«Escuchar hablar a un mártir del propio martirio ¡es fuerte! Creo que
todos los que estábamos allí estábamos conmovidos», dijo el Papa durante el
viaje de regreso desde Albania. Ésta es la transcripción de la rueda de prensa
a bordo del avión:
Noticia digital (22-IX-2014)
Padre Lombardi.- Bien, entonces: nosotros
estamos muy gratos al Santo Padre por estar con nosotros, incluso al final de
una jornada tan ardua. Él ha querido estar a disposición para algunas
preguntas, pero pocas, sobre su viaje. Y entonces hemos adoptado como criterio
el de que hagan las preguntas nuestros tres colegas albanos, que han hecho todo
el viaje con nosotros: han venido a Roma precisamente para viajar con Usted y
ahora están regresando de nuevo a Roma para concluir la experiencia con Usted.
Ellos son de tres televisiones albanas. Comenzamos con la señora Mira Tuci, que
es de la Televisión Nacional albana.
Periodista.- Su Santidad partió con una
idea en la mente por los albanos, por Albania. Cómo un albanés ha sufrido, pero
cómo es también tolerante. ¿Ha encontrado alguna otra cualidad que ha podido
tocar en los albanos? ¿Estas cualidades son justas para hacer volver el águila
al nido?
Santo Padre.- Diría que he afinado un
poco aquellas cosas que usted dice, pero el sufrimiento que ustedes albanos han
tenido lo he visto más de cerca. Aquello de tolerante…cambio la palabra. No es
tolerante el albanés, es hermano. Tiene la capacidad de la hermandad y más. Y
esto se ve en el convivir, en el colaborar entre los islámicos, los ortodoxos y
los católicos. Y colaboran, como hermanos ¿no? Y luego, otra cosa que me ha
impresionado desde el comienzo es la juventud del país: me han dicho que es el
país más joven de Europa, cuando yo hice este comentario. Pero Albania tiene,
se ve verdaderamente, un desarrollo superior en la cultura y también en la
gobernanza, gracias a esta hermandad.
Periodista.- Su Santidad, recorriendo el
boulevard central de Tirana, bajo los retratos de los clérigos martirizados
durante el régimen comunista, en un país al cual ha sido impuesto el ateísmo de
Estado hasta hace 25 años, ¿qué emoción personal ha tenido?
Santo Padre.- Yo desde hace dos meses estoy
estudiando un poco aquel periodo difícil de Albania, para entenderlo. He
estudiado también un poco el inicio. Pero ustedes tienen raíces culturales
bellísimas y fuertes, de gran cultura, desde el comienzo. He estudiado este
periodo y ha sido un periodo cruel: el nivel de crueldad ha sido terrible.
Cuando vi estas fotografías, pero no sólo de los católicos, también de los
ortodoxos, también de los islámicos y cuando pensé en las palabras que les
dirigieron: «pero tú no debes creer en Dios»…«¡Yo creo!» Y los mataban… Por
esto digo que también las tres componentes religiosas han dado testimonio de
Dios y ahora dan testimonio de hermandad.
Periodista.- Su Santidad, usted ha
visitado Albania que es un país de mayoría musulmana. Pero la visita tiene
lugar en un momento precario de la situación global. Usted mismo ha declarado
que la tercera guerra mundial ya ha comenzado. ¿El mensaje de su visita es sólo
para los albanos y va más allá?
Santo Padre.- No: va más allá. Albania ha
recorrido un camino de paz, de convivencia y de colaboración que va más allá,
va a otros países que tienen igualmente raíces étnicas diversas. Usted ha
dicho: «Es un país de mayoría musulmana»: sí, pero no es un país musulmán. Es
un país europeo. Para mí esto ha sido una sorpresa. Albania es un país europeo,
precisamente por la cultura, la cultura de convivencia, también por la cultura
histórica que ha tenido.
Periodista.- Usted ahora ha realizado
este viaje a Albania, que es un país europeo ¿cuáles son los próximos?
Santo Padre.- Sí, la geografía no puedo
cambiarla. Los próximos viajes serán el 25 de noviembre a Estrasburgo, Consejo
de Europa y Parlamento Europeo, los dos. Y luego el 28 –quizás– Turquía, para
estar allí en la fiesta del 30, de San Andrea, con el Patriarca Bartolomé.
Periodista.- Santidad, hemos entendido
que usted tiene una visión de Albania un poco distinta de aquella de los
europeos, es decir, nosotros miramos a Europa casi como a la Unión Europea.
Usted ha elegido como primer país para visitar, un país de la periferia que no
pertenece a la Unión Europea. ¿Qué puede decir a aquellos que miran solamente a
la Europa de los potentes?
Santo Padre.- Que este viaje mío es un
mensaje, es un signo: es una señal que quiero dar.
Periodista.- Lo hemos visto todos, creo,
llorar por primera vez, se conmovió mucho en aquel encuentro. Ha sido el
momento más conmovedor del viaje.
Santo Padre.- Escuchar hablar a un mártir
del propio martirio ¡es fuerte! Creo que todos los que estábamos allí estábamos
conmovidos: todos. Y aquellos testigos hablaban como si hablaran de otro, con
una naturalidad, una humildad. ¡Me ha hecho muy bien esto! Muchas gracias y
buena cena.
RV
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