viernes, 27 de octubre de 2023

ENTRAN CON FUSILES AL MONASTERIO, SE LLEVAN A 3 BENEDICTINOS, MATAN A UNO, SUELTAN A LOS OTROS DOS

 El 17 de octubre, a la una de la madrugada, unos bandidos fulani atacaron el monasterio benedictino de Eruku (en Nigeria, estado de Kwara, diócesis de Ilorin) y secuestraron a 3 monjes. En realidad, eran jóvenes postulantes, porque asaltaron el dormitorio del noviciado.

Les obligaron a caminar descalzos por el campo en plena noche. Al llegar a la orilla de un río, dispararon a uno de ellos, el hermano Godwin Eze, de 31 años, y arrojaron su cadáver al agua. Después, amenazaron a los otros dos con machetes, diciéndoles que lo que querían era dinero.

El 21 de octubre, tras cuatro días de secuestro, pusieron en libertad a los dos secuestrados, el hermano Anthony Eze y el hermano Peter Olarewaju, que se recuperan en un hospital de los golpes que les propinaron. No se sabe si se pagó rescate.

UN JOVEN MONJE, JOVIAL Y ORANTE

Los que conocían al monje asesinado lo describen como "un joven muy devoto" y "muy tolerante". El padre Joseph Ekesiobi, ex director de novicios, explicó al portal católico AciAfrica que "el hermano Godwin vivía una vida contemplativa. Lo recuerdo como un joven muy tranquilo. Era muy jovial y muy orante".

Ekesiobi detalló que "los bandidos fulani vinieron armados. Rompieron las puertas de hierro del bloque del noviciado donde dormía una docena de nuestros hermanos, entre novicios y postulantes. Se llevaron a los tres y se fueron con ellos en medio de la noche". Añadió que en el camino y durante todo su cautiverio, los secuestrados fueron golpeados con machetes.

Los benedictinos siguen recibiendo amenazas de más ataques y aseguran que han reubicado a los monjes en un lugar más seguro. Además, ha empezado la búsqueda en el río para intentar encontrar el cadáver de Godwin Eze.

LA INACCIÓN DEL GOBIERNO ANTE LOS FULANI

De entre los fulani, tradicionalmente ganaderos seminómadas musulmanes, a menudo surgen bandas que atacan los asentamientos de pueblos agrícolas, muchas veces cristianos, buscando botín, robando ganado o secuestrando.

En los últimos años, ha aumentado su nivel de violencia, usan armas de fuego y matan a más personas y destruyen iglesias. Muchos detectan un mayor elemento de islamización en su violencia.

Los cristianos se quejan de que el Gobierno nacional no actúa ni protege a la población. En 2020, el obispo católico de Sokoto, Matthew Hassan Kukah, tras la decapitación de 10 cristianos en un ataque fulani, denunció que el Gobierno "está sirviéndose del poder para asegurar la supremacía del islam. La única diferencia entre el Gobierno y Boko Haram [grupo terrorista yihadista en África central y Sahel] es que Boko Haram pone bombas".

G. de A.

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