La
llamada Primera Guerra Mundial,
-Gran Guerra o Guerra Europea hasta un determinado
momento-, comienza el 28 de julio de 1914 y termina el 11 de noviembre de 1918,
durando por lo tanto 4 años, 3 meses y 13 días.
La situación previa es de máxima tensión, tanto que los historiadores la llaman de la “Paz Armada”. Podríamos resumir la cuestión hablando de tres grandes focos de conflicto.
El primero es el extraeuropeo: Africa, donde se enfrentan las potencias, sobre todo Francia, Gran Bretaña y Alemania, ansiosas de nuevos recursos, territorios y mercados; y también Asia, donde también compiten Japón y Estados Unidos.
El segundo es Francia, resentida por la derrota sufrida frente a Prusia en 1871, de resultas de la cual pierde la Alsacia y la Lorena.
Y el tercero son los Balcanes, donde la progresiva descomposición desde el siglo XVIII del Imperio Turco, llamado “el enfermo de Europa”, lleva al nacimiento de una serie de países, Grecia, Bulgaria, Rumanía, Serbia, Montenegro y Albania, y al enfrentamiento entre ellos en las llamadas Guerras Balcánicas de 1910 y 1913, azuzadas por Rusia y Austria, deseosas de imponer su influencia en la región.
El detonante de la guerra no es otro que el asesinato el 28 de junio de 1914 en la ciudad de Sarajevo en Serbia, del archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero de la corona austro-húngara, por el nacionalista serbobosnio Gavrilo Princip, miembro del grupo serbio “Joven Bosnia” (pinche aquí para conocer las rocambolescas circunstancias del atentado), que apoya la unificación de Bosnia, -la cual pertenece al Imperio Austro-húngaro- con Serbia, recién independizada de Turquía. Un hecho tan secundario en principio, hará estallar todos los equilibrios europeos, desencadenando la guerra en todas partes.
El Imperio Austrohúngaro da un ultimátum a Serbia, pero Serbia, azuzada por Rusia, no acepta sus condiciones. Un mes después, un 28 de julio como hoy pero de 1914, Austria declara la guerra a Serbia. Al día siguiente Rusia se la declara a Austria. El 1 de agosto, Alemania se la declara a Rusia y Francia se la declara a Alemania. El 4 de agosto, Gran Bretaña se la declara a Alemania. El 23 de agosto de 1914 hace lo mismo Japón. En 1915 lo hacen Italia del lado aliado, y Bulgaria del de las potencias centrales. En 1917, muy cerca ya del final, entran los Estados Unidos, una vez más junto a los aliados.
Aunque los países beligerantes serán muchos, se articulan todos en dos grandes bandos: por un lado, la Triple Entente de Reino Unido, Francia y Rusia, a la que se unen Italia, Japón, Rumanía y Estados Unidos, entre otros; por otro, la Triple Alianza de las Potencias centrales o los Imperios centrales, el Reich alemán, el Imperio Austro-Húngaro y el Imperio otomano, a la que luego se unirá Bulgaria.
PRONTO NOS ENCONTRAMOS LA GUERRA ARTICULADA EN SIETE GRANDES FRENTES.
1º.- Frente francés. Aunque los alemanes toman Bélgica con facilidad para acceder por ese camino hacia París, británicos y franceses los contienen en el río Marne. En 1915, Alemania ataca Verdún, pero el General Pétain salva la plaza. Los británicos desatan una ofensiva en el Somme, pero los alemanes apenas retroceden unos kilómetros. Los alemanes lo apuestan todo en la ofensiva Kaiserschlacht en 1918, y aunque llegan a 120 kms. de París, el general francés Foch con la ayuda estadounidense, los derrota en la segunda batalla del Marne.
2º.- Frente ruso, Rusia entra en Prusia, pero Hindenburg y Ludendorff baten a los rusos en Tannenberg y en los Lagos Masurianos, y los contienen. En febrero de 1917 estalla la Revolución Rusa, la cual obliga a abdicar al Zar Nicolás II, aunque el nuevo hombre fuerte de Rusia, Kérenski, no abandona la guerra. En octubre estalla en Rusia una nueva revolución, la bolchevique, auspiciada por cierto por los alemanes, que permiten la entrada de Lenin a través de Alemania en el famoso “vagón sellado”. Los bolcheviques deponen a Kérenski y, ellos sí, se retiran de la guerra, firmando la Paz de Brest-Litovsk en marzo de 1918, que permite a los alemanes ocupar Polonia, Ucrania, Finlandia, los países bálticos y parte de Bielorrusia.
3º.- Frente balcánico. En él la guerra comienza con la conquista de Serbia y Montenegro primero, y de Rumanía después, por Austria y Alemania. Entrando por Salónica, los aliados abren un nuevo frente en Macedonia. En 1916 los rusos desbordan las líneas austrohúngaras, y aunque luego abandonen, como sabemos, la guerra, la entrada de Grecia del lado aliado, y la gran ofensiva aliada de 1918 obtienen la capitulación de Bulgaria y la liberación de Serbia.
4º. Frente italiano. En 1915 Italia ataca a Austria, pero derrotada por alemanes y austríacos en Caporetto, el frente se estabiliza en el río Piave. Hacia el final de la guerra, los italianos atacan a Austria en Vittorio Veneto, lo que unido al descalabro austríaco en los Balcanes, produce el definitivo hundimiento de la monarquía austro-húngara de los Habsburgo.
5º.- Oriente Medio. Los ingleses atacan el estrecho de los Dardanelos, en posesión turca, para revitalizar a Rusia y rodear a los imperios centrales. La campaña comienza con un imponente desembarco en Galípoli, donde los otomanos, mandados por Mustafa Kemal, el futuro Atatürk que transformará Turquía, se defienden con eficacia. Amén de ello, los británicos promoverán la sublevación de las tribus árabes contra los otomanos, misión en la que destacan personajes tan cinematográficos como Lawrence de Arabia. Derrotada Bulgaria y con los ingleses en Jerusalén y Bagdad avanzando hacia Anatolia, los turcos también se rinden.
6º.- África. Británicos y franceses atacan desde todos los frentes a los alemanes, que se rinden con facilidad en Togo y Camerún. El ejército sudafricano ocupada el África del Sudoeste alemán.
7º.- Pacífico. Séptimo frente, Japón exige a Alemania la evacuación de Jiaozhou, el nordeste de China, y presenta las Veintiuna exigencias a China, que le cede los derechos comerciales de Mongolia Interior y de Manchuria. El puerto chino de Qingdao, principal base alemana en Extremo Oriente, es ocupado por los japoneses. Las tropas australianas estacionadas en Papúa ocupan la Nueva Guinea Alemana, mientras Japón y Nueva Zelanda atacan las bases alemanas en las Islas Marianas y Carolinas, unas bases que hasta 1898 habían sido españolas, por cierto.
Así están las cosas cuando entra en la guerra los Estados Unidos. Ocurre de la manera más increíble. El 16 de enero de 1917, el ministro alemán de exteriores, Arthur Zimmermann, envía un telegrama al Presidente Carranza para que México entre en la guerra del lado de los Imperios Centrales prometiéndole la restitución los territorios que le había sustraído Estados Unidos en 1848. Craso error: el intento no sólo no consigue que Méjico entre en guerra, sino que lo hagan los Estados Unidos, que previamente, ya habían acusado a los alemanes del hundimiento del Lusitania, un buque de pasajeros en el que se producen 123 víctimas, entre las cuales por cierto, el músico español Enrique Granados.
Una vez rendidos, como hemos visto, Austria, Bulgaria y Turquía, el 8 de agosto de 1918 un ataque de todos los aliados en Amiens, con los norteamericanos y los italianos incluidos, rompe el frente alemán, y los aliados entran en Bélgica. Una revolución obrera estalla en Berlín. El Káiser Guillermo II huye a Holanda, y el gobierno de la nueva República alemana firma el armisticio de Compiègne el 11 de noviembre de 1918. La guerra ha terminado, por supuesto con la victoria de los Aliados.
Tras el conflicto, se firman tratados de paz separados con cada uno de los vencidos: Versalles con Alemania; Saint-Germain-en-Laye con Austria; Sèvres con el Imperio Otomano; Trianon con Hungría; Neuilly con Bulgaria. Al conjunto de estos tratados se lo conoce como “Paz de París”. A ellos habría que añadir el Tratado de Brest-Litovsk que había puesto punto final un año antes a la participación rusa.
Los grandes imperios de la Triple Alianza salen muy mal parados. En cuanto a Alemania, es tratada como responsable del conflicto, reducida en territorio, desmilitarizada, desposeída de todas sus colonias y condenada a pagar compensaciones impagables. Para muchos, la dureza del trato a Alemania será el germen del nazismo y del siguiente conflicto mundial en 1939. De hecho, a De Gaulle le gustaba hablar de las dos guerras mundiales como de una Segunda Guerra de los Treinta Años, entre 1914 y 1945.
Austria queda reducida a una república de mínimas dimensiones y en su antiguo Imperio nacen nuevas naciones como Checoslovaquia o Hungría, de pequeñas dimensiones.
Y Turquía queda limitada a Constantinopla y parte de Asia Menor. Las naciones balcánicas independizadas antes de la guerra permanecen independientes, y todo el imperio que aún le quedaba en Oriente Medio se lo reparten Francia y Gran Bretaña.
La Primera Guerra Mundial ha movilizado más de 70 millones de soldados, y produce 10 millones de muertos, 20 millones de heridos y 8 millones de desaparecidos. Se trató de una guerra crudelísima, caracterizada por frentes estáticos, trincheras, ametralladoras, alambre de espino y artillería y armas inhumanas como el gas mostaza. A su final, se crea la Sociedad de Naciones, precedente inmediato de la que luego será la Organización de Naciones Unidas.
Algo a no repetir nunca. Aunque a los seres humanos les faltara tiempo para hacerlo apenas un cuarto de siglo después. Pero eso es otra historia. Que hagan Vds. mucho bien y no reciban menos.
La situación previa es de máxima tensión, tanto que los historiadores la llaman de la “Paz Armada”. Podríamos resumir la cuestión hablando de tres grandes focos de conflicto.
El primero es el extraeuropeo: Africa, donde se enfrentan las potencias, sobre todo Francia, Gran Bretaña y Alemania, ansiosas de nuevos recursos, territorios y mercados; y también Asia, donde también compiten Japón y Estados Unidos.
El segundo es Francia, resentida por la derrota sufrida frente a Prusia en 1871, de resultas de la cual pierde la Alsacia y la Lorena.
Y el tercero son los Balcanes, donde la progresiva descomposición desde el siglo XVIII del Imperio Turco, llamado “el enfermo de Europa”, lleva al nacimiento de una serie de países, Grecia, Bulgaria, Rumanía, Serbia, Montenegro y Albania, y al enfrentamiento entre ellos en las llamadas Guerras Balcánicas de 1910 y 1913, azuzadas por Rusia y Austria, deseosas de imponer su influencia en la región.
El detonante de la guerra no es otro que el asesinato el 28 de junio de 1914 en la ciudad de Sarajevo en Serbia, del archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero de la corona austro-húngara, por el nacionalista serbobosnio Gavrilo Princip, miembro del grupo serbio “Joven Bosnia” (pinche aquí para conocer las rocambolescas circunstancias del atentado), que apoya la unificación de Bosnia, -la cual pertenece al Imperio Austro-húngaro- con Serbia, recién independizada de Turquía. Un hecho tan secundario en principio, hará estallar todos los equilibrios europeos, desencadenando la guerra en todas partes.
El Imperio Austrohúngaro da un ultimátum a Serbia, pero Serbia, azuzada por Rusia, no acepta sus condiciones. Un mes después, un 28 de julio como hoy pero de 1914, Austria declara la guerra a Serbia. Al día siguiente Rusia se la declara a Austria. El 1 de agosto, Alemania se la declara a Rusia y Francia se la declara a Alemania. El 4 de agosto, Gran Bretaña se la declara a Alemania. El 23 de agosto de 1914 hace lo mismo Japón. En 1915 lo hacen Italia del lado aliado, y Bulgaria del de las potencias centrales. En 1917, muy cerca ya del final, entran los Estados Unidos, una vez más junto a los aliados.
Aunque los países beligerantes serán muchos, se articulan todos en dos grandes bandos: por un lado, la Triple Entente de Reino Unido, Francia y Rusia, a la que se unen Italia, Japón, Rumanía y Estados Unidos, entre otros; por otro, la Triple Alianza de las Potencias centrales o los Imperios centrales, el Reich alemán, el Imperio Austro-Húngaro y el Imperio otomano, a la que luego se unirá Bulgaria.
PRONTO NOS ENCONTRAMOS LA GUERRA ARTICULADA EN SIETE GRANDES FRENTES.
1º.- Frente francés. Aunque los alemanes toman Bélgica con facilidad para acceder por ese camino hacia París, británicos y franceses los contienen en el río Marne. En 1915, Alemania ataca Verdún, pero el General Pétain salva la plaza. Los británicos desatan una ofensiva en el Somme, pero los alemanes apenas retroceden unos kilómetros. Los alemanes lo apuestan todo en la ofensiva Kaiserschlacht en 1918, y aunque llegan a 120 kms. de París, el general francés Foch con la ayuda estadounidense, los derrota en la segunda batalla del Marne.
2º.- Frente ruso, Rusia entra en Prusia, pero Hindenburg y Ludendorff baten a los rusos en Tannenberg y en los Lagos Masurianos, y los contienen. En febrero de 1917 estalla la Revolución Rusa, la cual obliga a abdicar al Zar Nicolás II, aunque el nuevo hombre fuerte de Rusia, Kérenski, no abandona la guerra. En octubre estalla en Rusia una nueva revolución, la bolchevique, auspiciada por cierto por los alemanes, que permiten la entrada de Lenin a través de Alemania en el famoso “vagón sellado”. Los bolcheviques deponen a Kérenski y, ellos sí, se retiran de la guerra, firmando la Paz de Brest-Litovsk en marzo de 1918, que permite a los alemanes ocupar Polonia, Ucrania, Finlandia, los países bálticos y parte de Bielorrusia.
3º.- Frente balcánico. En él la guerra comienza con la conquista de Serbia y Montenegro primero, y de Rumanía después, por Austria y Alemania. Entrando por Salónica, los aliados abren un nuevo frente en Macedonia. En 1916 los rusos desbordan las líneas austrohúngaras, y aunque luego abandonen, como sabemos, la guerra, la entrada de Grecia del lado aliado, y la gran ofensiva aliada de 1918 obtienen la capitulación de Bulgaria y la liberación de Serbia.
4º. Frente italiano. En 1915 Italia ataca a Austria, pero derrotada por alemanes y austríacos en Caporetto, el frente se estabiliza en el río Piave. Hacia el final de la guerra, los italianos atacan a Austria en Vittorio Veneto, lo que unido al descalabro austríaco en los Balcanes, produce el definitivo hundimiento de la monarquía austro-húngara de los Habsburgo.
5º.- Oriente Medio. Los ingleses atacan el estrecho de los Dardanelos, en posesión turca, para revitalizar a Rusia y rodear a los imperios centrales. La campaña comienza con un imponente desembarco en Galípoli, donde los otomanos, mandados por Mustafa Kemal, el futuro Atatürk que transformará Turquía, se defienden con eficacia. Amén de ello, los británicos promoverán la sublevación de las tribus árabes contra los otomanos, misión en la que destacan personajes tan cinematográficos como Lawrence de Arabia. Derrotada Bulgaria y con los ingleses en Jerusalén y Bagdad avanzando hacia Anatolia, los turcos también se rinden.
6º.- África. Británicos y franceses atacan desde todos los frentes a los alemanes, que se rinden con facilidad en Togo y Camerún. El ejército sudafricano ocupada el África del Sudoeste alemán.
7º.- Pacífico. Séptimo frente, Japón exige a Alemania la evacuación de Jiaozhou, el nordeste de China, y presenta las Veintiuna exigencias a China, que le cede los derechos comerciales de Mongolia Interior y de Manchuria. El puerto chino de Qingdao, principal base alemana en Extremo Oriente, es ocupado por los japoneses. Las tropas australianas estacionadas en Papúa ocupan la Nueva Guinea Alemana, mientras Japón y Nueva Zelanda atacan las bases alemanas en las Islas Marianas y Carolinas, unas bases que hasta 1898 habían sido españolas, por cierto.
Así están las cosas cuando entra en la guerra los Estados Unidos. Ocurre de la manera más increíble. El 16 de enero de 1917, el ministro alemán de exteriores, Arthur Zimmermann, envía un telegrama al Presidente Carranza para que México entre en la guerra del lado de los Imperios Centrales prometiéndole la restitución los territorios que le había sustraído Estados Unidos en 1848. Craso error: el intento no sólo no consigue que Méjico entre en guerra, sino que lo hagan los Estados Unidos, que previamente, ya habían acusado a los alemanes del hundimiento del Lusitania, un buque de pasajeros en el que se producen 123 víctimas, entre las cuales por cierto, el músico español Enrique Granados.
Una vez rendidos, como hemos visto, Austria, Bulgaria y Turquía, el 8 de agosto de 1918 un ataque de todos los aliados en Amiens, con los norteamericanos y los italianos incluidos, rompe el frente alemán, y los aliados entran en Bélgica. Una revolución obrera estalla en Berlín. El Káiser Guillermo II huye a Holanda, y el gobierno de la nueva República alemana firma el armisticio de Compiègne el 11 de noviembre de 1918. La guerra ha terminado, por supuesto con la victoria de los Aliados.
Tras el conflicto, se firman tratados de paz separados con cada uno de los vencidos: Versalles con Alemania; Saint-Germain-en-Laye con Austria; Sèvres con el Imperio Otomano; Trianon con Hungría; Neuilly con Bulgaria. Al conjunto de estos tratados se lo conoce como “Paz de París”. A ellos habría que añadir el Tratado de Brest-Litovsk que había puesto punto final un año antes a la participación rusa.
Los grandes imperios de la Triple Alianza salen muy mal parados. En cuanto a Alemania, es tratada como responsable del conflicto, reducida en territorio, desmilitarizada, desposeída de todas sus colonias y condenada a pagar compensaciones impagables. Para muchos, la dureza del trato a Alemania será el germen del nazismo y del siguiente conflicto mundial en 1939. De hecho, a De Gaulle le gustaba hablar de las dos guerras mundiales como de una Segunda Guerra de los Treinta Años, entre 1914 y 1945.
Austria queda reducida a una república de mínimas dimensiones y en su antiguo Imperio nacen nuevas naciones como Checoslovaquia o Hungría, de pequeñas dimensiones.
Y Turquía queda limitada a Constantinopla y parte de Asia Menor. Las naciones balcánicas independizadas antes de la guerra permanecen independientes, y todo el imperio que aún le quedaba en Oriente Medio se lo reparten Francia y Gran Bretaña.
La Primera Guerra Mundial ha movilizado más de 70 millones de soldados, y produce 10 millones de muertos, 20 millones de heridos y 8 millones de desaparecidos. Se trató de una guerra crudelísima, caracterizada por frentes estáticos, trincheras, ametralladoras, alambre de espino y artillería y armas inhumanas como el gas mostaza. A su final, se crea la Sociedad de Naciones, precedente inmediato de la que luego será la Organización de Naciones Unidas.
Algo a no repetir nunca. Aunque a los seres humanos les faltara tiempo para hacerlo apenas un cuarto de siglo después. Pero eso es otra historia. Que hagan Vds. mucho bien y no reciban menos.
Luis
Antequera
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