Un experto en minería de datos
llamado Tom Anderson
hizo un análisis de texto del Corán, el Nuevo Testamento y el Antiguo
Testamento para en varias categorías con el fin de promocionar el software Odin
Text para el análisis de textos.
Una de las categorías
analizadas es la violencia. Él quiso contrastar si el Corán es más violento que
la Biblia y es por eso la violencia que está aplicando el Estado Islámico y los
terroristas islámicos en general.
El análisis de contar las frecuencias
de menciones de violencia le dio que el Corán es menos violento que
el Nuevo Testamento y el Antiguo Testamento. En el Corán las menciones a
destrucción y matanza son 2.1%, en el Nuevo Testamento 2.8% y en el Antiguo
Testamento 5.3%.
Esta investigación ha llevado a medios liberales y
de izquierda como de The Independent
y Huffington Post
a proclamar que el islam no es una religión más violenta que otras religiones y
que el cristianismo y el judaísmo son tan o más violentas que él islam, explotando
estos resultados para afianzar su lenguaje políticamente correcto, qué busca
dos cosas: por un lado decir que todas las religiones son iguales de violentas,
y segundo, disminuir al cristianismo frente al islam para tratar de sacarlo de
la mente de los occidentales.
Sin embargo el análisis de este estudio del señor
Anderson adolece de un grave defecto como lo explicita Raymond Ibrahim,
qué es un egipcio copto que vive en Estados Unidos, estudioso del islam y
crítico de él.
Raymond Ibrahim dice que el análisis que hizo
Anderson comparando la violencia de la Biblia con el Corán confunde lo que es
la doctrina de la violencia con la historia de hechos violentos.
La mayor parte de la violencia en la Biblia se
registra como datos históricos, o sea que son descripciones de acontecimientos.
Pero la inmensa mayoría violencia en el Corán son
exhortaciones doctrinales; el Corán usa el lenguaje de la violencia para llamar
a los fieles a cometer actos de violencia contra los no musulmanes.
Por lo tanto Anderson parte de un análisis
defectuoso, simplemente contó el número de veces que aparece en los textos
sagrados el lenguaje violento, sin discriminar si está relacionado a un llamado
a ejercer la violencia o es una descripción de algo violento que sucedió.
No es lo mismo un pasaje violento donde se describe
la persecución y asesinato de seguidores de Cristo que los mandamientos de Alá
por ejemplo: “matad a los idólatras donde quiera que los encontréis
¡agarredles, sitiadlos, y estad listos para emboscarles!” (Corán 9: 5).
Por otro lado el islamismo tiene otros textos
sagrados como los Hadith (dichos y hechos de Mahoma) donde Ibrahim dice que el
llamado a la violencia es más numerosa que en el Corán.
También Ibrahim analiza cómo consideran los
musulmanes y los cristianos actualmente lo hechos violentos que están en sus
textos sagrados.
Tanto el cristianismo como el judaísmo han
reinterpretado los textos violento que hay en la Biblia, ignorándolos, pero los
musulmanes no los han reinterpretado, son mandamientos que siguen vigentes
porque son pedidos de Alá.
Una demostración de esto es que mientras los
cristianos abogan por eliminar la pena de muerte, los musulmanes la aplican en
todos los lugares donde son gobierno y la ley sharía prescribe penas atroces
como por ejemplo cortarle la mano a un ladrón o lapidar a una adúltera, lo cual
no existe en el derecho occidental que está inspirado en el cristianismo.
De modo que no se puede decir que el Corán es menos
violento que la Biblia; es más si discriminamos la descripción de situaciones
violentas del llamado a ejercer la violencia, entonces el Corán es más violento
que la Biblia.
Y en segundo término el cristianismo ha
reinterpretado todos los textos violentos restándole importancia, cosa que no
ha hecho el Islam.
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