En Australia el jueves 18 de septiembre de 2014
unos 800 policías detuvieron a australianos musulmanes o conversos influidos
por el islamismo y que no han podido viajar a Siria e Irak para unirse al
Estado Islámico, por lo que quieren hacer la Yihad en casa. La policía ha
informado que los islamistas detenidos estaban planeando decapitar a una
persona al azar en Sidney y divulgar los videos en las redes sociales. [1]
Los líderes de opinión intentar ocultar al máximo
que todos estos atropellos contra los más elementales derechos humanos proceden
de la minoría musulmana.
Es bien cierto que no todos los musulmanes son
terroristas, pero no es menos cierto que los únicos terroristas que emplean la
violencia en nombre de su divinidad, de su religión y de su libro sagrado son
musulmanes.
¿Hasta cuándo aguantará la población en Occidente
en general y en España en particular situaciones como estas?
Las blandas leyes occidentales hacia los
islamoterroristas y sus cómplices son percibidas por los islamistas y sus
correligionarios como señal de cobardía de Occidente y de falta de seguridad en
sus propios valores. Los islamistas piensan que si los “infieles” occidentales
estuvieran seguros de sus ideas lucharían por ellas, como ellos (los
islamistas) hacen. Se basan en el Corán 50: 5: Pero han desmentido la Verdad
cuando ha venido a ellos y se encuentran en un estado de confusión.
Esta es la única minoría que en nombre de su religión crea problemas de seguridad pública.
Esta es la única minoría que en nombre de su religión crea problemas de seguridad pública.
¿Por qué no se exige a los dirigentes de las
comunidades musulmanas, que manifiesten pública y notoriamente que repudian y
rechazan a los islamistas, y que pidan a sus feligreses que denuncien a todos
aquellos bárbaros criminales que planean cometer atentados, que manifiesten
públicamente que defienden la igualdad de género, la libertad de apostasía y de
conversión a otra religión?
Si esto no se exige, aumentará la inseguridad y la
población apoyará las formas políticas de extrema dureza que pueda ofrecer la
extrema derecha.
El buenismo de los líderes occidentales, la falta
de valentía en nombrar las cosas por su nombre, el ocultar los crímenes que se
perpetran en nombre del Islam, del Corán, de Muhammad, y relativizar todo
diciendo que no hay ninguna religión que defienda la violencia, va contra el
sentido común, la negación de la realidad y el más mínimo conocimiento de la
historia de las religiones y de la humanidad.
Ocultarse tras lo políticamente correcto no hace
nada más que aletargar las posibles soluciones, debilitar a aquellos que
nacidos como musulmanes quieran realmente convivir en armonía y repudian la
violencia, y permiten que la voz más chillona y estridente y sanguinaria, la de
islamistas, se imponga en el conjunto del coro de musulmanes.
La actitud de los izquierdistas es deleznable al
buscar el voto sin importar el precio, queriendo caer en gracia a los que
rechazan los valores judeocristianos de Occidente, las libertades que tanto han
constado conseguir y tan fáciles son de perder, toda esa política izquierdista
no es más que pan para hoy y hambre para mañana.
Esa actitud conlleva el crecimiento de la extrema
derecha. Como dice el viejo adagio irlandés: Too Far East Is West (muy al Este
es Oeste, Demasiado lejos Oriente es Occidente).
Los izquierdistas y todos aquellos que desvían la
mirada de los hechos creen que culpabilizando a Israel de todos los males van a
conseguir encubrir las matanzas que perpetran Estado Islámico, Al Qaeda, Hamás,
la Yihad Islámica, Lashkar e Taiba, de Pakistán, el Frente Moro de liberación
Islámica, de Filipinas, Al Shaba, de Somalia, el Taliban, el Emirato del
Cáucaso, Ansa al-Din al-Salafiya, de Mali, Majlis al Shoura, de Libia,
Movimiento Islámico del Turkestán Oriental, de China, Boko Haram, de Nigeria,
los ayatolás de la República islámica de Irán, los jeques de Qatar, de Arabia
Saudita y una retahíla larguísima de grupos que asesinan en nombre del Islam y
de su divinidad, Alá, cuyas víctimas más numerosas son musulmanes.
Los hechos y la realidad se impondrán por mucho que
esos izquierdistas huérfanos de Stalin y nostálgicos del Gulag se opongan con
sus floridos discursos. Los crímenes perpetrados por los islamistas tienen una
base ideológica y en absoluta son de origen económico o territorial.
Si no se tiene en cuenta el hecho religioso que anima a los muyahidines, yihadistas, no se entenderá nada del conflicto bélico generado por los islamistas a nivel de todo el orbe, calificado por el Papa Francisco de Tercera Guerra Mundial. [2]
Si no se tiene en cuenta el hecho religioso que anima a los muyahidines, yihadistas, no se entenderá nada del conflicto bélico generado por los islamistas a nivel de todo el orbe, calificado por el Papa Francisco de Tercera Guerra Mundial. [2]
NOTAS
[1]
Anti-terror operation in Sydney and Brisbane ´thwarted´ beheading plot
[2] El Mundo 13/09/2014
Francisco advierte de una actual Tercera Guerra
Mundial combatida ´por partes´
El papa Francisco ha afirmado hoy que en la
actualidad puede hablarse de una Tercera Guerra Mundial que se desarrolla
"por partes" mediante "crímenes, masacres y destrucciones"
y ha invocado la paz para detener la "locura" bélica durante la
homilía que pronunció en el cementerio militar de Fogliano Redipuglia.
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