martes, 22 de julio de 2014

C.-LA POSESIÓN


La posesión es muy rara; es en lo último que debemos pensar, y solo después de haber agotado las demás posibilidades.

La posesión se da en casos en que la persona ha entregado su voluntad conscientemente a Satanás, vendiendo su alma, firmando pactos satánicos con sangre, o perteneciendo a sectas diabólicas. También se podría dar en personas que fueron consagradas por sus padres al Diablo.

Es tan fuerte esta esclavitud que la persona pierde su voluntad, quedando totalmente imposibilitada para liberarse de sus cadenas. Entonces necesita un poder superior de afuera a través de un exorcismo litúrgico.

El exorcismo formal litúrgico es hecho por el Obispo o un sacerdote delegado por el para el caso; acompañándose de mucha oración y ayuno.

AYUDAS PARA LA SANACION

Hay autores que, señalando ciertos obstáculos que impiden la sanación, hacen una lista de actos o actitudes que bloquean la acción sanadora del Señor.

Esto parece discutible, ya que Jesús es amo de lo imposible y no hay cosa que pueda impedir su acción salvífica. Él es libre y poderoso para actuar con nuestra colaboración o prescindir de ella. Él actúa a veces de una forma y a veces de otra. Lo cierto es que nos sana gratuitamente.

Por ejemplo, se afirma que la ausencia de fe es una causa por la cual el Señor no nos cura. Soy testigo de sanaciones entre los musulmanes y gente sin fe.

Dios es más grande que nuestra falta de fe. Nosotros no podemos ponerle reglas de conducta. Él hace las cosas por caminos diferentes y mejores a los nuestros. (Is 55, 8)

Por esta razón prefiero hablar de medios y ayudas que favorecen la acción de Dios. La gracia de Dios es eficaz, pero si encuentra un campo preparado puede dar fruto más abundante.

P. Emiliano Tardif

FUENTE: JESÚS ESTÁ VIVO

Publicado por: José Miguel Pajares Clausen

(Continuará)

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