Qué cosas pasaron en mi vida? Qué cosas hice que
antes no había hecho? Qué momentos difíciles viví? Qué momentos alegres
disfruté? ¿A cuántas personas conocí, amé, encontré, toqué con un toque del
amor de Dios? ¿Qué cosas hice por mi mismo? ¿Cuántos momentos pasé a solas con
mi Creador?
Ante todas estas preguntas o reflexiones
y muchas más, deberíamos estar conscientes de que hubo alguien quien nunca nos
abandonó, Quien nunca nos rechazó, ni nos dejó solos enfrentando momentos
difíciles y buenos. Quien nunca estuvo tan ocupado como para no interesarse en
nuestros asuntos personales. Si, ese alguien es nuestro maravilloso Creador y
podríamos decir nuestro Padre Celestial si ya hemos entregado nuestra vida a Él.
Reflexionando:
Cómo fue mi relación con Dios este año que está acabando? ¿Qué metas tengo para escucharlo? Para estar a solas con Él?
Cómo fue mi relación con Dios este año que está acabando? ¿Qué metas tengo para escucharlo? Para estar a solas con Él?
Creo que la parte más importante en la vida del
ser humano para caminar victoriosamente y vivir con grandes satisfacciones a
pesar de las crisis que tengamos que enfrentar, es estar cada día a solas con
nuestro buen Dios, para adorarle, bendecirle y abrirle nuestro corazón.
Reflexionando acerca de esto, pongámonos una meta este año que comienza: Invertir tiempo con El. Sus promesas son fieles a todos aquellos que deciden buscar primero su Presencia y dirección antes que otra cosa en la vida.
Que tu oración en este año sea: Oh Dios,
muéstrame el camino en que debo andar y ayúdame a escuchar tu voz, ayúdame a
hacer un alto en mis actividades cada día para que puedas hablarme y yo te
pueda hablar. Ayúdame oh Dios a transmitir tu amor a aquellos que me rodean y
hacer cada cosa en mi vida, como para ti y no para los hombres.
Si tomamos esta decisión de empezar el año
viviendo o permaneciendo en Cristo y en sus palabras, podremos pedir lo que
queremos y nos será hecho. Dice Juan 15: 7: Si permanecéis en mí y yo en vosotros, pedid todo lo que queréis y os será hecho.
Permanecer en Cristo requiere esperar,
perseverar, sufrir pacientemente, resistir, y mantenerse firme en esta decisión
de pasar a solas con Dios.
Te animo a que busques la manera de superarte
intelectual, física y emocionalmente. Tenemos un potencial que Dios ha puesto
dentro de nosotros. Desarrollemos ese cerebro tan poderoso para realizar
grandes cosas en la vida.
Informémonos y busquemos consejo acerca de cómo
ser mejores personas, saquemos tiempos especiales para cultivar buenas
amistades, y amarnos a nosotras mismas.
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con
todas tus fuerza y con toda a tu alma y a tu prójimo como a ti mismo.
Dios te bendiga,
Tu hermana y amiga,
Alva Vargas de Contreras.
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