sábado, 26 de septiembre de 2015

LOS HIJOS


“He aquí herencia de Dios son los hijos, cosa de estima el fruto del vientre.
Salmos 127:3.
“Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. Efesios 6:4.
“Y todos tus hijos serán enseñados por Dios, y se multiplicará la paz de tus hijos”. Isaías 54:13.

¿Qué valor tienen tus hijos? ¿Te has dado cuenta cuánto valen? ¿Qué significa para ti tener hijos? Dios mismo nos los ha dado como una herencia.

Solo Dios puede darnos los hijos. Y no nos los da como una carga, como un castigo, pero como un favor como una bendición. Por lo tanto, necesitamos recibirlos para amarlos y educarlos porque son un regalo de Dios y él mismo suplirá para todo lo que ellos necesiten.

“Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. Efesios 6:4.

Disciplina para corregirles de acciones indebidas, disciplina en el dormir, en el comer, en el hacer.
Los estudiosos del desarrollo humano han dicho que formamos la mitad de la personalidad de un niño en sus primeros 5 años de vida, y después será más fácil la tarea del entrenamiento.

Thomas Manton expresó:

Hay efectos de recibir a los hijos como la herencia que viene de Dios: Los padres confiarán en el Señor para su provisión y seguridad. Los disciplinarán en el temor del Señor.
Con frecuencia consultarán a Dios en relación a ellos.

Los entregarán a Dios sin quejarse si El decide llevárselos.

Si se cumple con estos puntos, entonces:

Ellos vendrán a ser el gozo de los padres. Serán el récord permanente de la sabiduría de sus padres. Serán el apoyo y el alivio de los trabajos o solaz en la ancianidad de sus padres.
Serán los transmisores de las virtudes de sus padres a otra generación.

Dios te bendiga,

Tu hermana y amiga,

Alva Vargas de Contreras.

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