«ACTUALMENTE LOS NIÑOS LLEGAN ANTES A LA ADOLESCENCIA Y TAMBIÉN SALEN DE ELLA MÁS TARDE»
La adolescencia es un momento crítico en la vida de
un joven, de ahí que sea importante que tengan buenos referentes y guías.
Natalia
Barcaíztegui tiene una dilatada experiencia como experta en educación afectivo-sexual
en adolescentes. Autora del libro Sexualidad
en la generación del rollo (Rialp),
en esta entrevista con Marta Peñalver en la revista Misión, publicación
de suscripción gratuita destinada a las familias católicas, analiza los grandes
problemas añadidos que se están dando en la adolescencia. Alerta de como el
hecho de sobreproteger a los hijos para evitarles las dificultades es
totalmente contraproducente pues “se han quedado
sin herramientas para afrontar los problemas”.
-PARECE
QUE LOS JÓVENES HOY EN DÍA DEJAN DE SER NIÑOS ANTES. ¿ES ESTA UNA MERA
IMPRESIÓN?
-La Organización Mundial de la
Salud considera la adolescencia como el período comprendido entre los 10 y los
19 años. Hoy en día en España comienza entre los 9 y los 11 años en las niñas,
y entre los 11 y los 13 años en los niños, y puede durar hasta los 21 años. Así
que actualmente los niños llegan antes a la adolescencia
y, curiosamente, también salen de ella más tarde. No podemos olvidar que en esta etapa intervienen
aspectos físicos y fisiológicos, pero también hay un componente cultural y
social.
-¿A
QUÉ SE DEBE ESTE CAMBIO?
-Los medios de comunicación
desempeñan un papel fundamental en la pérdida de la inocencia de los niños
porque normalizan comportamientos y conductas que no tienen nada de
normal. Los niños están expuestos a experiencias que no corresponden
a su maduración personal y
que crean en ellos necesidades y comportamientos inadecuados para su edad.
-¿SON
MENOS MADUROS QUE ANTES?
Sí, porque les hemos quitado
tantas dificultades y obstáculos para que no sufran, que se han quedado sin
herramientas para afrontar problemas que, con toda seguridad, les van a surgir
en la vida. Esta falta de madurez, agravada por el bajo nivel de tolerancia a
la frustración (al intentar que no fallen en nada), y la escasa capacidad de
esfuerzo (se lo hemos puesto todo fácil), hace que nos encontremos con
adolescentes de 23 años, pues carecen de la autonomía propia del adulto.
-¿QUÉ
FACTORES HAN INFLUIDO EN ESTOS CAMBIOS?
-En general, hay una nueva forma
de ver el mundo, y a los padres nos cuesta entender que el contexto externo que
rodea a nuestros hijos les invita a tener unas vivencias y una visión de las
cosas que nosotros desconocemos. Esta forma de entender el mundo exige aplicar
un modelo educativo diferente. Seguir aplicando el mismo modelo no es efectivo.
También se han invertido los valores. En épocas precedentes, en la sociedad
existían unos modelos basados en valores tradicionalmente aceptados, que
servían como guía de conducta. Hoy todo se
cuestiona, los valores son relativos y cada uno los escoge adaptándolos a sus
necesidades. Y
faltan personas íntegras que sirvan de referencia, por lo que acaban
erigiéndose en modelos de actuación personas nocivas.
-¿CÓMO
INFLUYEN LAS REDES SOCIALES?
-Los nuevos medios de
comunicación promueven relaciones personales superficiales y no se tienen en
cuenta los efectos que puede llegar a tener la difusión de un mensaje. Se
atreven a decir aquello que no dirían cara a cara. Es fácil adquirir una doble
personalidad en las relaciones afectivas. Se vuelven adictos a la imagen
e idealizan modelos cuasi perfectos difícilmente alcanzables en la vida real. Basan su valor en las comparaciones. Y lo
importante pasa por lograr un mayor número de “amigos”.
-¿ALGO
MÁS?
-La revolución sexual de los años
60 ha tenido un gran impacto en la adolescencia actual. La sexualidad se ha
reducido a una excitación genital y la persona es tratada como objeto de
consumo. Se ha creado un ambiente hipersexualizado que
confunde y distorsiona la sensibilidad de los jóvenes.
-¿CUÁL
ES LA AMENAZA PRINCIPAL PARA LOS ADOLESCENTES DE HOY?
-Una de las cosas que más me
preocupa es la inmersión en el relativismo que lleva a negar la existencia de
verdades absolutas. Nuestros jóvenes buscan
verdades que se adapten a sus necesidades, y suelen ser las menos exigentes. Acaban haciendo lo que
les apetece, y convierten en normal lo frecuente, bajo la justificación de que “todo el mundo lo hace”.
-¿ESTO
EN QUÉ SE NOTA?
-Una vez más, en el campo de la
sexualidad es evidente. Aunque ven que
no son felices, se escudan en “lo que les pide el cuerpo” para hacer aquello que produce bienestar,
sea bueno o no para ellos. Sin criterio, sin que la inteligencia y la voluntad
formadas guíen su afectividad. Eso es lo que fomenta la cultura actual: “fluye”, “haz lo que te apetezca”. Les faltaría
añadir: “Aunque te destruya”. El
contexto externo es tan agresivo que el adolescente necesita de mucha formación
y desarrollo de la voluntad para poder hacerle frente.
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