EN HOMENAJE AL DÍA DE LOS REYES MAGOS
Leyenda no muy conocida... ¡Pero que explota de increíble!..
Aquí su historia.
Hay una leyenda que, sin ser
parte de la Revelación, nos enseña lo que Dios espera de nosotros:
Se cuenta que había un cuarto Rey
Mago (ARTABÁN), que también vio brillar la estrella sobre Belén y decidió
seguirla. Como regalo pensaba ofrecerle al Niño un cofre lleno de perlas
preciosas. Sin embargo, en su camino se fue encontrando con diversas personitas
que iban solicitando de su ayuda.
Este Rey Mago las atendía con
alegría y diligencia, e iba dejándoles una perla a cada uno. Pero eso fue
retrasando su llegada y vaciando su cofre. Encontró muchos pobres, enfermos,
encarcelados y miserables y no podía dejarlos desatendidos. Se quedaba con
ellos el tiempo necesario para aliviarles sus penas y luego procedía su marcha,
que nuevamente era interrumpida por otro desvalido...
Sucedió que cuando por fin llegó
a Belén, ya no estaban los otros Magos y el Niño había huido con sus padres
hacia Egipto, pues el Rey Herodes quería matarlo. El Rey Mago siguió
buscándolo, ya sin la estrella que antes lo guiaba.
Buscó y buscó y buscó… y dicen
que estuvo más de treinta años recorriendo la tierra, buscando al Niño y
ayudando a los necesitados. Hasta que un día llegó a Jerusalén justo en el
momento que la multitud enfurecida pedía la muerte de un pobre hombre.
Mirándolo, reconoció en sus ojos algo familiar. Entre el dolor, la sangre y el
sufrimiento, podía ver en sus ojos el brillo de la estrella. Aquel miserable
que estaba siendo ajusticiado era el Niño que por tanto tiempo había
buscado!!...
La tristeza llenó su corazón, ya
viejo y cansado por el tiempo. Aunque aún guardaba una perla en su bolsa, ya
era demasiado tarde para ofrecérsela al Niño que ahora, convertido en hombre,
colgaba de una Cruz. Había fallado en su misión...
Y sin tener a dónde más ir, se
quedó en Jerusalén para esperar que llegara su muerte.
Apenas habían pasado tres días
cuando una luz aún más brillante que la de la estrella, llenó su habitación!.
¡Era el Resucitado
que venía a su encuentro!
El Rey Mago, cayendo de rodillas
ante él, tomó la perla que le quedaba y extendió su mano mientras hacía una
reverencia.
Jesús le tomó tiernamente y le
dijo:
“Tú no fracasaste. Al
contrario, me encontraste durante toda tu vida. Yo estaba desnudo, y me
vestiste. Yo tuve hambre y me diste de comer. Tuve sed y me diste de beber.
Estuve preso, y me visitaste. Pues yo estaba en todos los pobres que atendiste
en tu camino.
¡Muchas gracias por
tantos regalos de amor, ahora estarás conmigo para siempre, pues el Cielo es tu
recompensa"....
¡Seamos todos cada
día Mejor!....
¡Como el Cuarto Rey
Mago!
¡Feliz bajada de Reyes
a Todos Amigos!
Su amigo de siempre...
Historiador
Christian Pujazón...
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