martes, 29 de julio de 2014

«LE PEDÍ AL SEÑOR QUE SI QUERÍA QUE YO FUERA SU SACERDOTE, TENÍA QUE RESTAURAR MI VISTA. SUCEDIÓ»


Aloysius es el único seminarista indonesio que está actualmente estudiando en Roma. Ha sido testigo de la persecución religiosa y está acostumbrado a vivir en países en los que los católicos son minoría. En el cuarto año del seminario sufrió un grave accidente del que posteriormente se recuperó para poder continuar con su formación, hasta llegar a Roma

Para Aloysius Angga Windianto, seminarista indonesio, estar en Roma supone una gracia y una gran responsabilidad. Es el único seminarista de esta nacionalidad que actualmente está en la Ciudad Eterna. Se siente responsable porque tiene la tarea de impregnarse del Sensus Ecclesiae para, posteriormente, convertirse en levadura de la masa indonesia. Se siente responsable de ayudar en la fermentación de «mis hermanos sacerdotes y futuros feligreses en Indonesia con el mismo espíritu que estoy recibiendo», explica el propio Aloysius en el último boletín del CARF (Centro Académico Romano Fundación).

Roma también supone una gracia para Aloysius. En su cuarto año de seminario tuvo un accidente que casi le dejó completamente ciego. «Le pedía al Señor que si Él quería que yo fuera su sacerdote, tenía que restaurar mi vista. Sucedió. Y no solo ha restaurado mi vista sino que Dios, además, me ha permitido ver Roma», explica.

El seminarista, teniendo en cuenta su vida, cree que es algo extraordinario tener la oportunidad de formarse en Roma. Aloysius tiene 24 años, nació en Indonesia y es el pequeño de cuatro hermanos. De pequeño tuvo que viajar bastante debido al trabajo de su padre, pintor. Residió en muchos países en los que los cristianos son una minoría. Esto le permitió crecer en la fe. «Recuerdo que cuando era adolescente yo era el único cristiano de mi clase, y todo el mundo lo sabía. [...] También recuerdo que mi madre, por la noche, nos leía pasajes de la Biblia y de esta manera nos enteramos de la fe».

VIO QUEMARSE CUATRO IGLESIAS

Pero no todos son recuerdos bonitos. Aloysius también recuerda, de su infancia, algunos sucesos de persecución religiosa. «Recuerdo haber visto quemarse cuatro iglesias durante mi infancia. Una experiencia que nunca olvidaré», explica sucintamente en el boletín del CARF.

Aloysius Angga Windianto se encuentra estudiando en Roma. Pronto volverá a su país, donde el 88 % de la población es musulmana. Además de católicos, que representan el 1,5% de la población, y de musulmanes, también conviven con protestantes, hindúes y confucianos. Por todo ello, su experiencia romana supone una gran experiencia vital en la que intenta absorbe hasta el más pequeño detalle para luego transmitirlo todo en su tierra y convertirse en la levadura de la masa.

José Calderero

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