REDACCIÓN CENTRAL, 23 Sep. 15 / 04:19 am (ACI).-Hoy
la Iglesia
celebra la fiesta de San Pío de Pietrelcina, el sacerdote
de los estigmas, y se inicia la novena a los ángeles custodios, a
quienes el Santo tenía mucha devoción y cercanía. Aquí 5 hechos, según la
tradición, que tal vez no sabías del P. Pío y los ángeles.
1.- CREÍA QUE TODOS PODÍAN VERLO
Según la Obra de los
Santos Ángeles, asociación católica que propaga esta devoción y con
estatutos propios aprobados por la Santa Sede, se dice que el
P. Pío cuando era muy pequeño comenzó a tener visiones de su ángel guardián,
Jesús y María. Su madre llegó a decir que él pensaba que todo el mundo podía
verlos.
2.- JUNTOS CONTRA EL DEMONIO
En ocasiones, el demonio manchaba con borrones las cartas que le
llegaban de su confesor y siguiendo el consejo de su ángel custodio, cuando
llegaba una carta, antes de abrirla, el santo fraile la rociaba con agua
bendita y así podía leerlas.
“El compañero de mi infancia intenta suavizar los dolores que me causan
aquellos impuros apóstatas acunando mi espíritu como signo de esperanza”
(Carta. I,321), destacaba el santo sacerdote.
No obstante, cierta vez el Padre Pío estaba siendo golpeado por el
diablo y llamó varias veces en voz alta a su ángel de la guarda, pero fue
inútil. Más adelante, cuando el ángel se apareció a consolarlo, el P. Pío
enojado le preguntó el por qué no había acudido en su ayuda.
El ángel le contestó: “Jesús permite estos asaltos del diablo porque su
compasión te hace agradable a Él y Él quisiera que te le asemejaras en el
desierto, en el jardín y en la cruz” (Carta I, 113).
3.- TRADUCÍA LAS CARTAS
Si recibía alguna carta escrita en francés, el ángel custodio le hacía
de traductor. Una vez el P. Pío escribió: “si la misión de nuestro Ángel
Custodio es importante, la del mío es ciertamente más amplia, porque debe hacer
también de maestro en la traducción de otras lenguas” (Carta I,304).
4.- LO DESPERTABA Y REZABA CON ÉL
Narraba el Santo fraile capuchino: “Por la noche, al cerrárseme los
ojos, veo bajarse el velo y abrirse delante el paraíso; y, confortado con esta
visión, duermo con una sonrisa de dulce felicidad en los labios y con una gran
tranquilidad en la frente, en espera de que mi pequeño compañero de mi infancia
venga a despertarme y, de esta forma, elevar juntos las laudes matutinas al
amado de nuestros corazones” (Carta I,308).
5.- HABLABA CON OTROS ÁNGELES DE
LA GUARDA
“Si me necesitas -repetía el Santo a sus hijos espirituales-, mándame tu
ángel custodio”. Cierto día Fr. Alessio Parente (Fraile menor capuchino) se
acercó al P. Pío con algunas cartas en la mano para hacerle unas consultas y el
sacerdote no pudo atenderlo.
Más adelante el sacerdote de los estigmas lo llamó y le dijo: “¿No has
visto todos aquellos Ángeles que estuvieron aquí alrededor de mí? Fueron los
Ángeles de la Guarda de mis hijos espirituales que vinieron a traerme sus mensajes.
Tuve que darles las respuestas rápidamente”.
El venerado P. Pío de Pietrelcina siempre reconoció y agradeció la
función de “mensajero” del Ángel de la guarda y por ello recomendaba su
devoción.
Por Abel Camasca
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