Hay gente que se queja de la poca presencia de Dios
en la vida. Creemos, que si no hablamos expresamente de Él, lo dejamos fuera de
nuestra vida y del mundo. Pero Dios está presente a pesar de nosotros. Thomas
Merton, en su libro "La montaña de los siete círculos" tiene un texto
precioso que nos ilumina:
"No hay flor que se abra, ni una semilla que
caiga al suelo, ni una espiga de trigo que se doble al viento por el extremo de
su tallo, que no predique y proclame al mundo entero la grandeza y la
misericordia de Dios.
No hay un acto de bondad o generosidad, ni un acto
de sacrificio hecho o una palabra de paz y dulzura pronunciada, ni una oración
de niño rezada, que no cante himnos a Dios."
Enviat per Joan Josep Tamburini
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