos no veían sino enemigos de Jesús, y tan
encarnizados, que acababan de tratarle de la manera más cruel, no parando hasta
quitarle la vida.
Y de parte de Dios, tenían que temer los castigos reservados a la mentira y la blasfemia.
Además, su
impostura habría de averiguarse al fin, forzosamente, porque si no hubo
tal resurrección, Jesús no hubiera ya sido en adelante, a los ojos de sus
discípulos, más que un embaucador, y el culpable autor de su vergüenza y de su
miseria.
NO LO HUBIERAN PODIDO HACER
FACTICAMENTE
El sepulcro estaba cavado en
la roca, su entrada obstruida con una pesada losa, la cual a su vez, estaba
sellada y guardada por un buen número de soldados.
Sólo tres formas pueden imaginarse para obtener el
cuerpo: o la violencia, o la
corrupción, o la astucia. Pero, en el caso presente, las tres resultan
impracticables.
La violencia hubiera sido imposible pues los
apóstoles acababan de huir cobardemente,
dejando abandonado a su divino Maestro en la hora de su pasión.
¿Y
con qué habrían podido corromper a los guardias, si siempre fue verdaderamente tradicional su
extrema pobreza?
¿Y qué otros recursos quedan? ¿Por qué camino hubieran llegado al sepulcro?
¿Por un conducto subterráneo? ¿Y cómo o en qué tiempo lo hubieran
abierto en la roca viva, sin llamar la atención de ningún guarda? Y una vez
abierto ¿cómo lograr rellenarlo luego para que no quedara rastro de su obra?
¿Y CÓMO HUBIERAN MANTENIDO LA
MENTIRA DE LA RESURRECCIÓN?
Aun admitiendo, que los apóstoles hubiesen robado
el cuerpo de Jesús, todos los cómplices
de esta intriga debieran haberse entendido entre sí para acreditar su embuste y
comprometerse a sostenerlo, y también hubiera sido necesario seducirá
los numerosos discípulos que no habían entrado en el complot, induciéndolos a
creer en las apariciones puramente fingidas de Jesús e inspirarles una fe tan robusta que fuesen capaces de afrontar los más
horribles tormentos.
Hubiera
sido necesario engañar no solamente a los gentiles que rechazaban
la severa moral de Cristo y también a
los judíos que odiaban a Jesucristo y que, después de haberle hecho
morir ignominiosamente.
Recuérdese
que al escuchar la primera predicación de San Pedro, se convirtieron nada menos
que 3000 judíos; y que, en la 2ª este número subió a 5000.
¿Estos hombres completamente
faltos de capacidad de seducir a las masas, vendrían a ser los verdaderos
causantes del cambio maravilloso del mundo entero, y esto sin auxilios divinos?
Veamos ahora las teorías que manejan quienes son
contrarios a la resurrección.
TEORÍAS CONTRARIAS A LA
RESURRECCIÓN
Cuatro
teorías
han intentado una explicación de que la resurrección no existió, aunque las dos
primeras tienen escasos defensores hoy en día.
TEORÍA DEL DESVANECIMIENTO
Existe la teoría de aquellos que afirman que Cristo
no murió realmente en la cruz, que su
supuesta muerte fue un desvanecimiento temporal, y su resurrección simplemente
un volver a la conciencia.
La flagelación y la coronación
de espinos, el cargar la cruz y la crucifixión, las tres horas en la cruz, y la
posterior lanzada del centurión no hubieron tenido como
consecuencia un simple desvanecimiento. Su permanencia de 36 horas en el sepulcro sellado, en un
ambiente envenenado por cientos de libras de especies, hubieran bastado
para causarle la muerte.
Pero si Jesús hubiese simplemente vuelto a la
conciencia luego de desvanecerse, los
sentimientos aquella mañana hubieran sido de conmiseración antes que de júbilo
y triunfo, ante un débil y destrozado cuerpo de Jesús al que debían haber
cuidado durante semanas para recuperar.
TEORÍA DE LA IMPOSICIÓN
Se dice que los
discípulos robaron el cuerpo de Jesús de la tumba, y luego proclamaron a los
hombres que su Señor había resucitado. Esta teoría había sido anticipada
por los judíos.
Las razones de esta imposibilidad fáctica ya la
expusimos arriba.
Pero asumir que los Apóstoles hubieran predicado un reino de verdad y de
justicia como el gran esfuerzo y causa de sus vidas, y que por razón de ese
reino hayan sufrido hasta la muerte, sería asumir una imposibilidad moral.
TEORÍA DE LA VISIÓN
Esta teoría, como la entienden generalmente sus defensores no es una visión causada por la intervención
divina, sino fruto de agentes meramente humanos. Porque si admitimos una intervención divina, también
deberíamos creer que Dios levantó a Jesús de entre los muertos.
Pero es imposible desde el punto de vista de la
historia porque la teoría presupone fe
y expectativa por parte de los Apóstoles, que no demostraron tener en esa
cuantía.
No
concuerda con las condiciones de la comunidad cristiana temprana, porque luego
del primer entusiasmo del domingo de resurrección, los Apóstoles se
caracterizaron por su fría deliberación más que por el entusiasmo exaltado de
una comunidad de videntes.
No es consistente con el hecho de que las manifestaciones se hayan dado a un gran
número de personas al mismo tiempo.
Y es inconsistente con el hecho de que las visiones terminaran abruptamente el día
de la Ascención.
TEORÍA MODERNISTA
Según se formula, la entrada a la vida inmortal de uno resucitado de
entre los muertos no es algo
susceptible de ser observado; es sobrenatural, un hecho hiperhistórico, incapaz
de ser probado históricamente.
Dicen
que las pruebas alegadas para la Resurrección de Cristo son inadecuadas; el sepulcro
vacío es apenas un argumento indirecto, mientras que las apariciones del Cristo
resucitado están abiertas a sospechas de manera a priori, sensible a
impresiones de una realidad sobrenatural.
Segundo, si
uno prescinde de la fe de los Apóstoles, el testimonio del Nuevo Testamento no
provee un argumento cierto al hecho de la Resurrección. Esta fe de los
Apóstoles no se preocupa tanto con la Resurrección de Jesucristo, como de su
vida inmortal.
La
Santa Sede rechaza ésta visión de la Resurrección cuando la condena en el
Decreto “Lamentabili”: “La fe en la Resurrección de Cristo señala desde
el principio no tanto al hecho de la Resurrección, sino a la vida inmortal de
Cristo con Dios”.
Los argumentos contra esta teoría ya se dieron
comentando las otras teorías, porque esta
teoría se basa solamente en una mera suposición considerando que la ciencia
puede conocer todo en forma absoluta.
FUENTES:
- http://www.statveritas.com.ar/Varios/Deviver-04.htm
- http://www.whoisjesus-really.com/spanish/muscled3.htm
- http://ec.aciprensa.com/wiki/Resurrecci%C3%B3n_de_Jesucristo
Foros de la
Virgen María
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