-Pero si Dios existe, ¿por qué
permite que haya tanto mal?
Esa pregunta es casi obligada que
surja en clase de religión, de la misma manera que surge de forma “natural” en
cualquier ser humano ante el escándalo del mal en el el mundo. De hecho creo
que no ha habido grupo al que haya dado clase en el que no me hayan planteado
alguna vez la cuestión.
-Para serte sincero- respondo-
esa pregunta no tiene una respuesta ni fácil ni definitiva. Ciertamente la presencia
del mal en el mundo se nos presenta como un “misterio” o un escándalo, que
contrasta con la existencia de Dios amor. Pero si quieres sí que podemos dar
algunas claves que, sin que nos lleven a un entendimiento profundo al menos nos
permitan acercarnos un poco.
Por muy banal o superficial que
pueda ser en un principio, al menos en apariencia, la vida de un adolescente,
no por ello deja de buscar respuestas a los grandes misterios de la vida aunque
sea de forma ocasional. La atención del aula en momentos así suele ser grande,
les interesa el tema.
§
Vamos a ver- prosigo- podríamos
empezar planteando tu pregunta al revés.
§
¿Cómo?
§
Pues por ejemplo, ¿cómo es que si
Dios no existe, como dicen algunos, haya tanto bien?
§
¿A qué te refieres?
§
Al amor, la amistad, la alegría,
la belleza, la música... a personas como los misioneros o los voluntarios de
las ONG´s que entregan su tiempo y su vida por los demás... a los padres que se
esfuerzan y sacrifican no por ellos mismos si no por sacar a sus hijos
adelante...
§
Pero todo eso podría darse con
independencia de que Dios exista
§
Pero en ese caso estaríamos
siendo injustos con Dios
§
¿Por qué?
§
Pues porque le achacaríamos que
no evitase el mal pero no le reconoceríamos que posibilitase el bien, ¿no te
parece?
La reflexión no es banal, a fin
de cuentas está en nuestra naturaleza tener más facilidad para la queja que
para el agradecimiento, con los demás y con Dios mismo. La pregunta que lanzo
se queda sin respuesta.
§
Pero entonces volvemos a lo de
antes - comenta el alumno- si posibilita el bien, tal como dices, ¿por qué no
impide el mal?
§
¿A qué mal te refieres?
§
Pues a las guerras, los
asesinatos, la violencia... a que unos tengan de sobra y otros no tengan ni lo
más imprescindible...
§
Bueno, Dios en su creación ya ha
hecho que muchas de sus creaturas queden libres de pecado y no cometan nada de
eso
§
¿Quiénes?
§
Los animales. Una leona no mata a
la cebra por maldad, si no porque es su sustento, y si está saciada no la
atacará. El toro no monta a la vaca por que sea un violador, si no porque
responde a sus instintos de reproducirse. En el reino animal no existe la
codicia, ni la avaricia...
§
¿Y no podría hacer Dios que todo
eso no se diese en los seres humanos?
§
Hipotéticamente podría, pero no
creo que quieras que lo haga
§
¿Por qué no voy a querer?-
responde sorprendido.
§
Porque para ello lo que debería
hacer es quitarte la razón y la libertad y convertirte en un animal que viva
únicamente respondiendo a sus instintos. ¿Es eso lo que quieres?- La respuesta
es tan obvia que no se produce.
§
Pero hay también otras cosas que,
no sé cómo decirlo, te vienen sin motivo aparente.
§
¿Cómo cuáles?-pregunto
§
Pues una enfermedad, la muerte de
un niño o de un ser querido... yo supongo que esas cosas sí que las podría
evitar Dios
§
Volvemos a lo mismo,
hipotéticamente podría, aunque como bien dices este tipo de mal tiene un
significado distinto. De hecho cuando te sucede a ti lo lógico es que te
enfades con Dios y se lo eches en cara, y no hay nada malo en ello, ya que Él
conoce nuestro corazón y lo comprende. Pero permíteme que te diga una cita muy
dura de San Pablo, “todo sucede para el bien de los que aman a Dios”, ojo, y
dice “todo”, no “casi todo”
§
Pero eso es una barbaridad...
§
Aparentemente sí, pero Dios nos
llama a vivir en la gratitud siempre, tanto en los buenos momentos como en los
malos. Seríamos unos fieles de pacotilla si solo alabásemos a Dios cuando las
cosas nos van bien y lo dejásemos de lado cuando nos fuesen mal.
§
¿Entonces eso qué significa, que
es bueno sufrir?
§
No, sufrir por sufrir es malo, no
tiene ningún sentido. Dios nos invita a que cuando tengamos un sufrimiento lo
vivamos en la dimensión de la cruz- Eso les suena a chino, así que tengo que
explicarlo con palabras más sencillas- Me refiero a que no podemos pretender
una vida en la que todo nos salga a nuestro gusto, no conozcamos ni el esfuerzo
ni el dolor o seamos ajenos cualquier sufrimiento. Necesitamos los
acontecimientos buenos en nuestra vida para el disfrute y el agradecimiento,
pero también los menos buenos por que nos ayudan a madurar, a ser solidarios
con el sufrimiento del otro, a buscar un mundo mejor y más justo, a vencer
nuestra soberbia... de hecho cuando Jesús habla a las gentes les dice que para
ser discípulos suyos tienen que llevar consigo una cosa, ¿sabéis cual?
§
¿La fé?
§
¿El amor?
§
¿La inteligencia?
§
No-respondo- Jesús dice que el
que quiera ser su discípulo debe tomar su cruz, esto es, su sufrimiento, y
seguirle. La cruz se convierte así en “gloriosa”, como se decía en la Iglesia
primitiva, puerta de nuestra salvación, no por que sea un instrumento de
sufrimiento, si no por que nos permite asociarnos a la muerte de Cristo y con
Él a la resurrección y la gloria.
§
Ya, pero si un niño se queda sin
madre... o ti se te muriera un hijo...
§
Evidentemente, el que la cruz sea
gloriosa no significa que deje de ser cruz. Nadie dice “qué bien, se ha muerto
mi padre”, bueno, quizá alguien lo dijera – a pesar de lo serio del tema el
comentario provoca algunas risas- pero ante la muerte el cristiano tiene la
certeza, o al menos la esperanza, de que esta vida es un mero trámite y que
nuestro destino auténtico y definitivo es la vida eterna con Dios donde nos
reuniremos de nuevo con nuestros seres queridos que hayan partido antes que
nosotros.
La clase bulle, todos tienen mil
preguntas que hacer e incluso se atropellan unos a otros. Tengo que frenar el
tema.
§
Veréis, no tratéis de entender en
un rato lo que ya os he dicho que es un gran misterio de fe. Dejad, si queréis,
que el Señor vaya haciendo una historia con cada uno y ya os irá iluminando.
Sé que lo
que pido es un imposible, un adolescente no tiene en su naturaleza los
conceptos de espera y paciencia, pero qué le vamos a hacer... otro día más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario