El papa Francisco en su discurso
a los participantes en la Asamblea Diocesana de Roma ha dado importancia a las
Secretarias de nuestras Parroquias.
También aquí se abre un horizonte
nuevo. Se necesita cada vez más una preparación técnica; sobre todo una
preparación humana y cristiana exquisita. La influencia de muchos conventos y
casas religiosas marcaron un hito en su espiritualidad por las hermanas y
hermanos porteros.
Recuerdo un Hermano Misionero
Claretiano portero en la Casa Misión de Santiago de Chile. Dice la historia que
arregló más matrimonios, con su vida santa y amble, que muchos Misioneros
Sacerdotes en las Misiones Populares.
Hoy nuestras Secretarias son las
porteras de nuestras Parroquias. Son la primera cara de la Parroquia y de la
Iglesia para personas que llegan co cierto miedo: por que no viven su fe en la
actualidad, porque el problema que llevan a cuesta les humilla, porque vienen a
pedir una limosna, un consejo, una realidad sacramental. Pedir nos cuesta.
Necesitan una acogida cálida y cercana para no encerrarse en sí mismas y
abrirse para el diálogo y la comprensión.
Escribo con alegría estas
palabras. En nuestra Parroquia tenemos una Secretaria formidable. Discreta y
eficaz.. Delicada y comprensiva. Sabe resolver los pequeños asuntos de cada
día, situar a las personas en el servicio parroquial correspondiente y buscar
al Sacerdote que le pueda atender en su realidad concreta.
No es indiferente para una
parroquia cuidar su Secretario o Secretaria. No a todas las personas pueden
complacer. A veces, tendrán que mostrar cierta energía ante las pesadas e
impertinentes. Siempre guardando los buenos modos. Es el estilo que siempre nos
recomienda el papa Francisco.
He
querido destacar los aspectos positivos de estos servidores eclesiales. El Papa
les dedica un párrafo en claro oscuro. Lo que debe y lo que debe ser una
Secretaria: “En el presente… diré una sola palabra: acogida. He aquí, la acogida.
Y otra que habéis dicho vosotros: ternura. Una madre es tierna, sabe acariciar.
Pero cuando nosotros vemos a la pobre gente que va a la parroquia con esto, con
aquello otro y no sabe moverse en este ambiente, porque no va con frecuencia a
la parroquia, y se encuentra una secretaria que grita, que cierra la
puerta:<>. Esta
gente no se siente en casa de mamá. Talvez se siente en la administración, pero
no en la casa de la madre. Y las secretarias so las nuevas
<> de la Iglesia. Pero secretaria parroquial quiere
decir abrir la puerta de la casa de la madre, no cerrarla. Y se puede cerrar la
puerta de muchas maneras. En Buenos Aires era famosa una secretaria parroquia:
todos la llamaban la<>… no digo más. Saber abrir la
puerta en el presente: acogida y ternura.”
Julio Sáinz Torres
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